Interior del aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, paradigma del éxito del modelo 'low cost' / EP

Interior del aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, paradigma del éxito del modelo 'low cost' / EP

Business

El 'low cost', el gran negocio en los aeropuertos internacionales

Las aerolíneas de bajo coste acaparan los primeros puestos de las estadísticas de tráfico y han dotado de mayor resiliencia ante la pandemia a las infraestructuras donde están más implantadas

17 enero, 2023 00:00

El negocio aeroportuario sería imposible de entender hoy en día sin la participación de las aerolíneas de bajo coste. Una afirmación que ya se extiende desde hace algunos años a las grandes infraestructuras de toda Europa en las que las compañías low cost acaparan las primeras posiciones en cuanto a tráfico de pasajeros. 

Lejos quedaron aquellos primeros tiempos en los que la operativa de este tipo de transporte era propia de infraestructuras más pequeñas y próximas a otras mayores con las que había una sencilla conexión a través de otros medios de transporte. Grandes aeropuertos europeos como Schippol (Amsterdam), Francfort, Adolfo Suárez Madrid-Barajas o Josep Tarradellas Barcelona-El Prat pueden dar ya fe de ello. 

No obstante, en España el ejemplo más paradigmático es el de Alicante, cuya especialización en este segmento del negocio le situó a la vanguardia del crecimiento de pasajeros en los años anteriores a la pandemia, con máximos históricos, y al mismo tiempo ha contribuido a que haya sido uno de los que mejor se ha recuperado de la crisis del coronavirus

La estrategia del ahora denominado aeropuerto Alicante-Elche Miguel Hernández de atraer a las low cost comenzó a dar frutos notablemente visibles a mediados de la pasada década. En 2016 se convirtió en el quinto aeropuerto con mayor afluencia de la red de Aena, tras superar al de Gran Canaria, gracias a un espectacular incremento del 16,7% respecto a la cifra del año anterior.

Múltiples conexiones

De este modo, el crecimiento de los usuarios superó en casi seis puntos al registrado por el conjunto de la red y por El Prat, y en nueve al de Barajas, merced a cerca de 1,8 millones de nuevos usuarios.

Además de la atracción turística de la Comunidad Valenciana, especialmente para el público británico, Alicante también se benefició de las múltiples conexiones que facilitaba con destinos como los países nórdicos y ciudades europeas con menor población que las capitales y grandes urbes, a través de aerolíneas con precios más competitivos. 

El hito de los 15 millones

Entre 2015 y 2019, año en el que tanto el conjunto de la red de Aena como la mayoría de sus aeropuertos alcanzaron sus cifras más elevadas de la historia, la afluencia del aeropuerto de Alicante se incrementó un 42,3%. Aquel 2019 para recordar terminó con la llegada del pasajero número 15 millones el penúltimo día del año. La pista consolidaba la quinta plaza, con más de dos millones de usuarios por encima de Gran Canaria. 

Números muy superiores a los del conjunto de la red de Aena (+32,7%) y a los de los aeropuertos de Barcelona (+32,6%) y Madrid (+31,8%) en ese mismo periodo y que ponían en valor la apuesta que en su día hizo Alicante por este modelo. Aproximadamente tres de cada cuatro vuelos low cost que se operaban en la Comunidad Valenciana tenían como origen o destino este aeropuerto.

Resiliencia fortalecida

La pandemia tuvo un impacto brutal en todo la industria pero a la hora de ejecutar la remontada, el comportamiento de Alicante también se ha situado como modelo de éxito, especialmente en lo que se refiere a 2022, que ha supuesto un salto adelante en lo que se refiere a la actividad turística mayor de lo esperado. 

Así, Alicante ha cerrado el pasado ejercicio con la recuperación de un 87,7% de la cifra de pasajeros con la que terminó el año anterior a la llegada del coronavirus, frente al 82% de Barajas y al 79% de El Prat. 

Otra comparativa en la que aparece como triunfador es la que marca el ritmo de incremento de usuarios con relación a 2020. En los dos últimos años, Alicante multiplicado por 3,5 las cifras con las que cerró aquel aciago año, frente a las 3,2 veces de El Prat y la red de Aena y las 2,95 de Barajas.