El precio de la gasolina baja la mitad que el del petróleo desde sus respectivos máximos

Los futuros sobre el barril de crudo Brent, el más empleado en Europa, arrancan la semana levemente por encima de 81 dólares, aunque han llegado a perder la referencia de los 80 dólares en algunos momentos de la jornada. La distensión en los mercados energéticos, tras más de nueve meses ininterrumpidos de conflicto bélico en Ucrania, ha hecho que la cotización acumule un descenso del 36,6% desde los primeros días de marzo, cuando registró sus máximos de casi nueve años. 

Misma tendencia, diferente intensidad

La evolución en el precio de los combustibles también ha sido a la baja aunque, el contrario de lo que sucede con la tendencia, los números no son precisamente parejos.

En España, las gasolinas alcanzaron sus precios máximos del año, que también constituyen los más altos jamás vistos en las estaciones de servicio, a lo largo del mes de junio. Por entonces, el litro de gasolina de 95 octanos, la más consumida, se fue a una media de 2,15 euros mientras que la de 98 octanos se disparaba hasta 2,31 euros y el gasóleo superaba la barrera de los 2,1 euros.

Desde entonces, la línea descendente ha sido más o menos constante, con la particularidad de que lo ha hecho de forma notablemente más tendida. En estos días, los consumidores llenan el depósito en las estaciones de servicio españolas a precios algo más de un 19% más económicos que en aquel mes de junio que quedará ya para la historia.

También al contrario de lo que sucede con el petróleo, los precios actuales, levemente por encima de 1,72 euros por litro de media, aún están lejos de los que se daban en los primeros días de este convulso 2022, en torno a 1,5 euros, una cifra que ya por entonces comenzaba a padecer los rigores de la inflación.

Un decalaje ya familiar

Así, ni siquiera el descuento de 20 céntimos por litro que se aplica desde abril, una vez que el Gobierno aplicó su primer plan de choque contra los efectos de la guerra, hace que la gasolina vuelva a las cotas de la recta final de 2021, aunque con este apoyo se aproximan notablemente.

De nuevo, un decalaje entre la evolución de los precios del petróleo y de los combustibles que ya resulta familiar al usuario y que se debe, entre otros factores, a que el coste de la materia prima es sólo uno de los componentes para la fijación de precios en las estaciones de servicio; y además, no es el de mayor peso.

El factor divisa

Dos terceras partes de lo que pagan los usuarios se corresponde con cargas impositivas y otros costes regulatorios, que en numerosas ocasiones hacen aun mayor la brecha entre la evolución del crudo y la de los combustibles o bien eleva el periodo de ajuste.

Además, cabe en este caso tener en cuenta también el factor de los movimientos en el mercado de divisas, en los que el euro se ha depreciado de forma de notable frente al dólar a lo largo del año, principalmente por la tardanza del Banco Central Europeo (BCE) en responder a la inflación disparada con alzas de los tipos de interés respecto a la Reserva Federal de EEUU.

Un 13% más en euros

La contundente reacción del emisor de la eurozona ha reducido el impacto, hasta el punto de que la moneda única ha sido capaz no sólo de recuperar la paridad que llegó a perder con el billete verde sino que actualmente ya cotiza algo por encima. 

No obstante, el castigo acumulado a lo largo del ejercicio hace que el precio del petróleo en euros se haya elevado más un 13% desde que comenzó el año mientras que apenas ha crecido un 4% en dólares.