Energía eólica, una de las fuentes de electricidad limpias y de lo que se habla en el libro de Jaime Morrón / EP

Energía eólica, una de las fuentes de electricidad limpias y de lo que se habla en el libro de Jaime Morrón / EP

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Jaume Morrón (Eoliccat): "Con parques renovables de 5 MW no haremos la transición energética"

El libro 'Energia sobirana' diagnostica las causas de la parálisis en la implantación de eólica y fotovoltaica en Cataluña, pero también aporta soluciones para revertir esta situación

17 octubre, 2022 00:00

En el libro Energia sobirana (Grup 62), coescrito por Jaume Morrón y Ramon Tremosa, se recorre la historia reciente de la implantación de renovables en Cataluña. El gerente de Eoliccat y el exconseller de Empresa señalan cómo la comunidad ha pasado de liderar este desafío en España a enfrentarse a un conjunto de trabas que han paralizado la instalación de los huertos solares y parques eólicos. Pero los autores también buscan soluciones para dejar atrás este brete y vislumbran alternativas de futuro como las centrales hidráulicas reversibles. Crónica Global entrevista a Morrón para hablar de la transición energética (aún por hacer) en Cataluña.

--Pregunta: ¿Qué ha sucedido para que Cataluña, pese a haber sido una comunidad pionera en la instalación de renovables, atraviese ahora esta parálisis?

--Respuesta: En el proceso de elaboración del libro hemos detectado una falta de liderazgo del Govern. Desde el 2000, Cataluña lentamente se va incorporando al mundo de las energías renovables, sobre todo a la eólica porque era la tecnología que estaba más avanzada. Esto se complica en el 2009, quizá con buena intención, cuando el segundo gobierno tripartito aprueba un decreto que instaura una tremenda burocratización a través de las zonas de desarrollo prioritario. Esto vuelve eternos los procesos, contrariamente a lo que se pretendía, y se convierte en un fracaso rotundo. Hoy en día todavía no se ha puesto en servicio ninguno de los proyectos que adjudicaron. No se llega a 50 megavatios (MW) de los 768 MW que se adjudicaron, porque los promotores abandonaron los proyectos.

--Esto empieza a cambiar con un nuevo decreto en 2019, ya bajo el gobierno de Quim Torra.

--Este decreto pone fin al nefasto decreto de renovables del tripartito, pero el sector advierte entonces de que Cataluña lleva 10 años sin hacer nada y de que vendrán muchos proyectos. Se advierte a la Administración, pero la Administración no se muscula lo suficiente. Hay una avalancha de proyectos que crea una especie de estado de alarma porque además este nuevo decreto se explica poco y mal.

--Una avalancha de proyectos más grandes dado que la tecnología ha evolucionado en esta década. Esto también sorprende a la Administración.

--El último parque eólico que se construyó en Cataluña de tres máquinas fue en enero de 2013 y la aprobación de este proyecto se dio cinco años antes. Ahora ya tenemos máquinas de 6 MW y acaba de hacerse pública la máquina terrestre más grande que es de 7,2. Son máquinas de dimensiones grandes que permitirán además desconcentrar la implantación de eólica en Cataluña, porque están ubicadas en sitios con más recurso eólico. La implantación territorial, por tanto, también es más grande. Antes a nadie se le ocurría ir a la Segarra, pero ahora es la comarca con más proyectos en toda Cataluña.

--Pero el año pasado se aprueba todavía otro nuevo decreto. ¿En qué situación estamos ahora?

--Se producen unas elecciones en Cataluña y nos topamos con una moratoria de facto que dura un año y que nos lleva donde estamos ahora. Seguimos a la cola porque tenemos muy pocos proyectos en información pública, en eólica solo unos 200 MW y ninguno autorizado. En 2021 se aprueba un nuevo decreto que a mi entender no aporta nada relevante para promocionar la eólica y fotovoltaica. Este decreto obliga a los promotores a explicar a los ayuntamientos, pero esto ya lo hacíamos. Ningún promotor serio actúa sin una mínima complicidad del ayuntamiento, del alcalde, de los concejales... Una modificación relevante sí que es contar con un acuerdo preliminar de los propietarios donde está la instalación. Nos parece bien y ya lo hacíamos también. Y un tercer apartado que es ofrecer participación. Ya le dijimos al Govern que es un experimento, una propuesta que se ha hecho en otros países y que no sirve porque quien no quiere una instalación eólica por ideología así no le convences. Al contrario, lo último que querrá será poner dinero.

Presentación del libro 'Energia Sobirana' coescrito por Jaume Morrón y Ramón Tremosa / CEDIDA

Presentación del libro 'Energia Sobirana' coescrito por Jaume Morrón y Ramón Tremosa / CEDIDA

--Y aún si quisieran, por ejemplo algunos ayuntamientos pequeños, quizá no tienen suficientes recursos económicos.

--Este es un punto débil del decreto ley. No solamente por la participación en proyectos de terceros, sino en aquellos que creemos que son más asequibles para este tipo de entidades, que son proyectos de autoproducción vinculados al consumo, deberían preverse mecanismos de financiación que avanzaran el importe de la inversión. La banca pública catalana debería aportar estos intereses con créditos blandos tanto para proyectos de autoconsumo como de eficiencia energética.

--Entrando en algunos puntos concretos: ¿Qué pasa con la superprotección de las aves, que es uno de los principales escollos para que salgan adelante los parques?

--Desde el sector se ha pedido reiteradamente que se aporte la documentación científica que avala este criterio ultraconservador que protege no ya la especie, sino todos y cada uno de los individuos de la especie. Evidentemente se deben poner los aerogeneradores a cierta distancia de las áreas de cría, pero hay casos muy documentados en que los aerogeneradores y las águilas conviven perfectamente desde hace años. Hace falta una revisión de estos criterios por parte de la Administración y la aceptación de unas medidas compensatorias como, por ejemplo, desplazar el águila a un sitio donde tenga un acceso más fácil a la alimentación, lo cual ya se ha hecho en Cataluña en alguna ocasión.

--Más: los promotores se topan con trabas urbanísticas en muchos municipios.

--Esta cuestión va ligada a la interpretación por parte de funcionarios individuales de los criterios generales que han de ordenar la transición energética en Cataluña. Estos criterios, a nuestro entender, no son interpretables. Si en terreno no urbanizable la legislación dice que se pueden implantar energías renovables, no puede ser que se utilicen disposiciones de un plan de ordenación urbanístico municipal (POUM) hecho cuando la eólica no existía, para impedir abrir nuevos caminos. El parque eólico intrínsecamente necesita abrir nuevos caminos, pese a que se procura usar caminos anteriores. Una subestación forma parte de un parque eólico y, por tanto, no se puede decir que una edificación no puede ir en suelo no urbanizable. Tampoco se puede hablar de una limitación de altura a siete metros según el POUM, cuando los aerogeneradores miden 150 metros. Debe haber unos criterios objetivos y el funcionario no puede imponer su opinión.

--La Generalitat tiene predilección por los parques eólicos y solares pequeños de hasta cinco MW. En el libro explican que estas infraestructuras no bastarán para alcanzar los objetivos de transición energética.

--Otras comunidades autónomas han puesto este límite en su límite competencial, que son 50 MW. Con parques pequeños de cinco MW no llegaremos a los objetivos, haremos una transición energética de Liliput. La voluntad del PROENCAT es electrificar el sistema energético de Cataluña y pasar de un 25% a un 75% el sistema de electricidad con renovables, mientras que el 25% será energía renovable de carácter térmico. Esto no se hace solo con plantas de hasta cinco megavatios conectadas a baja tensión. Es imposible. Si solo hacemos esto, Cataluña pasará a ser energéticamente dependiente.

--Esto conecta con lo que resumís en el libro: "La transición energética en Cataluña se hará desde Aragón y se tramitará en Madrid". ¿Esto cree que cambiará a corto plazo?

--De momento no. No hay ningún parque eólico autorizado. Y la gran mayoría de instalaciones fotovoltaicas autorizadas, que solo son 72 MW, aunque han salido a información público más de 1.500 MW, son instalaciones pequeñas. Y deben ser grandes porque en Cataluña necesitamos generar electricidad renovable de forma masiva y muy deprisa. Esto no significa que vayamos a arrasar el país, sino que debe sustituirse la generación fósil y nuclear y, además, aumentarla mucho. Si nosotros no hacemos el trabajo, algunos nos lo harán. Y perderemos una gran oportunidad de ocupación de gran cualidad, en territorio rural y con sueldos industriales. Además de los ingresos fiscales que se derivan de la implantación de renovables.