La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la presentación de los PGE 2023, que incluyen nuevas subidas de impuestos / EP

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la presentación de los PGE 2023, que incluyen nuevas subidas de impuestos / EP

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Los españoles pagan 1.500 euros anuales más de impuestos que hace una década

La presión fiscal en España se ha incrementado más de ocho puntos desde la anterior crisis y se aproxima a la de Alemania, pese a que el crecimiento de la renta per cápita ha sido seis veces inferior

11 octubre, 2022 00:00

La confección de los Presupuestos Generales del Estado para 2023 y las previsiones macroeconómicas que ha tenido en cuenta el Gobierno para elaborarlos darán como resultado un nuevo avance en la presión fiscal que habrá de soportar el contribuyente. Una variable que se habrá incrementado más de ocho puntos en la última década, lo que hace que, en este sentido, España esté cerca de converger con Alemania, la primera economía de la eurozona.

Sin embargo, la diferencia es que la renta per cápita de los alemanes se ha incrementado un 12% en este periodo, un ritmo seis veces superior al registrado en España, donde sus habitantes han visto cómo en la actualidad destinan en torno a 1.500 euros más cada año al pago de impuestos. 

Previsiones optimistas

Aunque ha pasado como uno de los aspectos más desapercibidos de los nuevos presupuestos, el incremento previsto en los ingresos tributarios, que supera ampliamente el 8%, es un aspecto que afecta especialmente al bolsillo de los ciudadanos, sobre todo si se tiene en cuenta que el cuadro macro con el que trabaja la Moncloa estima que el Producto Interior Bruto (PIB) experimentará un crecimiento del 2,1% en 2023. 

La previsión es sensiblemente más optimista que la que manejan organismos independientes como el Banco de España, que la sitúa en el 1,4%; o la Autoridad de Responsabilidad Fiscal Independiente (Airef), que la fija seis décimas por debajo de la del Gobierno. 

Aun dando por buenos los cálculos del departamento que dirige la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, la presión fiscal daría un paso destacado hacia la cota del 40%, considerable si se tiene en cuenta que hace una década apenas superaba el 30%. 

Una evolución que contrasta con la de Alemania, donde la presión fiscal se han mantenido muy estable en todos estos años, en los que ha experimentado mínimas variaciones ascendentes y descendentes, para situarse en todo caso levemente por encima del 40%.

Gobiernos de distinto signo

Definida como el porcentaje de renta de un país que se destina (o debería destinarse, ya que también se incluye la evasión) al pago de impuestos, la presión fiscal constituye uno de los indicadores más fieles a la hora de evaluar hasta qué punto las variaciones en las tasas fiscales afectan a la renta disponible de los consumidores.

En el caso de España, las cifras son elocuentes en el periodo que discurre entre los dos ciclos bajistas que se han vivido en lo que va de siglo XXI, con la particularidad de que durante este periodo el Estado ha sido regido por gobiernos de distinto signo político.

Tendencia

Sin embargo, la tendencia en relación con determinadas variables se ha mantenido firme: incremento muy tenue de la renta per cápita, subida notable de la presión fiscal e incremento desproporcionado de la deuda pública.

Mientras que hace 10 años la cantidad de renta por habitante que se destinaba al pago de impuestos marcaba una media de 7.000 euros anuales, actualmente la cifra se encuentra en el entorno de los 8.500 euros, con la perspectiva de crecer de forma significativa dado el planteamiento de unos Presupuestos que mantienen el carácter expansivo de los últimos ejercicios. 

En el centro del debate

En concreto, el anteproyecto de Ley que ya se encuentra en pleno trámite parlamentario prevé ingresos tributarios récord de 262.000 millones de euros en 2023.

Tras la vuelta del verano, la batalla y el debate políticos se han trasladado a la fiscalidad, con un contraste de estrategias entre el Gobierno central y las Administraciones regionales que están en manos del Partido Popular; al menos por ahora, no parece que el resultado vaya a impactar de forma positiva en los bolsillos de los contribuyentes.