El Banco Central Europeo (BCE), presionado por la inflación para subir tipos / EP

El Banco Central Europeo (BCE), presionado por la inflación para subir tipos / EP

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Los empresarios encienden las alarmas ante la larga inflación que dibuja el BCE

El emisor de la eurozona admite que la subida precios no estará bajo control hasta bien entrado 2024, un escenario más negativo de lo que esperaba el ámbito corporativo y que amenaza al crecimiento

9 septiembre, 2022 00:00

Las perspectivas económicas siguen generando una notable incertidumbre en el ámbito de la gran empresa, donde se ha recibido con inquietud el panorama que ha dibujado el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) este jueves tras decretar la mayor subida de tipos de su historia. El escenario prolongado de elevada inflación, que el emisor no prevé que se corrija hasta bien entrado 2024, ha hecho encender las alarmas en las grandes corporaciones. 

Al margen de la decisión de elevar 75 puntos básicos el precio oficial del dinero en la eurozona, en buena parte descontada por los inversores, el mercado esperaba el mensaje con el que el BCE acompañaría la histórica medida. El documento y las posteriores palabras de la presidenta del organismo, Christine Lagarde, no han contribuido precisamente a templar los ánimos.

Un IPC del 5,5% en 2023

El emisor ha justificado la inédita alza de tipos en el anómalo comportamiento de los precios, que ha llevado al IPC muy lejos del objetivo del BCE, fijado en el 2%. Para el año en curso, la institución con sede en Fráncfort espera una inflación media del 8,1% (un punto por debajo del último dato interanual, correspondiente al mes de agosto).

Con ser una cifra muy elevada, la que más inquietud ha causado en el mercado es la que el BCE ha pronosticado para 2023: nada menos que el 5,5%; en el caso de 2024, la media se situaría ya próxima al objetivo, concretamente en el 2,3%. 

En círculos empresariales consideran que una inflación media del 5,5% es demasiado elevada, sobre todo si se tiene en cuenta la que se dará en 2022, y que supone una amenaza para el crecimiento, algo que también entra en los cálculos del BCE.

No en vano, las estimaciones del emisor para el PIB de la zona euro el próximo año sitúan su evolución incluso por debajo del punto porcentual, concretamente en el 0,9%. 

Difícil creación de empleo

“Con estas cifras será muy complicado crear empleo; son números que apuntan precisamente a todo lo contrario”, apuntan desde uno de los bancos del Ibex 35. En este sentido, también señalan que el dato de la inflación estimada para 2023 en la zona euro es notablemente inquietante en el caso de España, dado que el alza de los precios está siendo más acusada que en el conjunto de la eurozona. 

“El IPC cerró 2021 en el 6,5% y se acercará al 9% en 2022; aunque en 2023 replicara la media que prevé el BCE ya estaríamos en una situación insostenible para muchas familias”, señala la fuente.

Reacción tardía 

En el ámbito de las grandes corporaciones, incluidas las entidades financieras, la opinión generalizada es que el propio organismo emisor ha sido, en parte, responsable de que la inflación se haya desbocado de esta forma debido a las reservas que ha mostrado antes de ponerse manos a la obra con los instrumentos de política monetaria a su alcance para tratar de frenar el avance de los precios. 

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde / BCE

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde / BCE

“Ahora tiene que recuperar el tiempo perdido y la situación se le ha ido demasiado de las manos”, señalan desde una consultora, en la que, incluso, estiman que el alza de tipos que requiere el actual escenario debería haber sido mayor.

Equilibrio 

No obstante, los expertos consideran que, en tal caso, el BCE hubiera enviado en mensaje muy negativo a los mercados, que podría incluso llegar a provocar una situación de pánico. 

“Debe mantenerse un equilibrio entre subir el coste del dinero y el riesgo de que provoque un parón en el crecimiento económico. El acierto estará en conseguir un equilibrio razonable entre una subida de tipos que no frene excesivamente el consumo y el crecimiento económico, algo que dependerá, entre otras cosas, de la magnitud de la subida”, señalan desde el Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF).

Sede del Banco Central Europeo, en Francfort / BCE

Sede del Banco Central Europeo, en Francfort / BCE

A la inquietud generada por las previsiones del BCE se une la de las voces que aseguran que elevar el precio oficial del dinero no será la medida más eficaz para corregir el comportamiento de los precios en el menor plazo posible. 

En este punto, la gestora Welzia estima que las medidas de política monetaria pueden impactar en el lado de la demanda agregada de bienes y servicios, pero no tienen el mismo efecto sobre la oferta, que es uno de los elementos sobre los que pivota la actual situación.

El impacto de la guerra

“El lado de la oferta seguirá tensionado si no se adoptan otro tipo de medidas”, indican los expertos de Welzia, que también llaman la atención sobre la influencia del conflicto armado en Ucrania y la repercusión que está teniendo en el comportamiento de los precios energéticos, algo que también escapa del control de los bancos centrales.

“Mientras el conflicto de Rusia y Ucrania persista y las dudas sobre los posibles cortes del gas ruso sigan sobre la mesa, la inflación seguirá siendo elevada”, apuntan. 

Reacción volátil

Un aspecto que ha sido incluso admitido por la propia Christine Lagarde. En la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno, la presidenta del BCE ha recordado que las subidas de tipos no son instrumentos que puedan rebajar los precios energéticos.

Los mercados han reflejado la incertidumbre del momento con una primera reacción a la baja, especialmente tras conocer el contenido del comunicado, que después se ha tornado en las moderadas alzas con las que ha cerrado la mayoría de las principales plazas del Viejo Continente. A esto ha contribuido, sobre todo, el comportamiento alcista de los bancos, que ven alejarse incluso más rápido de lo esperado el escenario de bajos tipos.