La crisis energética da alas a los especuladores contra el euro
Los mercados anticipan varios inviernos de escasez en Europa, lo que debilita la moneda común
1 septiembre, 2022 00:00La crisis energética ha debilitado la imagen del euro ante los inversores. En previsión de un invierno duro para el Viejo Continente, las operaciones en corto en el mercado de futuros --es decir, las apuestas especulativas contra la divisa común-- se han disparado hasta sus cifras más altas desde que estalló la pandemia en marzo de 2020, según los últimos datos de la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos.
El euro, que ha perdido el 15% de su valor frente al dólar en el último año, permaneció ayer en la paridad con la divisa estadounidense. Un euro, un dólar. Directivos del mercado de divisas citados por el Financial Times aseguran que el valor de la moneda común se ha convertido en una mera función del mercado energético, con un gran protagonismo de la inestabilidad en el gasoducto rusogermánico Nord Stream 1.
El BCE, atento
El Banco Central Europeo no es ajeno a los movimientos de los inversores y los sigue con atención para proteger el euro, pero ¿endurecerá sus subidas de tipos para fortalecer la divisa? "No puedo dar la respuesta del millón a la pregunta del millón, pero el consejo de gobierno del BCE declaró en julio que nuevas normalizaciones de los tipos de interés serían apropiadas", señaló ayer Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España al ser consultada por este medio en el foro anual de la asociación CEBRA.
Delgado recordó que los directivos del banco central se reunirán en septiembre para revisar la política monetaria y que esta decisión "dependerá de los datos". En este encuentro, "la tasa de cambio será un punto adicional a considerar". "Lo único que puedo decir es que el camino hacia la normalización lo haremos paso a paso", indicó la subgobernadora. Su respuesta está en la línea de los mensajes lanzados en los últimos días por distintos directivos del BCE: los tipos seguirán subiendo, aunque de forma gradual, para contener la inflación.
¿Medidas drásticas?
La batalla que se cierne en la institución monetaria presidida por Christine Lagarde y que se resolverá el 8 de septiembre divide a los consejeros que defienden limitar la subida a medio punto porcentual y los que quieren elevarla a 75 puntos básicos para fortalecer la divisa y suavizar la subida de precios. Los mercados dan por hecho que el BCE realizará subidas de tipos de un total de 150 puntos básicos al cierre de este año y otros 75 en 2023.
Según los análisis de Caixabank Research, en el próximo encuentro en Fráncfort, el banco central alcanzará una mayoría para aprobar la subida de medio punto, sin descartar la opción más agresiva de los 0,75 puntos, que las apuestas dan ya como la más probable. También es la que han reclamado miembros frugales del bloque como Países Bajos.
La conexión Londres-Bruselas
Fuentes ejecutivas consultadas por este medio subrayan que los países europeos con el IPC más disparado defenderán un endurecimiento más inminente de la política monetaria, mientras que los que están en mayor riesgo de entrar en recesión tratarán de forzar "una subida más suave". Las mismas fuentes atribuyen --en parte-- la depreciación del euro al diferencial entre el tipo de interés del dólar y el euro, que es todavía muy grande.
Pero destacan que no hay tanta diferencia entre el euro y la libra, dos divisas cuyo valor ha evolucionado de forma muy similar en el último año. El Banco de Inglaterra, como la Reserva Federal de EEUU, ha actuado de forma más rápida y contundente que el BCE ante la inflación, pero la Eurozona y el Reino Unido comparten previsiones macroeconómicas poco esperanzadoras. Los mercados anticipan turbulencias en el sector energético durante los próximos años y Ben van Beurden, consejero delegado de la petrolera británica Shell, ha alertado de que la crisis energética durará más de un invierno y que Europa deberá racionar el gas durante varios años.
Mirada a largo
La contundencia de la Fed estadounidense ha generado presiones y críticas hacia la cautela del BCE. Pero Fernando López, director de Operaciones de Gibobs, recuerda que "los americanos suelen adelantarse porque su principal punto es combatir inflación". "En Europa, el entorno es distinto, la inflación es elevada y se tiene que actuar, pero se prevé más moderada". En cualquier caso, apunta a más subidas de tipos en el cuarto trimestre, aunque en la concreción siempre puede haber sorpresas: "En julio, los analistas esperaban una subida de tipos de 0,25 puntos y al final fue del 0,5", manifiesta López.
Lo que está claro es que los datos de agosto sobre la inflación interanual en la Eurozona, ligeramente más altos de lo esperado (9,1%), no ayudarán a los partidarios de moderar y retrasar en lo posible las revisiones de tipos. Se instala además el consenso de que hay que priorizar la estabilidad económica a largo plazo --como cuando se logró un mejor control de la inflación en los años posteriores a la crisis del petróleo de los 70-- por delante de las turbulencias a corto plazo, tesis que han sostenido recientemente varias voces senior del BCE y en la que coincidieron ayer la subgobernadora Delgado y Fernanda Nechio, vicepresidenta del Banco de la Reserva Federal de San Francisco. Anteponer el control de la inflación a largo plazo a la zozobra económica que se teme en los próximos meses. Y, también en lo que respecta a la transición ecológica, primar el futuro del planeta al cortoplacismo, por más que ello tenga consecuencias en la escalada de precios.