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Las dudas del BCE encarecen diez puntos la factura del petróleo en Europa

El euro acumula un retroceso superior al 11% frente al dólar desde enero, factor que hace aún más onerosa la factura del crudo, que se paga en divisa estadounidense

2 mayo, 2022 00:00

La prudencia con la que el Banco Central Europeo (BCE) acomete la galopante inflación que se registra en la zona euro, que contrasta con los movimientos más ágiles de otros emisores a la hora de elevar los tipos de interés, tiene también consecuencias a la hora de abordar la ya de por sí onerosa factura del petróleo. El incremento del precio del crudo, que se aproxima al 33% desde que se inició el año, acelerado por la invasión rusa de Ucrania, se ve corregido y aumentado en cerca de diez puntos para Europa como consecuencia de la depreciación del euro frente al dólar. 

No es el de las materias primas el único movimiento destacado en los mercados que se está registrando desde el inicio del año. El problema de la creciente inflación y las diferentes formas de abordarlo está generando también notables fluctuaciones en los mercados de divisas que ya afectan a la adquisición de petróleo en el Viejo Continente. 

Petróleo desatado en 2022

La explicación radica en que las transacciones petrolíferas se realizan en dólares y el euro acumula una depreciación frente al billete verde desde enero que supera ya el 11%, lo que encarece aun más si cabe la factura del crudo en el Viejo Continente. 

La guerra en Ucrania ha terminado por disparar las tensiones en los mercados de materias primas, como prueba el hecho de que los precios del barril se han elevado en torno a un 33% desde que se inició el año y se han instalado con cierta comodidad por encima de los 100 dólares.

En mínimos de dos décadas

Pero la combinación con la depreciación del euro compone un cóctel fatal para los intereses europeos, toda vez que la subida del petróleo en lo que va de año sobrepasa el 43% en términos de la divisa única europea. 

Si al finalizar 2021 bastaban 85 céntimos de euro para comprar un dólar en el mercado de divisas, en la actualidad el tipo de cambio se ha elevado hasta los 94 céntimos de euro, lo que sitúa al billete verde en su cota más alta frente a la moneda comunitaria en algo más de cinco años. A poco que el avance sea algo más profundo, el dólar alcanzará niveles nunca vistos en las últimas dos décadas.

Discrepancias 

El movimiento se ha intensificado en los últimos días, cuando ha quedado aun más de manifiesto las diferencias a la hora de abordar el problema de la elevada inflación a ambos lados del Atlántico. Mientras que la Reserva Federal ya ha aplicado una subida de 25 puntos básicos en el precio oficial del dinero y todo indica a que antes del verano ejecutará dos revisiones más por un total de 100 puntos básicos, el BCE no sólo no ha movido ficha aun sino que las actas de las últimas reuniones de su consejo de gobierno reflejan profundas diferencias en su seno entre los partidarios de actuar de inmediato y los más proclives a dejar pasar algo más de tiempo.

Entre estos últimos se encuentra la presidenta del organismo emisor, Christine Lagarde, que incluso habría afeado a los partidarios de subidas de tipos en la eurozona antes del verano que expresen en público sus ideas y, de este modo, no sólo alimenten el debate sino que afloren las diferencias en el seno de la entidad. 

Con retraso

En este grupo se incluye el exministro de Economía Luis de Guindos, que ocupa una de las vicepresidencias del banco emisor y que se ha pronunciado a favor de empezar a subir los tipos antes del verano para empezar a atajar una escalada inflacionista que ya está impactando en el ritmo de recuperación de las principales economías europeas tras la crisis del coronavirus.

El vicepresidente del BCE Luis de Guindos / EP

El vicepresidente del BCE Luis de Guindos / EP

La pasividad del BCE ha despertado criticas especialmente en el sector financiero, que aguarda con expectación el momento en que los tipos comiencen a subir para dejar atrás la prolongada etapa de los tipos negativos, que ha menguado de forma notable su rentabilidad y sus márgenes.

¿Antes del verano?

Los bancos celebraron ya el hecho de que el emisor dejara de cerrar la puerta a revisar el precio oficial del dinero, como hacía al inicio del año, e incluso consideraba que ese cambio de actitud ya llegaba con algo de retraso.  

Hace apenas unos días, el propio De Guindos volvía a hacer hincapié en la posibilidad de que las primeras revisiones al alza de los tipos lleguen en la reunión del consejo de gobierno del BCE de julio. Es la principal duda instalada en las cúpulas de las principales entidades financieras españolas, en cuyas estimaciones figuran entre dos y tres revisiones antes de que concluya el año.

Sin embargo, cuanto más avanza el calendario menos despejado aparece el horizonte, un factor de incertidumbre que está castigando de forma notable al euro, en un momento especialmente inoportuno.