La cervecera Moritz ha abierto este jueves su tercer establecimiento en Barcelona. En esta ocasión, en una de las calles más emblemáticas de la ciudad: la Rambla de Cataluña, tal y como avanzó Crónica Global en agosto.
Diez años después de haber abierto el primer local en el que se podía comer --la Fábrica Moritz de Ronda Sant Antoni--, la célebre marca que produce en Zaragoza estrena un nuevo local de 300 metros cuadrados. Cuenta con terraza exterior, cocina semiabierta, y un amplio horario que cubrirá todas las comidas, tal y como informan desde el grupo en un comunicado.
Recetas del chef Jordi Vilà
El restaurante también estará bajo la coordinación chef Jordi Vilà, el ganador del Premio Nacional de Gastronomía 2021, y que tiene una estrella Michelín en Alkimia, el restaurante que está ubicado en el primer piso de la Fábrica Mortiz. La cerveza será el epicentro del recetario, que copiará las propuestas más exitosas de la carta de Ronda Sant Antoni.
El objetivo de los dueños de la compañía es captar tanto al público nacional como el turismo, interno y externo, que va de compras por el centro del Eixample. Para los responsables de la empresa era básico poder hacer caja durante Navidad, un momento en el que Rambla Catalunya concentra buena parte de las compras que se hacen por la ciudad, incluso en plena oleada de contagios de Covid.
Crisis económica
La nueva apuesta gastronómica de la compañía tiene lugar a pesar de que el grupo no consigue levantar cabeza en lo económico. La cervecera controlada por los hermanos Daniel y Jorge Roehrich Saporta, dueños del grupo La Zaragozana, convocó una junta general extraordinaria en octubre para aprobar una nueva inyección de recursos en su filial catalana. Repiten de este modo la operativa qu siguen desde 2013. En todo este tiempo han acumulado un agujero de 28 millones de euros en su cuenta de explotación.
Ello no ha sido problema para que Moritz arriende el antiguo local de dos pisos de la cervecería Maestró, que producía su propia bebida alcohólica en el mismo establecimiento. La preparación del local ha implicado que el desembolso inicial para adecuarlo haya sido menor que si se hubiera elegido otro establecimiento, indican fuentes de la compañía. La gran pregunta es si la nueva Casa Moritz ayudará a llegar al punto de equilibrio económico de la sociedad explotadora o no.