Los sindicatos de Alstom temen por sus contratos con el traspaso de Rodalies
La fabricación de 76 nuevos trenes de gran capacidad para las Cercanías catalanas peligraría si el Govern decidiera dejar fuera de la operativa a Renfe
10 diciembre, 2021 00:00Los trabajadores de Alstom STP muestran inquietud ante el traspaso de Rodalies a la Generalitat de Cataluña. Esto se debe, según apuntan fuentes sindicales a Crónica Global, al hecho de que el contrato programa que permitiría ampliar la fabricación a 76 trenes más estaría en peligro. Una situación que se produciría si el Ejecutivo catalán decidiera sustituir a Renfe en la operativa general de Cercanías de Cataluña, con la transferencia de competencias al completo a otra empresa ferroviaria.
El consejo de administración de Renfe aprobó en marzo de este año la adjudicación a Alstom del suministro de 152 trenes de 100 metros de longitud, por un importe de 1.447 millones de euros; y a Stadler Rail Valencia, de 24 convoyes de 100 metros y 35 de 200 metros por otros 998 millones. En dicho contrato se incluía un anexo con posibilidad de ampliación para la fabricación de 76 vehículos más en la planta de Alstom en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona).
Creación de 400 puestos de trabajo
La flota de Cercanías en Cataluña necesita, según fuentes del sector, una renovación de sus trenes con "bastante urgencia". De hecho, este ha sido el criterio seguido por Renfe. Y, en el caso de que con el traspaso de Rodalies entrara una nueva operadora en la gestión del servicio, serían necesarios alrededor de 50 convoyes para el buen funcionamiento ferroviario.
Ahí es donde radica la polémica que los sindicatos denuncian. Una vez realizado el traspaso, se perderían 400 puestos de trabajo en la planta barcelonesa de Alstom si el Ejecutivo catalán decidiera retirar la operativa a Renfe. Fuentes del sector conocedoras del asunto aseguran a este medio que, además, estaría en peligro un contrato por un valor aproximado de 875 millones de euros para la fabricación de esos 76 trenes.
Miedo a Stadler
“El encargo iría a parar a Stadler”, auguran fuentes próximas a la Generalitat. Este es el temor de parte de los sindicatos y trabajadores en el caso de que el Govern sustituyera a Renfe una vez normalizadas todas las competencias estatales de Rodalies: una cuestión que el propio Ejecutivo catalán ha puesto sobre la mesa en los debates más politizados. Es decir, pronunciamientos a vuelapluma sin tener en cuenta el impacto sobre la industria local de una actividad como la que genera Renfe.
Los temores se fundamentan, en gran medida, en el resultado de las últimas grandes licitaciones de la Generalitat --a excepción de la previa de la lanzadera del aeropuerto, que fue para Alstom--. En general, han ido a parar a Stadler, una firma cuyo centro productivo de referencia en España está ubicado en la Comunitat Valenciana en lugar de en Cataluña. Estas se refieren a los cuatro trenes de la R12 de Lleida --futuras RL3 y RL4, hasta Cervera y Manresa, respectivamente--, y las de la línea entre la capital de poniente y La Pobla de Segur. La ubicación de la fábrica en la que se producirían los convoys en un principio debería hacer perder puntos en el concurso de adjudicación público frente a Alstom, que es la única compañía de fabricación de trenes con planta y talleres en Cataluña, si se tiene en cuenta que el impacto en la economía local es otra de las cuestiones a valorar en la mesa de adjudicación. Con todo, el precio final aún prima en las concesiones de este perfil que se han hecho hasta a fecha.
Los sindicatos de Alstom temen que el cambio de operativa, por el deseo del Govern de dejar fuera de la ecuación a Renfe, aparque la ejecución de un contrato millonario que llegaría a crear 400 nuevos puestos de trabajo. De cumplirse los pronósticos de los expertos por el traspaso de Rodalies, la Generalitat mermaría las cargas de trabajo previstas del único fabricante de material rodante ferroviario de Cataluña.