La gran empresa destruye 50.000 empleos en el contexto de la pandemia
Al contrario que las pymes, resisten en pie gracias a sus dimensiones, pero a costa de adelgazar plantillas como nunca antes
28 noviembre, 2021 00:00El impacto en el empleo ha sido una de las consecuencias más destacadas de la actual crisis, hasta el punto de que incluso la gran empresa se ha sumado al proceso de ajuste de plantillas. El empleo destruido por compañías de tamaño grande se aproxima a los 50.000 puestos de trabajo, aunque en algunos casos han recuperado las cifras de negocio anteriores a la pandemia en tiempo prácticamente récord.
Con un tejido empresarial compuesto de forma muy mayoritaria por pymes, han sido éstas las que han cargado también con el grueso de la destrucción del empleo, especialmente a través del cese de los negocios, que no han podido recuperarse del duro golpe que supuso para ellos los largos periodos de restricción de actividad.
El duro ajuste de la banca
No obstante, la crisis del coronavirus también será recordada por coincidir con un proceso de ajuste en el sector financiero que no ha tenido parangón desde hace más de diez años.
Sólo la banca ha eliminado cerca de 20.000 puestos de trabajo, además de propiciar del cierre de sucursales que se cuentan por miles. En algunos de los casos, este adelgazamiento de las plantillas ha venido dado por operaciones corporativas, como ha sido el caso de la fusión entre Caixabank y Bankia y también la de Unicaja Banco y Liberbank (éste aún en proceso de negociación en lo que a la estructura laboral se refiere).
Ahorro de costes
Pero también entidades como Santander, BBVA y Banco Sabadell han negociado y ejecutado ERE, en el caso de este último por dos ocasiones, que se han justificado por la necesidad de alcanzar objetivos de ahorro de costes.
Santander ha diseñado una estrategia que contempla ahorros de 1.000 millones de euros anuales en sus negocios en Europa, donde cuenta con implantación en Reino Unido, Portugal y Polonia, además de España. La decidida apuesta por la digitalización de la operativa bancaria, en línea con las demandas de los clientes, ha llevado a la entidad que preside Ana Botín a echar el cierre a algo más de 1.000 oficinas y prescindir de 3.000 trabajadores.
Eficiencia para Banco Sabadell
Una cifra similar a la que se ha dado en Banco Sabadell, que ha iniciado una nueva etapa, también con nuevo equipo directivo, liderado por el consejero delegado, César González-Bueno. A punto de cumplirse un año desde su nombramiento, el ejecutivo llegó a la entidad cuando ésta ya había empezado a ejecutar una reducción de plantilla de 1.800 personas, que después se ha visto ampliado por un nuevo ERE.
La hoja de ruta trazada por el banco contempla ahorros anuales en torno a los 100 millones de euros y un elevado margen para ser más eficientes en banca minorista, como se encargó de señalar González-Bueno en una de sus primeras comparecencias públicas, cuando incluso ni se había presentado al mercado el plan estratégico.
El primer ERE de El Corte Inglés
No obstante, no ha sido la banca la única en protagonizar ajustes de este tipo. Las consecuencias del impacto del Covid-19 en el modelo de negocio también ha propiciado el primer ERE de la historia para un grupo como El Corte Inglés, que acordó con los representantes sindicales la salida de algo más de 3.000 trabajadores en el marco de un proceso de adaptación a nuevos tiempos en los que la digitalización también representa un papel importante.
Movimientos de este tipo también se han dado en el sector de las telecomunicaciones, con las grandes operadoras inmersas en una batalla por el cliente con pequeñas empresas, cuya reducida estructura de costes les permite lanzar al mercado ofertas muy atractivas, con las que los líderes no pueden competir.
La batalla de las 'telecos'
Vodafone, Orange… y, por supuesto, Telefónica, que está a punto de iniciar una negociación con los representantes de los trabajadores, en un contexto en el que se barajan cifras de salidas de entre 3.000 y 4.000 empleados.
De acuerdo con datos de Cepyme, la patronal de la pequeña y mediana empresa, la crisis ha acabado con unas 40.000 de estas sociedades. En ese proceso se han ido la mayoría de los empleos perdidos. Pero, a diferencia de otras crisis, la aportación de las grandes compañías ha sido en este caso muy notable.