Sede corporativa del BBVA, en el barrio madrileño de Las Tablas / EP

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Business

Turquía da el enésimo disgusto a BBVA con un nuevo cortocircuito

El banco español busca soluciones en Italia con el lanzamiento de una firma online mientras la abrupta bajada de tipos impuesta por Erdogan desploma la divisa local y dispara la prima de riesgo

22 octubre, 2021 00:00

La exposición del BBVA a Turquía ha vuelto a provocar un nuevo sobresalto en el seno de la entidad financiera española. Su apuesta por el mercado otomano, cristalizada en su papel de primer accionista del banco local Garanti, se ha visto sacudida por un nuevo desplome de la divisa local como consecuencia de una abrupta rebaja de los tipos de interés, notablemente más acusada de lo que esperaba el mercado.

El Banco Central de Turquía ha anunciado una rebaja del precio oficial del dinero nada menos que de 200 puntos básicos, muy por encima de lo recomendado por los analistas y de los últimos responsables de la entidad emisora, todos ellos depurados por el presidente turco, Recip Erdogan, principal impulsor de esta estrategia que busca un impulso de la actividad a base de descargas eléctricas.

Castigo bursátil

Sin embargo, los resultados son más parecidos a un cortocircuito. Por lo pronto, la medida ha provocado la caída en vertical de una ya muy devaluada lira turca y también una acusada huida de los bonos de ese país por parte de los inversores, lo que ha llevado la prima de riesgo por encima de los 2.000 puntos básicos.

Las acciones del BBVA han cerrado la sesión del jueves con un descenso del 2,9%, en una jornada especialmente negativa para los valores financieros. De hecho, cuatro de las cinco mayores caídas del Ibex 35 han sido protagonizadas por bancos, incluido Bankinter (-5,51%) pese a que sus resultados trimestrales han sido positivos.

Apuesta de riesgo

Sin embargo, en el caso de la entidad que preside Carlos Torres el castigo inversor, aunque tendido, viene de lejos. En las últimas dos semanas, cuando las tensiones en torno a la economía turca se han acelerado de forma notable (con su correspondiente repercusión en la divisa), los títulos de la entidad se han dejado cerca del 6,5%. En el mismo periodo, el indicador selectivo ha registrado un tono prácticamente plano.

La inestabilidad de Turquía y una errática política monetaria han repercutido de forma negativa en BBVA por su exposición a este mercado, por el que apostó hace casi 11 años, aun bajo la presidencia de Francisco González.

Inestabilidad

Una buena muestra de la inseguridad generada por la estrategia del país otomano ha sido el carrusel de relevos al frente de su banco central, provocado porque los responsables designados en cada momento para dirigir la institución no cumplían los deseos de Erdogan.

Tras el anuncio de la venta de la práctica totalidad de su negocio en EEUU, hace casi un año, el mercado hizo cábalas con la posibilidad de que BBVA empleara parte del exceso de capital en incrementar su participación, actualmente al borde 50% tras una compra inicial del 25% y sucesivas ampliaciones.

Alternativa en Italia

Sin embargo, la entidad no se ha planteado una mayor exposición a un mercado que no ha respondido a las expectativas generadas en su día. Se adentró en una plaza emergente, con un potencial aparentemente destacado pero con demasiados riesgos asociados.

El episodio de crisis turca se produce precisamente el día en que BBVA hizo oficial el lanzamiento de un banco por internet en Italia, con la intención de avanzar en el área de banca minorista.

Diversificación

BBVA aterriza en el negocio de clientes particulares del país transalpino con su oferta de servicios libre de comisiones y con su tarjeta avanzada en materia de seguridad (sin número impreso y con código CVV dinámico) como la que lanzó en el mercado español.

Una clara apuesta por la diversificación geográfica, en busca de mercados más estables, toda vez que la exposición de la entidad a zonas emergentes como Turquía y Latinoamérica resulta demasiado elevada.

Al mismo tiempo, BBVA pretende escenificar su vocación digital, en la que ha avanzado de forma notable desde la última etapa de González al frente del banco y que ha cobrado sentido especialmente en los últimos años con el cambio de perfil del cliente y su forma de relacionarse con la banca.