PGGM vende un 2,5% de Colonial tras la absorción de su filial francesa

La maniobra se produce en el contexto de la operación desarrollada en los últimos meses por Colonial, basada en la adquisición de la participación de su filial francesa SFL que no estaba bajo su control, con el fin de optimizar el negocio en París, una de sus tres plazas estratégicas junto a Barcelona y Madrid.

Entrada de Crédit Agricole

Como consecuencia de esta operación, la entidad financiera gala Crédit Agricole, propietaria de buena parte de esas acciones de SFL que Colonial aún no poseía, entró en el capital de la socimi española, con una participación del 4,2%, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

PGGM afloró una participación significativa en Colonial a finales de 2019, poco antes de la llegada de la pandemia, y de forma casi inmediata elevó su peso en el capital de la compañía hasta el 5%.

Cerca de 100 millones de euros

Poco antes del verano comenzó a deshacer su posición en la empresa que preside Juan José Brugera, que se ha concretado de forma más acusada en las últimas semanas, con la colocación en el mercado de algo más de 11 millones de acciones, valoradas a precio de mercado en algo más de 95 millones de euros.

El emirato de Qatar se mantiene como primer socio de la compañía, con una participación próxima al 20%.

Un fondo de pensiones

PGGM es uno de los grandes fondos de pensiones europeos y se encarga de gestionar el sistema de ahorro de los empleados del sector sanitario en Países Bajos.

Conocido familiarmente en el sector como “el fondo de las enfermeras holandesas”, la entidad tiene en el sector inmobiliario uno de sus focos de inversión, tanto en el capítulo de participaciones en compañías cotizadas como en el de inmuebles en renta, con una destacada cartera patrimonialista que le permite asegurarse una rentabilidad recurrente.

Pasado en Metrovacesa

Países Bajos es uno de los primeros mercados europeos en implantar un sistema equivalente al de las socimi en España con el fin de bonificar desde el punto de vista fiscal a empresas inmobiliarias cotizadas, enfocadas al alquiler y con un elevado porcentaje de sus resultados distribuido entre sus accionistas en forma de dividendo.

En su día, PGGM fue accionista de referencia de Metrovacesa, de la que llegó a controlar cerca de un 20%, a través de títulos en cartera y también de productos derivados. El fondo aprovechó la batalla que se desató por el control de la inmobiliaria a mediados de la primera década del siglo para vender su participación y aprovechar así la gran revalorización protagonizada por la compañía.