Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno, pergeñó el decretazo energético / EP

Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno, pergeñó el "decretazo" energético / EP

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El Gobierno frena de forma indirecta la opa de IFM sobre Naturgy

Las modificaciones en el sector energético improvisadas por Moncloa para rebajar el impacto de la subida de la luz han generado un clima de inestabilidad que complica más la operación

18 septiembre, 2021 00:00

El mercado aguardaba con expectación el informe del consejo de Naturgy sobre la opa de IFM, que afloró una consideración inesperada: lo “razonable” del precio. Sin embargo, esta valoración presenta algún que otro matiz, tal que sólo le da tal carácter la pequeña revolución improvisada por el Gobierno en el sector como consecuencia de la crisis generada por la subida sin control de la electricidad. Una buena dosis de incertidumbre que es, precisamente, lo peor que le podía pasar al proceso.

Resulta paradójico pero, visto el tono del informe, un tanto hostil con la operación y con el oferente en algunos aspectos, podría resultar que el Ejecutivo ha influido más en la operación de forma indirecta, casi sin querer, que durante los meses en los que el debate el seno de Moncloa sobre la conveniencia o no de dar luz verde a la opa se elevó de tono en no pocas ocasiones.

Rechazo a un precio "razonable"...

El documento aprobado por el órgano ejecutivo de Naturgy deja lugar a pocas dudas sobre la respuesta interna a la oferta: no acudirán los principales accionistas, algo que ya era conocido, ni tampoco venderán aquellos miembros del consejo que además poseen títulos de la energética. Entre ellos, el propio presidente, Francisco Reynés.

Lo que en principio podría parecer una contradicción (no aceptar una oferta que presenta un precio razonable), no lo es tanto. El consejo de Naturgy, apoyado en la valoración realizada por Citi, su asesor en la operación, deja bien claro que sólo resulta razonable desde el punto de vista financiero y “en las actuales circunstancias”.

... y pese al desplome bursátil

Esas circunstancias son las de un sector energético que por momentos se ha caído a pedazos en bolsa después de que el Consejo de Ministros anunciara que durante los dos próximos trimestres se van a esfumar nada menos que 2.600 millones de ingresos que las compañías daban por asegurados. Y, como apunta el referido documento, este es el impacto aislado de una de las medidas del Gobierno, la única cuyo efecto ha sido cuantificado de alguna manera.

Ha sido precisamente la opa el elemento que ha salvado a Naturgy del ajuste bursátil, pero lo acabará padeciendo cuando el proceso termine, con independencia del resultado. Y aún así, con ese escenario, ninguno de los socios principales ni de los consejeros venderán. Del mismo modo, la compañía bloqueará la autocartera, que tampoco acudirá a la oferta.

Sede de Naturgy en Madrid / EP

Sede de Naturgy en Madrid / EP

La pelea en Moncloa

Al contrario de lo que ocurrió en el caso de IFM, cuya versión definitiva del folleto de la oferta fue aprobada a inicios de septiembre, a Naturgy sí le ha dado tiempo a incluir en el informe el factor de la mini reforma  del Gobierno. Y el panorama no lleva precisamente a la tranquilidad. Ni tampoco invita a afrontar demasiadas aventuras: el plan estratégico, en entredicho; la incertidumbre impide, por ahora, valorar desde el punto de vista financiero los cambios. Y, además, los tribunales asoman ya de forma discreta por el escenario.

Teóricamente, la operación corrió más peligro en los primeros meses, cuando las posiciones en el Gobierno estaban más que divididas. Y en el bando de los que se oponían, además de los ministros de Unidas Podemos, dos miembros considerados como pesos pesados: el ya exministro de Transportes José Luis Ábalos, e Iván Redondo, el antiguo jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Obstáculos salvados

Para fortuna de IFM, perdieron la batalla y, además, ni siquiera pueden seguir peleando por ella porque ambos fueron víctimas de la profunda remodelación llevada a cabo por Sánchez en el Ejecutivo tras las elecciones de la Comunidad de Madrid.

Tampoco las condiciones impuestas por el Gobierno para aprobar la operación fueron un obstáculo. Ni el hecho de que Naturgy no esperara al desenlace de la opa para aprobar su plan estratégico a cinco años.

Sin mejora, sin OK

Pero la batería de medidas de Moncloa contra el “subidón” eléctrico ha puesto patas arriba el sector. Y con ello, se ha llevado las mínimas posibilidades de que IFM mejore el precio porque, sin necesidad de hacerlo, ya ha logrado que la propuesta se vea con otros ojos: mientras el resto de las eléctricas se hunden, cualquier accionista puede vender sus acciones a precios anteriores al cambio.

El consejo ha leído la jugada de esta forma: no se trata de una mejora de la propuesta, sino de un empeoramiento considerable del escenario, que hace que lo mismo, es decir, lo que iba a rechazar de forma tajante por considerarlo abiertamente insuficiente, parezca mejor.