Francisco Reynés (centro), presidente de Naturgy, flanqueado por Carlos Vecino y Pedro Larrea (izq.) y por Steven Fernández y Carlos Barredo

Francisco Reynés (centro), presidente de Naturgy, flanqueado por Carlos Vecino y Pedro Larrea (izq.) y por Steven Fernández y Carlos Barredo

Business

El plan estratégico de Naturgy deja fríos al mercado y a IFM

Contrariedad en el fondo australiano por que la energética haya decidido aprobar antes de que se resuelva la opa la hoja de ruta para los próximos años, que además considera poco ambiciosa

2 agosto, 2021 00:00

“La compañía necesita un plan, no podemos estar pendientes de procesos que no dependen de nosotros”. Fueron palabras del presidente de Naturgy, Francisco Reynés, en la presentación del nuevo plan estratégico de la compañía para los próximos cinco años, con un claro destinatario: IFM, el actor principal de ese proceso que no está en las manos de la compañía energética, que no es otro que la opa parcial anunciada a finales de enero y que ahora, más que nunca, queda en terreno de nadie.

El libro de instrucciones que marcará los designios de Naturgy al menos hasta 2025 ha dejado un tanto frío al fondo australiano, cuyos planes pasaban en todo caso por ser partícipe del diseño de esa estrategia. En la cabeza de los gestores de IFM no está apostar más de 4.950 millones de euros por una empresa para no poder intervenir en el diseño de su futuro que, por lo demás, tampoco le entusiasma.

Retrasos y urgencias

Algo parecido sucede con los inversores, entre los que el plan de la energética no ha sido acogido de forma optimista. Desde que se conocieron los detalles del mismo, los títulos de la compañía se han depreciado un 3,5%, en unas sesiones en las que el tono del Ibex 35 ha sido prácticamente plano.

Es cierto que la situación requería de cierta urgencia en Naturgy. El nuevo plan debería haberse aprobado y presentado a comienzos de año, probablemente en coincidencia con las cuentas anuales del pasado ejercicio, en los primeros días del mes de febrero. Pero ya incluso esa fecha suponía un retraso respecto de los planes originales, que apuntaban a mediados de 2020 como fecha de revisión del programa 2018-2022 (en su ecuador, cuando suelen actualizarse este tipo de planes).

Momento inapropiado

Si la pandemia fue el motivo para la primera cancelación, la opa (anunciada en la última semana de enero) marcó la segunda. No parecía lo más adecuado dibujar el futuro de Naturgy a medio plazo cuando su estructura accionarial podría modificarse de forma significativa.

A diferencia de lo que sucede en la actualidad, por aquel entonces Criteria Caixa, el primer accionista de la empresa energética, aún no se había pronunciado sobre qué actitud tomaría ante la oferta (tanto GIP como Rioja --CVC y Corporación Financiera Alba-- sí habían manifestado su rechazo a vender sus respectivas participaciones del 20%). En definitiva, un escenario de incertidumbre en el que no es recomendable tomar decisiones trascendentes.

La opa, donde estaba

Meses después, la situación ha cambiado en lo referente a la postura de Criteria, que ya está definida, pero no en relación con la oferta, que a los efectos continúa prácticamente donde estaba: pendiente de la decisión del Consejo de Ministros, cuyo plazo formal para pronunciarse al respecto de la oferta está a punto de cumplir los seis meses que marca su límite.

“Tenemos la idea de invertir 14.000 millones en los próximos años y no podemos hacerlo sin saber dónde; y además tenemos que tener un plan con vistas a nuestra plantilla, para captar y retener talento. Porque lo que sí depende de nosotros es el futuro de miles de familias y la situación de millones de clientes”, apuntó Reynés para justificar la decisión de no seguir esperando al desenlace de la oferta que, además, se encargó de reiterar hasta en tres ocasiones que es “totalmente legítima, pero no solicitada”.

Demasiado conservador

No es habitual que en este tipo de presentaciones esté presente y tome parte activa una figura como la del secretario del consejo de administración. Pero esta situación no era convencional. Manuel García Cobaleda, a quien corresponde tal cometido en Naturgy, intervino para dejar claro que la compañía no contravenía la normativa de opas por el hecho de seguir adelante con el plan. “La ley no impide aprobar planes, lo que censura son actuaciones que hagan fracasar la oferta”.

Argumentos que tienen perfecta cabida en el terreno de lo razonable, pero que no han convencido a IFM; lo mismo que un plan en el que no ha participado y que, además, considera que es poco ambicioso, demasiado conservador en un ámbito como el de las energías renovables en el que durante los próximos años se va a desarrollar una batalla sin cuartel.

Perfil activo

El perfil de IFM no es el de un vehículo de inversión que toma participaciones en empresas con el objetivo de ponerlas en valor en un plazo razonable para salir con una plusvalía lo más jugosa posible en busca de la siguiente oportunidad. “Venimos para quedarnos en Naturgy por lo menos los próximos 40 años”, se ha escuchado en numerosas ocasiones en círculos próximos al fondo.

Aquellas empresas en las que IFM ha tomado una participación pueden dar fe de que los gestores del vehículo aterrizan con la intención de transformar las compañías, de dotarlas del mayor dinamismo posible… en definitiva, de influir y participar en su gestión. Algo que se antoja muy complicado si el futuro de los próximos 14.000 millones de inversión está ya más que definido.

Prudente silencio

Otro de los mensajes que Reynés envió a IFM al presentar el plan es que había sido aprobado por unanimidad en el consejo. También lo dijo más de una vez. Y para terminar de dar sentido a la información, García Cobaleda recordó que en el órgano ejecutivo de la compañía está representado el 67% del capital (esto es, los tres principales socios, mencionados anteriormente). Es decir, sin aparentes fisuras que hagan que alguien que viene de fuera las aproveche para meter su particular cuña.

En IFM no hay una decisión tomada al respecto de la oferta. El fondo continúa a la espera del pronunciamiento de la Moncloa. En su día, cuando Criteria anunció que, lejos de aceptar la opa, se reforzaría incluso más en Naturgy (algo que no ha dejado de hacer desde entonces), IFM reaccionó en positivo y consideró que la decisión del hólding de participadas de La Caixa era una buena noticia para sus intereses; no pensaba lo mismo ese mercado que, ahora, parece plenamente convencido de que el plan de Naturgy no lo es. Y, en esta ocasión, el oferente guarda un prudente silencio.