La representatividad empresarial en Cataluña ha llegado a un equilibrio, en el que las dos principales patronales, Foment del Treball y Pimec, saben qué deben defender y cómo colaborar. Pero los recelos han comenzado a aparecer, tras el intento de la pequeña y mediana empresa de establecer, junto con otras entidades, una plataforma propia en el conjunto de España. Los intereses, en ese caso, ya son contrapuestos, y los malos entendidos o las interpretaciones distintas hacen acto de presencia y se evidencian en las dos figuras que lideran las dos patronales, Josep Sánchez Llibre y Antoni Cañete. Los dos protagonizan en los últimos meses una actividad frenética y, aunque están dispuestos a mantener una colaboración que ha sido “fructífera y que continuará”, --palabras suscritas por las dos entidades-- se inicia una etapa en la que se pueden producir choques importantes.
La cuestión es que Antoni Cañete, presidente de Pimec, que sustituyó a Josep González al frente de la patronal, tras unas elecciones que ganó a Pere Barrios, el candidato de Eines de País, --apoyada por la ANC--, considera que la gran patronal en España no representa a las pequeñas y medianas empresas. La CEOE, que preside Antonio Garamendi --la referencia de Foment del Treball-- cuenta con Cepyme --que preside Gerardo Cuerva-- para defender esos intereses, pero para Pimec esa patronal solo es una división de la CEOE que está sujeta, de hecho, a los intereses de las grandes empresas.
El paso de Cañete
El paso que ha dado Cañete, que se considera “precipitado” y “lleno de peligros” por las entidades con las que se ha asociado, pone en cuestión todo el organigrama de la representividad empresarial en España. Se trata de Conpymes, una patronal propia, que Cañete presentó en Madrid el pasado 21 de mayo, arropado por la propia mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, que se ha implicado en el proyecto. Foment marca distancias con ese intento, y recuerda que han sido los sindicatos los primeros en mostrar sus reticencias. El secretario general de la UGT, José María Alvárez, señaló, tras la presentación en sociedad de Conpymes, que la representatividad “se gana con el trabajo diario”, y que la nueva entidad debía demostrar su utilidad y ser creíble. Un dardo directo a Cañete.
Antonio Cañete, sin embargo, que ha logrado con un trabajo constante en los últimos años una agenda propia en Madrid, con sus intervenciones en comisiones del Congreso en su particular lucha contra la morosidad de las grandes empresas --que afecta sobremanera a las empresas proveedoras, pequeñas y medianas compañías-- pisa fuerte en estos momentos porque sabe que se dan las circunstancias para lograr su objetivo: una relación fluida con el Gobierno, con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y con el entorno del presidente Sánchez, que se ha interesado por ese proyecto empresarial.
Las conexiones de Sánchez Llibre
Sin embargo, el propio presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, mantiene su interlocución, producto de largos años en el Congreso como portavoz de CiU, con los poderes económicos y políticos de Madrid. Y su entorno recuerda que fue él, precisamente, el que trabajó para sacar adelante una ley contra la morosidad, con los postulados de Pimec, que lleva años en esa lucha, desde el Congreso.
La cuestión de la representatividad, y la premura de Pimec --aunque la patronal señala que lleva tiempo preparando ese salto junto con otras entidades descontentas en el conjunto de España--, está en el corazón de los recelos que han aparecido entre las dos patronales catalanas. Pero hay más factores. La colaboración ha sido estrecha en los últimos meses, y, de hecho, Foment ha jugado un papel importante en la elección de Cañete al frente de Pimec. Josep Sánchez Llibre y Josep González conversaron para ver cómo se podía hacer el relevo en Pimec con garantías, frente a una posible candidatura del independentismo. No se quería que se pudiera repetir lo que ocurrió en la Cámara de Comercio de Barcelona, con la victoria electoral --por la baja participación y la desmovilización de miles de empresas-- de Joan Canadell, ahora diputado de Junts per Catalunya. Y la opción fue la de adelantar los comicios, con Antoni Cañete, que había sido el secretario general de Pimec y mano derecha de González, como candidato a la presidencia. Se valoraron otros nombres, pero Cañete fue el elegido. Y la operación salió bien.
Ocupar el espacio empresarial
Pimec percibe que Sánchez Llibre, como presidente de Foment, busca protagonizar toda la actividad pública del empresariado. Y fuentes de la patronal se preguntan qué hubiera pasado si en un acto impulsado por Pimec se le hubiera dado tanto protagonismo a la Cámara de Comercio de Barcelona, que preside ahora Mònica Roca, como ocurrió en el acto de la pasada semana en Esade en favor de la ampliación del aeropuerto de El Prat. Se da por descontado que Foment hubiera criticado esa acción.
La bronca de Pimec con la Cámara de Comercio ha sido mayúscula en los dos últimos años, con ataques constantes de Canadell a la patronal, al señalar que tenía miedo “a las elecciones internas”. De hecho, Canadell intentó asaltar Pimec en anteriores ocasiones, con un resultado frustrante para sus intereses. Es decir, el recelo de Pimec viene dado por un deseo de Foment de ocupar todo el espacio empresarial, mientras que Foment ve a Cañete “demasiado lanzado” hacia un mayor protagonismo en el conjunto de España, donde el referente es la CEOE y Cepyme.
La lucha en el conjunto de España
Sin embargo, las dos patronales han trabajado conjuntamente, y llegaron a un consenso para sacar adelante un texto que pudiera ser válido para otras entidades en ese acto a favor de la ampliación de El Prat. Foment supo modificar su idea inicial, --más crítica con el Govern de la Generalitat-- en beneficio del conjunto, y Pimec valoró ese esfuerzo, entendiendo el protagonismo en el acto de la Cámara de Comercio, a pesar de las distancias que mantiene.
En el caso de Conpymes la batalla podría ser más intensa. En la plataforma, que preside el promotor inmobiliario José Luis Roca, figura en la Presidencia de Honor Julio Villaescusa Izquierdo (Fenadismer) y Josep González, el hombre con el que ha colaborado durante años el propio Josep Sánchez Llibre.
Lo que funciona en Cataluña, con Foment y Pimec, no necesariamente puede reproducirse en el conjunto de España. En Cataluña la batalla interna por la representatividad también fue dura. El reparto de la voz empresarial, entre las dos patronales, Foment --donde está integrada Fepyme (división de pequeñas y medianas empresas)-- y Pimec llegó tras dos décadas de conflictos judiciales. El acuerdo llegó, precisamente, con la presidencia de Josep Sánchez Llibre en Foment.