Pimec reabre la caja de Pandora de la representatividad en el Estado
La aparición de Conpymes desata una pugna con Cepyme por la captación de pequeñas empresas y autónomos que resquebraja la unidad patronal
22 mayo, 2021 00:00Una revolución en el mundo empresarial que sacude también a los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT. La plataforma Conpymes, impulsada por Pimec desde Cataluña, ha creado un enorme malestar en la CEOE. Está en juego la representatividad en el Estado, es decir, los actores que deben protagonizar el diálogo social con el Gobierno.
La actuación determinante de Antoni Cañete al buscar socios en toda España para constituir una patronal de pymes y autónomos choca directamente con Cepyme. Esta entidad defiende ese mismo segmento económico, pero figura en el seno de la CEOE que preside Antonio Garamendi. Lo que reclama Pimec es que se adopte en toda España un esquema similar al catalán, con dos patronales diferenciadas.
Pimec, al timón
Sin embargo, la lucha por la representatividad fue enorme y costosa en Cataluña, con fuertes fricciones con los sucesivos gobiernos autonómicos. Y no fue hasta la presidencia de Josep Sánchez Llibre en Foment cuando se llegó a un acuerdo por la representatividad social junto a CCOO y UGT que implicaba sellar casi dos décadas de conflictos judiciales.
En cualquier caso, Cañete, ahora presidente de Pimec tras muchos años como mano de derecha de Josep González, ha cogido el timón con ganas de marcar un nuevo horizonte. De hecho, será su vicepresidente primero, mientras que la presidencia recaerá en José Luis Roca. La queja constante de sus impulsores es la falta de una patronal en España que hable en nombre de las pymes. A su juicio, la CEOE sólo actúa en nombre de las grandes corporaciones y no interviene en favor de las pequeñas empresas.
Los socios de Cañete
Añaden que Cepyme está atada de pies y manos por su dependencia orgánica y financiera, ya que la asociación no cobra cuotas, sino que el 100% de sus ingresos le son transferidos desde las arcas de la CEOE, con la que incluso comparte la sede. Pese a estas razones, voces del mundo empresarial acogen con matices la operación.
Estos interlocutores señalan que, aunque el propósito es “respetable” y puede contar con “sólidos argumentos”, el problema es la relación que ha establecido Cañete con “algunos socios” poco representativos en el resto de comunidades autónomas. Conpymes se ha hecho fuerte en sectores como el transportista, que cuenta con una red de asociados potente en todo el territorio a través de FENADISMER y ANETRA, pero reconoce que le falta expandirse en varias provincias dada la menor estructuración del tejido asociativo fuera de Cataluña.
Lucha contra la morosidad
Una razón de peso para lanzar la nueva organización es la lucha contra la morosidad. Cuestión capital para las pequeñas y medianas empresas que sufren las dificultades en el cobro como proveedoras de las grandes compañías. Cañete ha convertido esta idea en su bandera, aunque en el pasado reciente quien más medidas propuso para garantizar los cobros fue Sánchez Llibre. De hecho, trabajó junto a los responsables de Pimec y de otras organizaciones empresariales para que sus reivindicaciones se pudieran plasmar en una ley durante su etapa como diputado de CiU.
Otras fuentes consultadas señalan más motivos de agravio como la factura eléctrica, la fiscalidad asfixiante y la desatención de las pymes a nivel normativo. Desde Cepyme rebaten las críticas que emanan de la organización de nuevo cuño. La entidad reivindica la agenda de la confederación --integrada por 57 confederaciones territoriales y 41 confederaciones territoriales-- para apoyar este ecosistema empresarial durante la pandemia.
Cepyme se defiende
La asociación recuerda, como ejemplo, que se avanzó al resto de agentes sociales al reclamar mayor flexibilidad para las empresas en ERTE. También refutan el presunto olvido sobre el conflicto por la morosidad. De hecho, señalan que la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad, encabezada por el dirigente de Pimec, ha contado desde su inicio con el respaldo de Cepyme y reivindica que han sido claves tanto para la publicación de una norma que fijase los plazos de pago máximos como el desarrollo de un regimen sancionador, cuya puesta en marcha se frenó por la pandemia.
Por último, ponen sobre la mesa su protagonismo en el diálogo social mediante su participación en numerosos organismos y mesas de negociación, y sus servicios de asesoramiento a sus afiliados. Un rol que llaman a no echar por la borda con propuestas que arrancan con nula representatividad en los órganos de concertación. Este medio ha intentado recabar la opinión de ATA y CEOE, que no han querido valorar la aparición de la nueva patronal.
Fractura patronal
El aldabonazo de Conpymes también ha sido leído en clave política por su competidor directo. El entorno de Cepyme recela del apoyo del Gobierno a la puesta de largo de Conpymes, que ha contado con la presencia de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y de la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez.
Pimec rechaza la acusación de politización. Además, incide en la larga gestación del proyecto que se dio a conocer ayer oficialmente como patronal. Pese a ello, hay voces que llaman a la calma. Es el caso de algunos asociados a la nueva entidad, como el Colegio de Agentes Comerciales de Barcelona, que mantendrá una doble vinculación tanto con Conpymes como con Cepyme. El tiempo dirá qué representatividad logra alcanzar Conpymes, que parte con desventaja en el tablero de juego y que ha levantado ampollas en el mundo empresarial.
Precisamente, UGT se encargó de recordar esa cuestión. Su secretario general, Josep Maria Álvarez, señaló que la representatividad se gana con el trabajo diario, y que esa cuestión, ahora, dista mucho de ser una realidad. Por ahora, el poder para negociar dentro del diálogo social aún está en manos de CEOE y, por ende, de Cepyme. Contar con un interlocutor fuerte que sea capaz de cumplir con los pactos alcanzados es un objetivo compartido por los sindicatos. Las fracturas entre organizaciones nunca han sido buenas para marcar el paso de la política laboral.