Una tienda de la cadena Pimkie, propiedad de los dueños de Decathlon / PIMKIE

Una tienda de la cadena Pimkie, propiedad de los dueños de Decathlon / PIMKIE

Business

Los dueños de Decathlon declaran la quiebra de Pimkie en Bélgica

Bancarrota de la división belga de la firma propiedad del grupo familiar Mulliez, que ya anunció un ERE en España el pasado septiembre

31 marzo, 2021 12:17

La división en Bélgica de Pimkie, se declaró en quiebra este martes, según ha informado el principal sindicato belga, ACV Puls. La cadena de ropa propiedad la Asociación Familiar Mulliez, los dueños de Decathlon, dispone de 24 tiendas en el país que se verán obligadas a cerrar.

La situación de bancarrota, declarada por el tribunal de Tournai, afectará a los 136 empleados que la firma francesa tiene en plantilla en Bélgica. En España, el grupo Mulliez, propietario también de otras marcas Alcampo, anunció en septiembre un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a 51 trabajadores de logística y almacén de Pimkie, que en 2019 contaba con 83 tiendas y 304 personas en plantilla en España.

El anuncio cae “como una bomba”

La dirección convocó el pasado lunes un comité de empresa extraordinario para comunicar a los representantes de la plantilla la quiebra. Según el principal sindicato belga, la compañía alegó una caída registrada en las ventas “durante varios años”, una situación que habría ido a peor con la pandemia.

“El anuncio golpeó a los trabajadores como una bomba”, señala Jörgen Meulders, secretario de ACV Puls. Según asegura, “nunca se dieron señales de que la quiebra fuera inminente” en el diálogo social con la empresa.

Los sindicatos piden una ley europea

La situación en la que ha acabado la compañía "provoca un regusto amargo en los empleados", según destaca Meulders, ya que los salarios de marzo han quedado por pagar y las tarifas de cancelación se transferirán al fondo para los cierres.

El sindicato ha reclamado cambios legales “para que los costes no se trasladen simplemente a los contribuyentes belgas, sino que hagan que las estructuras de grupo detrás de este tipo de empresas sean responsables de sus compromisos con los empleados”. Para Meulders, “existe una necesidad urgente de legislación europea sobre este tipo de quiebras”.