El convenio de los investigadores catalanes ha quedado arrinconado a la espera de que se forme Govern. El marco laboral que debe poner fin a la casuística de un sector cuyos trabajadores friegan la precariedad no empezará a debatirse hasta que desencallen las negociaciones entre ERC y Junts per Catalunya (JxCat).
Fuentes próximas a las conversaciones reconocen que todavía no se ha constituido la comisión negociadora entre sindicatos y patronal. Pese a que ambos actores se comprometieron a encauzar los contactos un mes después del 14F, el contencioso ha quedado gripado tras las elecciones. ¿Hasta cuándo? Por el momento no se ha marcado ninguna fecha en el calendario.
Frenazo
La parálisis institucional estaría detrás de este frenazo. Tanto UGT y CCOO como la patronal Acrec --una reconversión de la Asociación Catalana de Entidades de Investigación (ACER)-- anunciaron en diciembre del año pasado el inicio de los contactos tras siete años de bloqueo.
La normativa debe dar cobertura a los científicos de las entidades de investigación sin ánimo de lucro y participadas por la Generalitat de Cataluña. Este punto de inflexión llega tras una lucha sindical denodada por fijar unas condiciones mínimas de trabajo, tanto para frenar la fuga de cerebros como para reducir la eleva temporalidad del colectivo.
Precariedad laboral
Actualmente, los investigadores del sector público catalán se rigen o bien por el convenio de oficinas y despachos, o bien por los convenios propios de cada institución. Otros se cobijan bajo el paraguas genérico del Estatuto de los Trabajadores. Esta disparidad da cuenta de las diferencias salariales y laborales entre los asalariados.
Aunque hay centros en los cuales se han aprobado complementos en las percepciones, así como otros capítulos que dignifican la labor de los trabajadores, muchos otros profesionales no son tan afortunados. En Cataluña hay cerca de 40.000 investigadores, de los cuales se calcula que el 80% cuenta con un contrato temporal.
Impacto del Covid
El estallido de la pandemia ha servido, cuando menos, para poner sobre el tapete la delicada situación de los profesionales. El sector biomédico --que reúne a 10.000 investigadores-- ha congregado todas las miradas, pero muchos otros profesionales desempeñan sus funciones en ciencias sociales o humanas en todo tipo de instituciones, desde parques científicos hasta corporaciones publicoprivadas.
Según datos recabados por Crónica Global, el salario medio predoctoral en Europa asciende a 25.000 euros brutos anuales, mientras que en Cataluña apenas llega a los 14.000 euros. En los estudios posdoctorales la horquilla tampoco se estrecha, pese a que los trabajadores pueden aproximarse hasta los 27.000 euros (en el resto del continente se perciben 35.000). Se espera que el próximo convenio logre mejorar las condiciones de un colectivo fundamental para consumar la reconversión de una economía golpeada por la crisis sanitaria.