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La transición ‘verde’ deprecia 11.500 millones los activos de las energéticas

Gigantes del sector como Naturgy, Repsol y Endesa han tenido que realizar severos ajustes en la valoración de sus carteras a causa del desarrollo acelerado de las renovables

5 febrero, 2021 00:00

Los expertos insistieron en el pasado en que el proceso de transición energética no saldría precisamente gratis y las grandes compañías del sector pueden dar fe de ello. En apenas dos años y medio, el ajuste que han llevado a cabo gigantes energéticos como Naturgy, Repsol y Endesa ha dado como resultado una depreciación conjunta de activos de unos 11.500 millones de euros.

La última revisión de este tipo ha sido llevada a cabo por Naturgy, que sorprendió al mercado este jueves al presentar números rojos en sus resultados correspondientes al año 2020. El motivo, una nueva revisión del valor de sus activos, especialmente los relacionados con la generación tradicional, de algo más de 1.360 millones de euros. Su impacto en la cuenta de resultados se ha comido la totalidad del beneficio ordinario registrado durante el año, de por sí castigado por la caída de la demanda consecuencia de la pandemia del coronavirus.

Naturgy inició el camino

Se trata del segundo ajuste de este tipo que lleva a cabo la compañía que preside Francisco Reynés desde mediados de 2018. Por entonces, una recién rebautizada Naturgy, la anteriormente denominada Gas Natural Fenosa, iniciaba una nueva etapa, con un plan estratégico a cinco años, principalmente enfocada a abordar la transición del negocio a la energía verde.

Francisco Reynés, presidente y consejero delegado de Naturgy / EP

Francisco Reynés, presidente y consejero delegado de Naturgy / EP

Para ello, el grupo decidió revisar el valor de sus activos, sobre todo de aquellos al margen de las tecnologías renovables, que derivó en una depreciación cercana a los 4.000 millones de euros.

Endesa y las plantas de carbón

Se trató, por entonces, de la primera maniobra de este estilo realizada por una gran compañía del sector aunque el mercado ya descontaba por entonces que no sería precisamente la última.

No hubo que esperar mucho, algo más de un año, para que Endesa siguiera el camino de Naturgy, con una depreciación de activos muy centrada en las plantas de generación térmica de la antigua compañía pública, cuyo cierre había decidido adelantar con el fin de facilitar la transición energética, toda vez que había decidido tiempo atrás que no iba a acometer las inversiones impuestas por la Comisión Europea para prolongar la vida de estas centrales hasta 2025.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas / EP

El consejero delegado de Endesa, José Bogas / EP

El giro de Repsol

El ajuste contable que Endesa registró tras el verano de 2019 fue menos voluminoso que el de Naturgy, en el entorno de los 1.300 millones de euros.

Apenas un par de meses después, Repsol anunció su radical giro hacia la energía verde con un radical cambio de paradigma que llevaría a la compañía a ser neutra en carbono en el año 2050, en línea con los preceptos establecidos en el Acuerdo de París.

Pérdidas históricas

La empresa que preside Antonio Brufau se metía de lleno en las energías renovables, un año después de añadir a su cartera los primeros activos, adquiridos a Viesgo. La adaptación precisaba de una revisión en el valor de los activos, especialmente los relacionados con la industria petrolera, en la que Repsol seguirá siendo un referente durante todo este tiempo.

Antonio Brufau, presidente de Repsol / EFE

Antonio Brufau, presidente de Repsol / EFE

El ajuste incluyó una depreciación de algo más de 4.900 millones de euros, que llevó a la compañía a registrar pérdidas históricas en 2019, como había sucedido con Naturgy un año antes.

Segunda revisión

En esta ocasión, el turno ha correspondido nuevamente a Naturgy que, en este caso, ha centrado la revisión de valoración de activos en sus plantas de ciclo combinado, en las que es un referente en España.

La decisión llega en un momento importante para la empresa, que está pendiente de actualizar precisamente aquel plan estratégico que le llevó al primer ajuste. A finales del pasado año, Naturgy ya adelantó un cambio de paradigma, una vez superado el ecuador de su hoja de ruta, que daría paso a una política de rotación de activos con la meta de profundizar en su paso hacia las renovables.

La opa de IFM

La operación que marcaba el principio del cambio fue la venta del negocio de redes de electricidad en Chile, a la que se unió recientemente la adquisición de una pequeña empresa estadounidense con el atractivo de un buen número de proyectos renovables en el país por desarrollar.

Un movimiento que se ha visto distorsionado por la opa parcial y no solicitada lanzada por el fondo IFM, que pretende hacerse con un 22,7% de Naturgy. La situación ha pillado por sorpresa a la dirección de la compañía que, por el momento, ha optado por dejar para un momento más adecuado la revisión de su plan estratégico.