Batalla en los centros comerciales de Unibail-Rodamco para bajar los alquileres
El grupo francés cobra los recibos con mano de hierro en Glòries, Splau y La Maquinista pese al cierre de las instalaciones
15 enero, 2021 00:00La inflexibilidad de Unibail-Rodamco-Westfield (URW) con el cobro de los alquileres está convulsionando los centros comerciales que el grupo posee en Cataluña. La indignación entre los comerciantes es mayúscula ante la negativa del hólding a aprobar moratorias o quitas sobre el pago de las rentas. La mayoría de los afectados, muchos de ellos pequeñas empresas, han acudido ante los tribunales en busca de amparo. "Son el grupo más duro en las condiciones. Mientras el resto de propietarios han intentado llegar a acuerdos, Unibail no abre la mano", revela un empresario.
Los complejos de Splau, Glòries y La Maquinista, activos del grupo francés en la comunidad, acumulan 20 semanas de cierre forzoso como consecuencia del Covid-19. La prórroga de las restricciones anunciada ayer por la Generalitat de Cataluña ha caído como un mazazo sobre el sector. El cerrojazo ordenado por la Administración, sumado a las condiciones de hierro impuestas por la compañía, coloca al borde de la quiebra a muchas empresas con presencia en las instalaciones.
Unibail no perdona
Fuentes consultadas por Crónica Global destacan que la rigidez de la inmobiliaria ya se hizo patente durante la primera oleada del coronavirus. Entre marzo y junio, Unibail solo renunció a una mensualidad en el cobro de los alquileres. Sin embargo, dicha bonificación dejó al margen el 20% del recibo que corresponde a gastos fijos como la seguridad, la limpieza y la promoción de los complejos comerciales. Pese a que los edificios quedaron clausurados por el Gobierno, la inmobiliaria se negó a descontar estos servicios de la factura.
En esta tercera ola, ni siquiera se ha acordado una medida semejante. En el recibo de diciembre, los empresarios han comprobado que URW reclama el pago íntegro del arrendamiento. "No solo eso, sino que tampoco se acogen al decreto de la Generalitat que fija una rebaja del 50% si no hay acuerdo entre las partes". "Nos han comunicado por carta que optan por el decreto del Gobierno central, aprobado el 22 de diciembre, que deja en manos de los arrendadores ofrecer descuentos o prolongar el pago durante dos años pero solo en algunos casos", lamentan los inquilinos.
Ejecución masiva de avales
Frente a esta coyuntura, los comerciantes han optado por dos vías. Los más decididos han recurrido ante los tribunales amparándose en la cláusula rebus sic stantibus. "La litigiosidad está por las nubes", destacan los afectados. Otros han depositado ante notario las mensualidades que consideran justas en este contexto. De lo que no ha escapado ningún arrendatario es de la ejecución masiva de avales llevada a cabo por la compañía. ¿El motivo de esta campaña? La necesidad acuciante de liquidez que precisa el hólding galo por su complicada situación financiera, que se ha visto reflejada en un pésimo rendimiento de sus acciones en la Bolsa de París.
Además, los interlocutores del sector señalan que el grupo también ha beneficiado a las grandes marcas, que ocupan más metros cuadrados, en detrimento de aquellas tiendas más modestos. "Hay que tener en cuenta que en estos centros, el metro cuadrado puede elevarse a 75 euros para el textil. En otros casos, por ejemplo cosmética, el coste supera los 100 euros. En muchas ocasiones hablamos de cantidades que ascienden a 20.000 euros al mes", detallan las mismas fuentes. El flamante nombramiento de Anne-Sophie Sancerre como responsable de la firma en España tampoco ha servido de momento para acercar posturas con los establecimientos. Unibail no ha querido hacer comentarios respecto al conflicto abierto en sus centros comerciales en Cataluña.
Crisis accionarial
URW está inmersa actualmente en una batalla empresarial que, además, amenaza con recrudecerse en los próximos meses y tiene incidencia directa sobre esta crisis local. A finales de año, una tensa junta de accionistas desestimó la aprobación de una ampliación de capital de 3.500 millones de euros que había propuesto el consejo como medida para incrementar la liquidez de la cotizada.
En contra de esta operación se habían posicionado especialmente dos accionistas minoritarios: Leon Bressler, antiguo consejero delegado de Unibail, y Xavier Niel, empresario ligado especialmente al sector de las telecomunicaciones. Pero no sólo lograron los apoyos suficientes para tumbar la operación sino que, además, consiguieron su propósito de obtener sendos puestos en el consejo de URW, que ocuparán ellos, y que la junta aceptara el nombramiento de Susana Gallardo, miembro de la familia propietaria de Almirall y esposa del exprimer ministro francés Manuel Valls, en calidad de consejera independiente pero a propuesta suya.
El fracaso de Westfield
Tanto Neil como Bressler consideran que el origen de todos los males que acechan a la compañía parten de la compra de la australiana Westfield en 2017, una operación valorada en más de 24.000 millones. La pandemia ha golpeado duramente a URW, cuya cartera está plagada de centros comerciales, víctimas de las restricciones impuestas por los gobiernos, especialmente en Europa, para frenar los contagios.
Frente a la propuesta del consejo de acudir al mercado en busca de liquidez con la citada ampliación, Niel y Bressler consideran que URW debe lograr el dinero con la venta de los complejos en EEUU que eran propiedad de Westfield antes de su adquisición por Unibail-Rodamco. Es decir, revocar en la práctica la operación y, de alguna forma, volver a los orígenes del grupo.