Susana Gallardo se asocia a un empresario afín a Valls para asaltar Unibail Rodamco
La incorporación de la empresaria al consejo del gigante inmobiliario francés forma parte de la estrategia de Xavier Niel y Leon Bressler en la batalla que mantienen contra la cúpula de la empresa
12 noviembre, 2020 00:00El nombramiento de Susana Gallardo como consejera del gigante francés del sector inmobiliario Unibail Rodamco Westfield (URW) constituye algo más que una nueva destacada presencia del empresariado español en una compañía internacional. Su incorporación al órgano ejecutivo forma parte de la estrategia desplegada por accionistas minoritarios para plantar cara a la actual dirección de la empresa. Entre estos socios se encuentra Xavier Niel, que mantiene una excelente relación con Manuel Valls, ex primer ministro francés, aún concejal por Barcelona y, desde el pasado año, esposo de Gallardo.
El pasado martes, URW vivió el hasta ahora último capítulo de una batalla empresarial que amenaza con recrudecerse en los próximos meses. Una tensa junta de accionistas desestimó la aprobación de una ampliación de capital de 3.500 millones de euros que había propuesto el consejo como medida para incrementar la liquidez del grupo, fuertemente castigado por la crisis del coronavirus.
Rechazo del consejo
En contra de esta operación se habían posicionado especialmente dos accionistas minoritarios. Se trata de Leon Bressler, antiguo consejero delegado de Unibail, y Xavier Niel, empresario ligado especialmente al sector de las telecomunicaciones. Pero no solo lograron los apoyos suficientes para tumbar la operación, sino que, además, lograron su propósito de obtener sendos puestos en el consejo de URW, que ocuparán ellos, y que la junta aceptara el nombramiento de Susana Gallardo, en calidad de consejera independiente, pero a propuesta suya.
De este modo, la componente de la familia fundadora y accionista mayoritaria de los laboratorios Almirall ha aterrizado en la inmobiliaria francesa, aunque no ha sido un proceso sencillo. Porque las tres designaciones habían sido rechazadas anteriormente por el consejo de supervisión, liderado por el presidente de la compañía, Christophe Cuvillier, al que Bressler y Niel declararon la guerra desde su entrada en el capital del gigante francés, hace algo más de dos años.
Impacto de la pandemia
Ambos consideran que el origen de todos los males que acechan a la compañía parte de la compra de la australiana Westfield en 2017, una operación valorada en más de 24.000 millones. La pandemia ha golpeado duramente a URW, cuya cartera está plagada de centros comerciales, víctimas de las restricciones impuestas por los gobiernos, especialmente en Europa, para frenar los contagios.
Frente a la propuesta del consejo de acudir al mercado en busca de liquidez con la citada ampliación, Niel y Bressler consideran que URW debe lograr el dinero con la venta de los centros comerciales en EEUU que eran propiedad de Westfield antes de su adquisición por Unibail Rodamco. Es decir, revocar en la práctica la operación y, de alguna forma, volver a los orígenes del grupo.
El favor de los fondos
Contra todo pronóstico, dado el escaso peso que tienen en el capital de URW, Niel y Bressler han logrado sus objetivos en la junta, al reunir los apoyos suficientes (al menos un tercio del capital presente) para que la ampliación no saliera adelante. Una ardua labor, a través de los proxy-advisors, con los numerosos fondos de inversión que acaparan buena parte del capital del grupo.
Un terreno en el que Xavier Niel se mueve como pez en el agua. Es una figura destacada en el panorama empresarial francés. Durante la etapa de Manuel Valls como primer ministro del país, entre 2014 y 2016, Niel fue uno de sus empresarios fetiche, junto al dueño de la cadena de productos de lujo LVMH, Bernard Arnault, propietario de una de las mayores fortunas del mundo.
Apoyo a los proyectos
De las manos de Valls y del actual presidente, Emmanuel Macron, por entonces ministro de Economía, Niel recogió en 2014 el prestigioso galardón BFM, que reconocía su labor como fundador del operador de telecomunicaciones Free, que en un tiempo récord había logrado desplazar a la todopoderosa Bouygues Telecom.
Fue una de tantas apariciones públicas en las que Niel contó con el apadrinamiento de Valls que, incluso ya fuera del Gobierno galo, siguió apoyando sus proyectos, especialmente su lanzadera de startups, una iniciativa similar a la que puso en marcha en España en su día el dueño de Mercadona, Juan Roig.
Castigo en bolsa
Niel y Bressler nunca han ocultado sus intenciones en URW: influir en la gestión de la empresa, contra la que se han posicionado en numerosas ocasiones. El presidente de la firma, su adversario en esta guerra, se defiende con el argumento de que ambos socios entraron en el capital un año después de que se llevara a cabo la compra de Westfield; es decir, en un escenario idéntico al actual… salvo por la pandemia.
Los minoritarios achacan a la fallida gestión de URW el hecho de que sea la empresa francesa del sector inmobiliario más castigada en bolsa. Al menos lo era hasta el pasado viernes, cuando acumulaba un desplome del 75% desde que se inició el año.
Conexión con Cellnex
Sin embargo, las últimas sesiones han suavizado notablemente la penalización. El pasado lunes, sus títulos se dispararon un 20% al calor de las noticias sobre los avances de Pfizer con su vacuna contra el coronavirus; pero mayor aún fue el repunte del martes, superior al 24%, tras el rechazo de la junta de accionistas a la ampliación de capital. Una señal de que el mercado parece estar del lado del frente que han constituido Niel, Bressler y ahora también Gallardo, que anteriormente formó parte de consejos como los de Abertis y Saba.
La conexión de Niel con el panorama empresarial español no termina aquí. A través de Iliad, es socio de Cellnex en los negocios que la compañía dirigida por Tobías Martínez tiene en Francia y recientemente en Polonia, tras el acuerdo para la adquisición conjunta de la compañía Play.