Uno de cada tres españoles será pensionista en 2050

La evolución demográfica de España va a plantear en las próximas décadas un desafío para los sucesivos gobiernos en lo relativo a la sostenibilidad del sistema de pensiones. Así lo apunta la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), cuyas estimaciones vaticinan que el número de pensionistas se disparará de tal forma que en 2050 uno de cada tres españoles tendrá esta condición.

El organismo acaba de actualizar sus previsiones sobre demografía y gasto en pensiones. Según el informe que incluye estas estimaciones, a mediados de siglo habrá 16,25 millones de pensiones en España, casi un 68% más que hoy y el 7,8% por encima de las cifras que la autoridad fiscal facilitó en su estudio del pasado año.

Dos trabajadores por pensionista

Las proyecciones de la autoridad independiente reflejan que la población española se situará en 2050 en el entorno de los 54 millones de personas, con lo que prácticamente un tercio de los residentes tendrá la condición de pensionista, frente al 20% que se da en la actualidad.

Al mismo tiempo, la tasa de dependencia, es decir, la relación del número de habitantes de entre 16 y 66 años y el de pensionistas, se situará en el 53%, lo que significa que para entonces tan solo dos trabajadores deberán sufragar cada pensión cuando, en la actualidad, la proporción se sitúa en cinco por cada perceptor.

Gasto al alza

Números que hablan sobre la cada vez más difícil tarea de hacer sostenible el sistema público de pensiones. Una misión que la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, no considera precisamente imposible, pero que sí va a requerir una serie de ajustes y reformas que, de no llevarse a cabo, sí pondrían en riesgo el mecanismo.

En una comparecencia telemática ante los medios de comunicación, Herrero destacó que los cálculos apuntan a que el gasto en pensiones del Estado para entonces alcanzará el 14,2% del Producto Interior Bruto (PIB), 3,3 puntos por encima del dato registrado en 2019, aunque podría rebajarse si se aplican algunas medidas que el organismo viene recomendando en sus últimos análisis sobre la materia.

El efecto del 'baby boom'

Entre otras, destacan el retraso de casi dos años en la edad real de jubilación, hasta los 66 años (desde los 64,1 años actuales) y el incremento del número de años cotizados para el cálculo de la prestación, que pasaría de 25 a 35. La estimación de la Airef es que con estos ajustes, el gasto en pensiones podría situarse en el 12,8% del PIB en la mitad del presente siglo.

El incremento en el número de pensionistas va a ser especialmente acusado en los próximos años, cuando comenzarán a jubilarse los representantes de la generación conocida como del baby boom, la de finales de la década de 1950 y la siguiente, en los que la población española registró un notable incremento gracias al aumento de la natalidad y una economía que transitaba camino de una cierta estabilidad.   

El factor migratorio

Ante esta situación, uno de los factores que podrían hacer sostenible el sistema es el de la inmigración. En este sentido, las estimaciones de la Airef hablan sobre un destacado flujo migratorio durante los próximos años, una vez que se diluyan los efectos de la pandemia del coronavirus. De hecho, la autoridad fiscal quedó sorprendida por la entrada neta de inmigrantes que se produjo en España el pasado ejercicio, cifrada en 450.000 personas, muy por encima de sus previsiones, que apuntaban a 270.000. Los cálculos incluidos en el informe sobre demografía y gasto en pensiones hablan de un flujo migratorio promedio hasta 2050 de 330.000 personas.

De esta forma, España llegaría a la mitad de siglo con una población inmigrante que supondría el 18% del total, siete puntos por encima de la cifra actual, lo que le haría situarse como uno de los países destacados en todo el mundo en este capítulo. Unos números que en la actualidad apenas tienen países como Canadá y Suecia.