Interior de la Bolsa de Madrid, con un gráfico del Ibex en pantalla / EP

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Business

Los grandes institucionales ya cazan gangas en el Ibex más barato en 17 años

JP Morgan alcanza cerca del 7% de Repsol a través de derivados e inicia un movimiento de toma de posiciones en valores a precios históricamente reducidos

20 marzo, 2020 00:00

Se ha abierto la veda. Exactamente tras un mes de caídas en picado en los principales mercados de renta variable de todo el mundo debido el pánico provocado por la extension del coronavirus, comienzan a registrarse las primeras tomas de posiciones de grandes inversores institucionales dispuestos a aprovechar unos precios que no se veían incluso desde antes de la anterior crisis, la desatada tras la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers. En el caso de la bolsa española, JP Morgan ha aflorado este jueves una participación del 6,8% en Repsol, uno de los valores más castigados en una espiral bajista sin precedentes para la renta variable en general y para la bolsa española en particular.

Se trata del primer movimiento de este tipo que se registra en uno de los grandes valores del Ibex pese a que la caída de las bolsas a causa del temor a los efectos de la expansión del Covid-19 se remonta justamente a hace un mes. Hasta el momento, ningún gran inversor ha aprovechado la situación para tomar posiciones en títulos incluidos en el selectivo español pese a que algunos de ellos tan significativos como Santander, BBVA o Telefónica cotizan desde hace ya unas cuantas sesiones en mínimos históricos.

La fórmula de los derivados

En el caso de JP Morgan, su aparición por sorpresa en el capital de Repsol como accionista significativo llega a través de la adquisición de derivados y no directamente de la compra de acciones. Entre los productos adquiridos por la entidad estadounidense, destaca una opción de compra, referenciada a un paquete de 62,6 millones de acciones de la energética española, representativo de algo más de un 4% de su capital, con distintos periodos de vencimiento que van desde septiembre de 2021 hasta mayo de 2024.

En el momento de ejecutarlas, el banco estadounidense percibirá el hipotético beneficio en metálico, no con la toma efectiva de los títulos.

Muy penalizado

Por lo tanto, el rendimiento de estos derivados quedará determinado por el precio fijado al contratarlos (que el accionista no está obligado a desvelar) y el momento en el que decida ejecutarlos. No obstante, teniendo en cuenta el momento elegido para acometer la operación, todo apunta a que la referencia será muy baja, lo que terminará otorgando pingües beneficios a JP Morgan en los próximos años. No serán tantos como si hubiera comprado directamente las acciones pero, a cambio, también minimizará los riesgos.    

De acuerdo con la comunicación que la entidad estadounidense ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el cruce de los umbrales del 3% y el 5% de participación en la cotizada se produjo el pasado viernes. Desde entonces, las acciones de Repsol han caído un 20% adicional, pese a que en los últimos días la bolsa española ha recuperado algo de tono gracias a la buena acogida que tuvo el plan de medidas económicas del Gobierno de Pedro Sánchez para tratar de paliar los efectos del coronavirus como por el anuncio por parte del BCE de un nuevo programa de compra de deuda pública y privada por valor de 750.000 millones de euros, adicional al ya anunciado en pasadas fechas de 120.000 millones.

El primero de muchos   

De hecho, Repsol ha perdido algo más de la mitad de su capitalización en este mes de histeria colectiva. Los descensos que acumula desde el cierre de la sesión del pasado 19 de febrero superan el 51%, lo que le convierte en uno de los cinco valores del Ibex más castigados por la crisis del coronavirus. 

Se trata del primer movimiento de este tipo pero los expertos coinciden en señalar que no será el último; es más, incluso añaden que constituye una señal para determinar que la corrección puede haber llegado a su fin en los mercados una vez, además, que los gobiernos y los bancos centrales de las principales economías han puesto ya sobre la mesas unos planes históricamente ambiciosos para hacer frente a una crisis sin precedentes tanto en su rapidez a la hora de desplegarse como en su origen pandémico.

Sin precedentes

Esta semana, el Ibex 35 llegó a perder la referencia de los 6.000 puntos, un hecho inédito desde 2003 aunque, por entonces, el selectivo estaba en un movimiento alcista que le llevaría cuatro años después a sus máximos históricos, muy cerca de los 16.000 enteros. En cuatro años, el indicador se disparó un 165%, un movimiento sin precedentes que terminó abruptamente con el estallido de la burbuja inmobiliaria que, meses después, se vio agravada con la quiebra de Lehman Brothers.

Es decir, que el mercado español no presentaba precios tan baratos en los últimos 17 años. Una oportunidad demasiado buena para dejarla escapar. Aunque, eso sí, JP Morgan ha sido muy precavido a la hora de iniciar la caza de gangas y no ha querido entrar directamente a un valor cuya capitalización se sitúa actualmente por debajo de los 9.000 millones de euros, cuando habitualmente ronda los 25.000 millones.