Atlantia, accionista mayoritario de Abertis, prosigue en su carrera de fondo para evitar que el Gobierno italiano toma la decisión de revocar sus concesiones. El grupo italiano ha presentado un plan estratégico que prevé una inversión de 7.500 millones de euros en carreteras para los próximos cuatro años, una medida con la que pretende contentar al Ejecutivo en el marco de las negociaciones para evitar que cumpla finalmente una amenaza que pende de la compañía desde agosto de 2018, a raíz de la tragedia del puente Morandi.
Al final de una semana de numerosos rumores en torno a una posible revocación de las concesiones (que algún medio italiano llegó a dar por hecha), Atlantia dio detalles sobre la hoja de ruta de su filial Autostrade per l’Italia, que aglutina las concesiones del grupo en el país transalpino. En ella se incluye una partida de 2.000 millones de euros para el mantenimiento de las carreteras, que supone un incremento del 40% en relación con el plan anterior. Además, la cantidad que la compañía destinará en total al negocio de concesiones de autopistas ascenderá a 5.400 millones de euros, cifra que prácticamente triplica la ejecutada por la enseña en los últimos cuatro años.
Guiño al Gobierno
El mercado interpreta que este plan es un elemento más de los que la compañía, que adquirió Abertis conjuntamente con ACS a finales del pasado 2018, ha puesto encima de la mesa del Gobierno local en las conversaciones que ambas partes mantienen sobre el futuro de las concesiones. Otro de los principales argumentos es una rebaja tarifaria que el Ejecutivo comandado por Giuseppe Conte quiere acometer y que Atlantia estaría dispuesta a aceptar.
A raíz del hundimiento del puente Morandi, situado en unos de los tramos concesionarios de Atlantia, que ocasionó la muerte de 43 personas, una parte del Gobierno, la liderada por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), ha sido siempre partidaria de retirar las concesiones a la compañía, pese a que aún no se conocen los resultados de las investigaciones que se están llevando a cabo para determinar las causas del suceso. Precisamente, el considerable incremento de la inversión en mantenimiento en el plan de Autostrade se ha interpretado como un compromiso de la compañía frente al Ejecutivo.
Retomar las negociaciones
Los diversos comentarios acerca de una posible decisión inminente del Gobierno al respecto han vuelto a generar turbulencias para la cotización de Atlantia aunque todo parece indicar que Roma no tomará medidas de manera tan urgente. En las filas del Partido Democrático, el socio de M5S en el Gobierno y en cuyas manos está el Ministerio de Infraestructuras, no están tan convencidos de que la revocación de las concesiones sea la mejor respuesta para cerrar este asunto.
El diálogo que mantenían hasta ahora la compañía y el Ejecutivo se interrumpió a finales del año pasado y Atlantia ha insistido en los últimos días en retomarlo. De hecho, se trata de la principal misión del recién nombrado consejero delegado, Carlo Bertazzo, persona de absoluta confianza de la familia Benetton (primer accionista de Atlantia) y que también ocupa un puesto en el consejo de administración de Abertis.
Un polémico decreto
La ruptura de la negociación vino dada por el hecho que volvió a encender todas las alarmas en la concesionaria italiana: la aprobación por parte del Ejecutivo de un decreto que reducía de forma notable la compensación para las empresas en el caso de que el Gobierno decidiera de forma unilateral el rescate de una concesión. La medida ha generado una fuerte polémica en Italia e incluso ha levantado en armas al resto de accionistas significativos de Atlantia, alguno de los cuales ha manifestado su intención de acudir a Bruselas en busca de una medida de amparo.
Este clima de incertidumbre ha provocado sucesivas bajadas del rating de Atlantia, que ya se encuentra de lleno en el grado especulativo (conocido familiarmente en el argot financiero como bonos basura) y ha comenzado a tener su réplica en la propia Abertis, que también ha visto como la agencia Standard & Poor’s rebajaba la calificación de su deuda, aunque esta aun se mantiene en el grado de inversión. Un hipotético recorte adicional podría llevar a Abertis a reducir de firma significativa la cuantía destinada a dividendo, lo que también ha tenido su impacto en la cotización de su otro socio de referencia, el grupo de construcción y servicios ACS.
A comienzos de año, Atlantia se pronunció sobre las consecuencias de una eventual retirada de las concesiones del grupo y apuntó a que la más probable sería la quiebra. No obstante, todo apunta a que tendrá antes una oportunidad ante el Gobierno.