La banca, en la diana del Gobierno de coalición en ciernes
Imponer un nuevo impuesto a la actividad o convertir a Bankia en una entidad pública son algunas de las propuestas electorales que mantienen al sector en alerta
16 noviembre, 2019 00:00El acuerdo que firmaron por sorpresa Pedro Sánchez y Pablo Iglesias el pasado martes ha puesto al sector financiero en la diana. Los inversores especuladores han sido los primeros en aprovecharlo para hacer caja con títulos de Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Bankia. Hecho que justifica, según los analistas, las ligeras caídas del Ibex 35 del miércoles y el jueves, que no se repitieron el viernes. El selectivo español cerró la última sesión bursátil de la semana con un repunte de nuevo casi plano, el 0,96%, que dejaba el recorte del conjunto de la semana en el -1,4%, tal y como se señala desde Self Bank.
Pero la incertidumbre sobre el futuro del sector financiero no se limita únicamente al parqué. Los anuncios repetidos durante la campaña electoral e incluidos en los programas de PSOE y Podemos han generado inquietud sobre qué le espera a un sector que ya de por sí ha visto como su principal negocio, la negociación de créditos, se quedaba al pie de los caballos con las políticas de estímulo fiscal dictadas desde el Banco Central Europeo (BCE).
Búsqueda de otros ingresos
No se espera ni en el corto ni el medio plazo --menos, con la desaceleración iniciada-- que se revierta la decisión de operar con tipos negativos. En España, incluso se ha abierto la puerta a una política tan controvertida como es la de empezar a cobrar por los depósitos de ciertos perfiles de clientes. Por ahora, sólo a institucionales o a empresas que mantengan una relación limitada con la entidad.
Los banqueros del país han asegurado en la reciente temporada de presentación de resultados trimestrales que nunca se aplicaría a los particulares, aunque el precedente apunta a la necesidad de obtener otras vías de ingresos. Igual que búsqueda de negocios paralelos como la comercialización de seguros, entre otros. Operaciones con las que las entidades esperan mejorar las entradas de líquido para cumplir con los requisitos de capital cada vez más exigentes marcados por Bruselas y mantener la retribución de los accionistas.
Impuesto a la banca
Por lo que el impuesto a la banca, una de las grandes promesas de Podemos, se recibe con grandes dosis de escepticismo. El economista José Carlos Díez recuerda que es gracias a este contexto que el propio Pablo Iglesias se ha beneficiado de una hipoteca a un tipo fijo del 1,5% en el primer año y del 1,25% los siguientes, tal y como ha desvelado el propio líder de la formación morada. Es decir, de un préstamo barato desde el punto de vista financiero que permite la adquisición de una propiedad.
Este caso particular sería un éxito para el BCE. Los estímulos aplicados buscan dinamizar la actividad económica de la región, y garantizar el acceso al dinero en buenas condiciones es básico para ello. Díez advierte de que la primera consecuencia de un gravamen a la banca española en un momento de ahogo del negocio tradicional sólo llevaría “a menos crédito”.
¿Más destrucción de empleo?
Las entidades también saldrían como perdedoras, ya que su actividad core se vería aún más restringida y se deberían buscar nuevas acciones para consolidar las cuentas. Para el economista, la “reducción de costes salariales” sería la opción más factible. Especialmente, si se tiene en cuenta que ha sido la opción elegida hasta la fecha.
Sólo en el último año, los grandes grupos han perdido 5.721 empleos. El conjunto de los Expedientes de Reducción de Empleo (ERE) que se aplicaron entre 2008 y 2017 en el sector amortizaron un total de 83.405 puestos de trabajo, el 30,79% de la plantilla del sector, según CCOO.
Y, en el escenario más extremo, incluso gigantes como Santander o BBVA podrían optar por mover la sede a los países donde tienen gran parte de la actividad para dar esquinazo a la medida, como son Brasil y México. Es poco probable que ocurra, pero no se debe olvidar que los activos de estos dos bancos superan juntos por mucho el PIB del país.
Carta a la militancia de Iglesias
La creación de una nueva tasa a la banca, o la nacionalización de Bankia, el principal culpable de que la entidad se dejara el 10% de su valor esta semana según los analistas, se ha matizado en las últimas horas en una carta a la militancia de Iglesias. El líder de Podemos reconoce en ella que van a “gobernar en minoría dentro de un Ejecutivo compartido con el PSOE”, en el que se encontrarán “muchos límites y contradicciones”.
“Tendremos que ceder en muchas cosas”, ha admitido. La primera de ellas es el nombre de la persona que se perfila como vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño. Para los financieros, que su nombre esté sobre la mesa desde el curioso anuncio que realizó Sánchez durante el debate de candidatos (nadie le preguntó al respecto), supone un balón de oxígeno. También para Bruselas, ya que supone un mensaje claro de que se cumplirá con el programa económico comunitario. “No es Varoufakis”, señalan las fuentes consultadas.
Reputación de la banca
La imagen de la banca no se ha recuperado desde el inicio de la crisis y ha sido parte de la campaña electoral. Ahora, se ha visto lastrada de nuevo por cuestiones como el caso Villarejo y el escándalo de la imputación del expresidente del BBVA, Francisco González.
La propia subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha señalado que se requiere un “cambio de conducta” como la “única manera de responder al reto que el sector afronta para recuperar su imagen y reputación”. Algo que las entidades asegura que ya iniciaron desde la salida de la crisis y la posterior reconfiguración del sector.
Achacan a los grupos que desaparecieron (y se quedaron) las actuaciones y prácticas comerciales muy arriesgadas que llevaron a la quiebra. La reputación sigue en mínimos, y su negocio es cada día más complejo. Por ahora, las medidas económicas del Gobierno de coalición en ciernes no se han desgranado. Los grupos financieros esperan que sean menos lesivas para la actividad que los anuncios en campaña.