Es el verdadero rostro de la precariedad en el El Prat. Hasta 217 auxiliares de seguridad están salvando la huelga indefinida de los vigilantes del aeropuerto de Barcelona con una doble presión: la del paro laboral de sus compañeros y la de los bajos sueldos en sus nóminas.
Auxiliares de seguridad que prefieren permanecer en el anonimato han contactado con este medio para arrojar luz sobre su situación. ¿Qué ocurre con ellos? "Los que damos primero la cara somos los auxiliares y estamos currando más que nunca", ha explicado el trabajador. El empleado, encuadrado dentro de Visabren Servicios Generales SL, una de las dos mercantiles con la que Trablisa cazó el contrato de los arcos detectores en 2018, lamenta que "el euro extra por hora que piden los vigilantes de seguridad debería ser para nosotros, que estamos padeciendo el verdadero estrés". Ello es así porque los auxiliares deben organizar las colas de acceso a los arcos detectores, donde hay un conflicto laboral desde hace siete días.
Múltiples tareas
Otras fuentes cercanas al conflicto han enumerado las tareas que llevan a cabo los auxiliares. "Recogen y ponen bandejas; informan de protocolos de acceso; validan las tarjetas de embarque; dirigen el tráfico de los pasajeros a los filtros; gestionan el control de accesos por portones automáticos; verifican los documentos de acceso de los empleados y tripulaciones y dan información a los clientes", han indicado.
Todo ello lo hacen los auxiliares con nóminas que muestran cifras bastante inferiores a los 1.000 euros y sin perspectivas de consolidar sus empleo. "Se trata en su mayoría de jóvenes que acuden al aeropuerto a trabajar durante la pausa estival de sus estudios", subrayan voces cercanas a la movilización en los filtros, que alcanza hoy su séptimo día con un impacto discreto. "El comité de huelga se negó a incluir sus reivindicaciones en el paro, tal y como pedían sindicatos como ADN", han agregado.
Huelga enquistada
La presión de los auxiliares de seguridad de El Prat y la huelga indefinida que están llevando a cabo los vigilantes se ha enquistado tras siete días en marcha. Los servicios mínimos del 90% han estrangulado la protesta, que en su momento de máximo impacto llegó solo a provocar colas de 40 minutos. Ayer hubo apenas picos solo 20, según Aena. Quizá por ello, no se han producido nuevas reuniones de mediación de los huelguistas y Trablisa, la concesionaria del servicio.
La protesta laboral se repetirá un nuevo fin de semana a partir de hoy. Lo hará después de que la plantilla de los arcos detectores tratara en vano de abrir una rendija legal en el cepo que les han puesto el grupo mallorquín de seguridad y el Gobierno con los servicios mínimos. Cabe recordar que viernes, sábado y domingo son los días con más tráfico en el aeropuerto de Barcelona, por lo que la protesta laboral se enfrenta a partir de hoy a otro test.