A la huelga indefinida, sí, pero de vacaciones. El 50% del comité de huelga de los vigilantes de seguridad del aeropuerto de El Prat se han cogido días de vacaciones durante el paro indefinido. Hasta siete de los 14 sindicalistas que dirigen la protesta desde hoy viernes librarán durante la misma, lo que hará que no pierdan salario y que estén protegidos de posibles expedientes disciplinarios.
Según los cuadrantes de los empleados a los que ha accedido Crónica Global, la mitad del comité de huelga tiene concedidos días de fiesta durante la movilización. Ello incluye trabajadores que están negociando con Trablisa, concesionaria del servicio, y algunas de las caras más visibles de la huelga, cuyos turnos no se pueden divulgar por ser información privada. En cualquier caso, de 14 miembros del comité, correspondientes a los sindicatos Prou (mayoritario), SPS, STS y Alternativa Sindical, amén de un independiente, siete tienen vacaciones. Otros dos están de baja médica. Solo hay pues cinco miembros en sus puestos de trabajo, expuestos a pérdidas retributivas y a sanciones por incumplir los rocosos servicios mínimos del 90%.
"¿Este es tu cuadrante?"
La huelga de vigilantes de los arcos detectores ha empezado a las 0:00 horas de hoy viernes, 9 de agosto. De los cerca de 500 empleados que tiene Trablisa en los filtros de pasajeros de El Prat, hasta 40 tienen vacaciones hasta el 15 de agosto. A final de mes podrían ser hasta 100. Se dará la paradoja de que sindicalistas que supuestamente están protestando y negociando con la empresa acudirán a las mesas desde su casa. Más importante, la falta de hasta 100 personas de un total de 500 durante el paro indefinido significa que un mínimo seguimiento de la protesta ya provocará colas en los filtros. Fuentes internas del comité que han pedido no ser identificadas subrayan la obsesión mediática de los huelguistas: saben que las fotografías de aglomeraciones en los filtros del aeropuerto de Barcelona les aportarán un plus de fuerza. Para lograrlo, las vacaciones del personal son positivas. "La falta de personal es abrumadora. Entre vacaciones y libranzas, solo que fallen unos pocos vigilantes ya se notará la protesta", arguyen voces internas.
Así las cosas, mientras la protesta de hoy impactará de lleno en los vuelos vacacionales de miles de personas, el 50% del comité de huelga de los vigilantes de seguridad disfrutará de las suyas sin alteración. Este hecho no pasó inadvertido en la última reunión del mediación entre el comité de huelga, Trablisa y el Departamento catalán de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. Durante el encuentro, el grupo de trabajadores que dirige Juan Carlos Giménez --que no pertenece al colectivo, trabaja para la empresa de transporte de efectivo Loomis y es asesor externo-- se mostró muy duro con la empresa. No obstante, en un momento de la tensa reunión, una parte contraria mostró un cuadrante de agosto a uno de los negociadores. "¿Es este tu cuadrante?", le espetó, dejando al activista en silencio.
Horas extra mal repartidas
La hoja de horario mostrada al activista mostró varias cosas. Por un lado, que está de vacaciones, lo que a la otra parte negociadora le sentó mal. Por otra, algo que vienen denunciando fuentes críticas con la protesta: miembros del comité acaparan horas extra mensuales, privando al resto de compañeros de disfrutarlas. ¿A qué se refieren? "Los puntos ocho y nueve de la convocatoria de huelga entrada en el Departament de Trabajo critica la excesiva carga laboral. Pues bien, algunos miembros del comité están haciendo hasta 300 horas en un solo mes. Ello impide un reparto más equitativo con el resto de vigilantes. Además de ser ilegal, claro, pues no respeta los 1,5 días de descanso obligatorios por ley", explican las fuentes consultadas. Hay más. El punto 10 de la convocatoria de paro indefinido se refiere a la conciliación familiar. "Ya ocurre. Uno de los miembros del comité trabaja 7 días al principio de mes y 7 al final. El resto de días festivos se los junta para ir a ver a su familia, que es de Castilla-La Mancha", indican voces consultadas. "En una plantilla de 500 trabajadores, hay matrimonios a los que Trablisa permite trabajar el mismo turno, parejas a las que se turna para cuidar a sus hijos, y familias enteras de esposa, marido e hijo a los que se adapta los horarios", agregan.
Cabe recordar que la conciliación es solo una de las demandas de los 500 vigilantes que desde hoy están llamados a dejar sus puestos de trabajo como protesta. Los otros se refieren a aspectos como un plus de productividad; formación; mejoras comunicativas con la empresa; evaluación de riesgos laborales; entrega de cuadrantes anuales; pagos unificados de nómina y pluses; estimular la paridad de género; aumentar los descansos del personal; un fin de semana de vacaciones familiar obligatorio cada mes y mejoras de jornadas para el personal a tiempo parcial.
Tercera huelga en un solo verano
La protesta impactará sobre los pasajeros de aproximadamente un millar de vuelos que operen desde el hub aéreo catalán. Aena, el gestor aeroportuario, indicó ayer que "los tiempos de paso en los controles de seguridad del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat podrían verse afectados". Ante ello y tal y como recomiendan las aerolíneas, la cotizada pide que los viajeros acudan al aeropuerto con antelación suficiente. Se disculpó también la compañía que comanda Maurici Lucena por los "inconvenientes" que puedan sufrir los clientes. En efecto, los sufridos pasajeros del aeropuerto de El Prat encajarán la tercera protesta laboral en un verano y, además, indefinida. Los vigilantes están llamados a vaciar los filtros a partir de hoy, aunque ya lo hicieron a finales de junio. Aquella protesta terminó desconvocada. No paró la huelga del personal de tierra de Iberia, que dos semanas atrás obligó a cancelar cerca de 130 vuelos desde el segundo mayor aeropuerto español.
Esta concatenación de protestas laborales en temporada alta ya generó ayer indicios de un rifirrafe político. La Generalitat de Cataluña aprovechó para politizar el conflicto y pedir públicamente a los pasajeros que reclamen ante Aena si pierden el vuelo por culpa de las colas en El Prat. Llegó la Agencia Catalana de Consumo a sugerir que los pasajeros interpongan reclamaciones patrimoniales ante el Ministerio de Fomento por el "mal funcionamiento de un servicio público". En la última huelga del mismo colectivo con la empresa Eulen en verano de 2017, los independentistas aprovecharon para hacer campaña prosecesión. Finalmente, el Gobierno intervino y zanjó el conflicto con la intervención de la Guardia Civil en los filtros y la emisión de un laudo de obligado cumplimiento. Está por ver si esa actuación se repetirá en este nuevo conflicto.