Alejandra Sanz (Menade): “Los grandes vinos blancos de guarda son posibles”
La bodega de Rueda se ha propuesto romper con la percepción de que el verdejo es sólo un vino “barato y comercial”
7 julio, 2019 00:00Los tres hermanos Sanz, Marco, Richard y Alejandra, se han empleado fondo desde la bodega Menade de Rueda (Valladolid) para romper con la percepción de que el verdejo es un vino barato y comercial. “Hay otra faceta que bien posicionada debe estar situada en el sector medio o medio-alto” del mercado, explica esta última, la responsable de comunicación y exportación del grupo que los tres fundaron en 2005.
Conseguir que se entienda esta percepción será clave para la comercialización de los últimos vinos que han lanzado al mercado: La Misión, Sobrenatural y Adorado. El precio de venta recomendado supera los 20 euros y se trata de ediciones limitadas en que se han sacado vinos antiguos “con perfiles muy variados y complejos de la variedad verdejo”. “Queremos demostrar que los grandes vinos blancos de guarda son posibles”, sentencia Sanz.
Inicio de venta en Camboya
Reconoce que es con este tipo de productos con los que esperan conseguir un filón en la comercialización de los próximos años, especialmente en el sector exterior. Los mercados internacionales ya concentran en estos momentos el 40% del total de la producción de Menade, que vende en 40 países una producción anual que se mueve estable alrededor del 1,2 millones de botellas.
“Los mercados más punteros para nosotros son los que tienen ya esta consciencia sana y ecológica insertada en la forma de vida” de la bodega, señala. Los países del norte de Europa, aunque sus productos también llegan a Hong Kong, la zona central de China, Taiwán, Japón, Corea, Filipinas, Singapour, el llamado Austra-Asia o Tailandia. La ejecutiva y su equipo están en estos momentos en pleno aterrizaje en otro país del mismo continente, Camboya.
Vinos ecológicos
Menade ha sido una de las bodegas pioneras en el llamado cultivo ecológico. “Éramos los raros, los hippies, los bohemios”, bromea Sanz, “pero es que no entendemos otra forma de hacer los vinos con expresiones, con calidades y con todo de lo que tanto se habla pero sólo se puede conseguir si se empieza con el respeto al suelo”.
Reconoce que tienen una “forma de pensar y de trabajar antiguas” a las que eliminan las partes negativas gracias al apoyo de la tecnología actual. Entre otras particularidades, se usan depósitos de acero inoxidable.
Turismo enológico
Además del proyecto de los verdejos de guarda, los responsables de la bodega se han iniciado en el turismo enológico. Atraer a visitantes hasta las vides es algo muy habitual en las grandes zonas productoras de vino de España, pero resulta inaudito en Rueda. Menade ha dado los primeros pasos en este sentido y sus propietarios reconocen que se trata de un proyecto a largo plazo en el que incluso se proyectaría un establecimiento para pernoctar.
Significaría marcar de nuevo una diferencia con el resto de productores de Rueda, con los que mantienen una relación mejorable. Aunque Sanz reivindique que sus productos son “los más rueda de todos por generación” (son los sextos productores de su familia, aunque con bodegas distintas), reconoce que “no nos sentimos en casa”.
Sobreplantación en Rueda
Menade se distanció de la DO en 2015 y no comparte las últimas decisiones que se han tomado en Rueda, especialmente las relacionadas con la sobreplantación de viñedos. Se ha duplicado la producción de la zona y la responsable de Menade advierte de que esto inicia un círculo vicioso que lleva a una pérdida de calidad del producto.
“Hay masificación, el precio de la uva baja, los viticultores no recogen lo que han invertido y, al final, las calidades bajan”, advierte Sanz. Justo lo contrario de lo que se intenta reivindicar desde la bodega que dirige junto a sus hermanos. “Llevamos muchos años de proteger, vigilar y cuidar unos vinos que son muy especiales”, sentencia. Por este motivo, seguirán su camino al margen de la DO del sector.