¿Quién gana con la fuga de Uber y Cabify de Barcelona? Patronales, viajeros, internautas y personas contrarias al decretazo del Gobierno catalán contra los vehículos de transporte con conductor (VTC) se han apresurado a señalar al "monopolista sector del taxi". La realidad, como siempre, es más complicada. Lo cierto es que los ganadores son tres. Y da la casualidad que los tres sectores atraviesan una profunda crisis.
Marc Tarrés, profesor de Derecho Administrativo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en licencias VTC, razona que la retirada de las plataformas genera una "demanda insatisfecha" que se puede repartir en varios tipos de transporte. Recuerda que el número de licencias de autotaxi en Barcelona y su conurbación "apenas ha crecido", por lo que "el reparto de los sobrantes del taxi ya está pasando". Lo matiza ligeramente Rosa Guirado, abogada, economista, consultora y fundadora de Legal Sharing. "El decreto del Govern ha estrangulado la demanda. Te dicen qué puedes usar y qué no", explica. ¿Dónde irán los viajeros hasta ahora adeptos a Uber y Cabify? "El taxi se quedará con la demanda menos flexible: personas mayores, traslados desde o hacia el hospital o ciudadanos sin opción alternativa: que salen a cenar o vuelven de noche", avisa. ¿Y el resto? "Creo que esta última huelga ha hecho que mucha gente busque o descubra otras opciones de transporte. Creo que los taxistas sufren una profunda --y quizá definitiva-- crisis de reputación", ha agregado. ¿Quién gana, pues?
1. Taxistas
Es, en efecto, la opción ganadora de la desconexión de Uber y Cabify en Barcelona. Lo admite José María Sánchez, del Sindicato del Taxi de Cataluña (Stac), quien reconoce que "estas semanas de protesta los compañeros de la noche ya han empezado a notar un aumento de la facturación". Añade el conductor y activista que hay otros beneficiados. "Las aplicaciones del taxi más desarrolladas, las que geolocalizan y se parecen más a las plataformas, también han notado un aumento del trabajo". Descarta que la violencia y malas formas contra los VTC hayan lastimado para siempre su reputación. "Si hacemos las cosas bien, retendremos a los clientes", ha remachado.
Dos viajeras pasan ante un grafiti que reza 'Taxi en lucha' en Barcelona / EFE
Lo matiza Rosa Guirado, que recalca que "se debe distinguir" entre los usuarios del transporte. "Estaba el cliente a mano alzada, que detiene a un taxi en la calle; el que cogía un taxi en una parada callejera o el que precontrataba. Los VTC solo competían en este tercer segmento. Ahora, ni eso", lamenta. Tarrés aporta otro elemento. "Hablemos de turistas. Cuando viajas a un país extranjero, primas la seguridad y que no te estafen. Si partimos de esta premisa, se podría deducir que las VTC tradicionales, las de alta gama que llevan años trabajando, recibirán una parte de los viajeros premium. Otros segmentos optarán por el transporte más seguro: metro y lanzaderas".
2. Aerobús
Es otro transporte beneficiado de la crisis del taxi. Fuentes cercanas al Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que ha concesionado el servicio a una unión de empresas entre Tusgsal, Moventia y TMB, han admitido que "el servicio se ha beneficiado por las continuas huelgas en ambos sectores: los taxis y las VTC". De hecho, el único perjuicio a este servicio fueron los días de huelga del taxi, que obligaron a anular tres de las cuatro de las paradas de los convoyes: Plaza de Cataluña, calles Sepúlveda con Urgell y Plaza Universidad. No obstante, la respuesta de los usuarios, sobre todo los nacionales, ha sido masiva en pro de este transporte.
Ello no es óbice para esconder que el aerobús sufre una de las mayores crisis de su historia. Está siendo investigado por la Autoridad Catalana de la Competencia (Acco) y la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) por presunto amaño del concurso. Ello ha llevado a que la renovación de la concesión --incluyendo vehículos nuevos y una aplicación-- lleve un año de retraso y esté parada en el AMB. Fuentes del sector confirman que el concurso sigue en barbecho hasta que concluyan las pesquisas.
3. Transports Metropolitans de Barcelona (TMB)
El grupo de transporte participado por el AMB es el tercer gran ganador de la retirada de los más de 1.000 vehículos que operaban Uber y Cabify en Barcelona. Durante los días de paro del sector del taxi, los autobuses convencionales --no el Aerobús-- ya vieron incrementado su flujo de viajeros. Además, dispone de una opción poco competitiva, aunque segura, para llegar al aeropuerto de El Prat, uno de los trayectos más demandados por los turistas: la Línea 9Sur, que hasta ahora no había cumplido las expectativas generadas desde que se inauguró en 2016. Ahora es quizá su momento.
Colas para coger el autobús convencional durante la huelga de taxistas / TWITTER
No obstante, no está el grupo que preside Mercedes Vidal para tirar cohetes. Encajará una huelga de trabajadores del Metro durante el Mobile World Congress (MWC), la segunda en tres ediciones. Aunque recientemente el grupo público sacó pecho por superar los 600 millones de validaciones en un año, afronta otros tres problemas. Uno, la polémica por los sueldos opacos de su cúpula directiva. En segundo lugar, la investigación por el amaño del Aerobús, que salpica directamente a TMB, pues participa en una de las firmas investigadas, Transports Ciutat Comptal (TCC). En tercer lugar y no menos importante, uno de los servicios que opera, el Metro, se enfrenta a un grave problema de seguridad, que generó dos huelgas por Fin de Año y el Día de Reyes.