Los pisos colmena se extienden por Barcelona. La empresa Haibu 4.0 ha desafiado el veto de la alcaldesa Ada Colau a las viviendas nicho y ha anunciado la compra de un local en el barrio de Sants en el que, salvo intervención municipal, apiñarán a 30 personas.

En su perfil oficial de Twitter, Haibu 4.0 anunció ayer que ha adquirido un antiguo espacio comercial situado en la confluencia de las calles Carreras i Candi y Bacardí, en el distrito de Sants-Montjuïc de la capital catalana. Según la misteriosa firma promotora de los pequeños espacios habitables de tres metros cuadrados, el local comercial tiene una superficie de 320 metros cuadrados, en los que podrán encajar a 30 personas. Todo ello por 250 euros al mes por nicho.

500 pisos en construcción pese al veto

El anuncio de la empresa que comercializa las colmenas llega en plena expansión de los proyectos habitacionales de Haibu 4.0. La start up asegura que ultima unas 500 unidades en el término municipal de Barcelona, según avanzó El País. La construcción de las unidades llega pese a que en septiembre el gobierno local de Ada Colau anunció que no otorgaría licencia a la empresa para evitar el "hacinamiento de personas".

La compañía que alquilará los módulos respondió montando un piso nicho de muestra de 150 metros cuadrados en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). En octubre, el pleno municipal de la segunda mayor ciudad de Cataluña rechazó la iniciativa, argumentando que las cédulas de habitabilidad requieren una superficie mínima de 40 metros cuadrados y 2,5 metros de altura por vivienda.

Fracaso de Colau en vivienda

No es la única oposición a la que se enfrenta esta nueva promotora inmobiliaria. Colectivos antisistema han anunciado una manifestación a las 19:00 horas en la plaza de Sants --barrio en el que se precintaron las primeras obras de pisos colmena en octubre-- cuando se estrenen. Sostienen los radicales que las viviendas "son un atentado contra la dignidad de las personas" y una muestra de la "precariedad habitacional" en la Ciudad Condal.

Cabe recordar que la polémica de las viviendas nicho, que miden apenas 1,20 metros cuadrados de altura y disponen de servicios comunes, se produce en plena escalada de precios del alquiler y la compraventa de pisos en Barcelona. Esta semana, la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, anunció la compra de un bloque de 114 viviendas para pisos sociales en la Marina del Prat Vermell por 5,8 millones de euros. La adquisición, no obstante, no revierte el fracaso de Barcelona en Comú (BComú) en una de sus promesas electorales estrella. Prometió 4.000 nuevas viviendas de alquiler asequible y acabará el mandato con apenas 700 construidas.