España debería integrar su industria militar en la estrategia europea de Defensa
Un estudio del Instituto Coordenadas concluye que España necesita un sector industrial capaz de afrontar los programas para evitar quedar "obsoleta"
11 noviembre, 2018 14:27España debería integrar su industria militar en la estrategia europea de defensa y seguridad para mantener los máximos niveles de soberanía en todos los escenarios geopolíticos y su peso específico como cuarta potencia de UE. Esa es una de las conclusiones del seminario organizado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, recogido en el Estudio Coraza II sobre el Futuro de la Industria de Defensa.
Según dicho foro, tampoco puede haber una disociación entre las estrategias de defensa y seguridad y en la definición, estructura y desarrollo de la industria militar. Sostienen que ambas cuestiones --las estrategias de defensa y seguridad-- deben ir "de la mano, en perfecta coordinación, y con compromiso claro por parte de la Administración por liderar esta puesta en común de objetivos y de aplicación de programas de defensa que constituyen desafíos a medio y largo plazo". Según el estudio, el modelo a seguir es el de Francia, el más claro exponente de "simbiosis entre estrategia de seguridad e industria militar de toda Europa".
Estrategia eficiente
Este trabajo es la continuación de un primero sobre la necesidad de disponer de una industria de defensa sólida para poner en marcha una estrategia eficiente de seguridad. El Instituto prepara un tercer Estudio, fruto de otro seminario especializado sobre las decisiones esenciales para consolidar una industria de defensa con dimensión suficiente para afrontar los retos en seguridad en el marco de la Política Común de Defensa y en su pertenencia a los compromisos atlantistas.
De este modo, destacan que la industria de defensa y los planes estratégicos de defensa y seguridad no pueden ir cada uno por su lado. "Hacerlo así es la forma más rápida para acabar con nuestras empresas dedicadas a la defensa" según recoge el estudio.
Unir planes de seguridad
También se señala que una industria de defensa bien conformada, con financiación y tecnología es "esencial" para disponer de un modelo propio de defensa y seguridad a medio y largo plazo. Algo que ya se apuntó en el trabajo anterior, Coraza I sobre el Futuro de la Industria de Defensa.
El siguiente paso es unir planes de seguridad con proyectos empresariales como "la única forma de garantizar el futuro de las empresas de defensa, sobre todo de las más tecnológicas".
El papel del Estado
A su juicio, en este punto el protagonismo "corresponde al Gobierno, que debe involucrarse de forma clara en el objetivo de que los planes estratégicos deben ir seguidos de planes empresariales".
Cuando se habla de industria de defensa, señala el Instituto, no se trata de cuestiones de mercado, sino de "cuestiones del interés general nacional". El único comprador de sistemas de defensa es el Estado, lo que le convierte "en el factor decisorio clave y le obliga a asumir un papel de máximo liderazgo en la configuración del entramado empresarial de defensa. No se puede dilatar más tiempo una decisión contundente por parte del Gobierno de asumir este papel de liderazgo corporativo, señala el Instituto Coordenadas.
Francia, "el modelo a seguir"
Dicho organismo considera que Francia ha marcado el modelo a seguir. "La industria de defensa francesa sigue milimétricamente los planes estratégicos de defensa y seguridad diseñados por el Estado. Hay apoyo institucional, fondos públicos, programas de I+D, promoción de la exportación y toda una batería de medidas que de forma directa e indirecta potencian a las empresas locales de defensa. El Gobierno francés participa directamente como accionista en grandes consorcios industriales de defensa, Thales, Safran, Naval Group, Airbus".
En este sentido, destacan la labor del Presidente de la República, Emmanuel Macron, que lleva meses impulsando una nueva estrategia de defensa esencialmente europea para superar la dependencia de EEUU. Lo cual conllevará "cambios radicales en los sistemas de armamento y defensa del futuro". Así, destacan que en las empresas francesas de defensa ya existen grupos de trabajo que están diseñando lo que eso supondrá para el desarrollo de la industria.
Cambios en el 2020
Según el Instituto Coordenadas, "Europa camina hacia una autonomía en materia de seguridad y tiene que vertebrar una industria europea de defensa. Los retos en el horizonte de 2020 son importantes. A partir de esa fecha se van a producir cambios decisivos en el desarrollo de la tecnología militar sobre la base de diversos programas como EDAP, el Plan de Acción Europeo de la Defensa que define las bases tecnológicas de las industrias militares; PESCO, que establece las bases de la cooperación permanente y estructurada entre las diferentes fuerzas armadas europeas; MALE, el programa que diseña la incorporación de naves no tripuladas en los sistemas de defensa o FCAS, el proyecto para definir los cazas de combate de nueva generación".
Según afirman, en todos esos programas debería haber una presencia de empresas españolas de defensa "en proporción a nuestra relevancia política y económica, y a nuestra posición geoestratégica". Sería la forma de no perder ninguna oportunidad tecnológica y corresponde al Gobierno impulsarla.
El caso español
Los responsables del Instituto ven "inadmisible" que el Gobierno delegue la presencia española en grandes consorcios industriales europeos en los que España "tiene una participación y una influencia mínima, y están controlados por Francia, Alemania o Gran Bretaña, dispuestas a primar los intereses de sus respectivas industrias de defensa. Por carecer de esa visión se han perdido oportunidades relevantes de crecimiento de la industria de defensa española", denuncian.
España, concluyen, necesita un sector industrial de defensa sólido que sea capaz de afrontar estos programas, y otros que se van a implementar, nacionales, europeos y atlánticos. "Si no lo consigue verá comprometida gravemente su soberanía, su seguridad, sus capacidades de defensa y pondrá en peligro a buena parte de la industria militar, que quedara obsoleta, con pérdidas de millones de euros en inversión y de miles de puestos de trabajo directos e indirectos".