La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una imagen de archivo / CG

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una imagen de archivo / CG

Business

El ‘procés’ origina la segunda congelación de inversiones en Barcelona

El capital extranjero frena de nuevo iniciativas que ya estaban aprobadas por la incertidumbre ante lo que ocurra a partir del lunes

28 septiembre, 2017 00:00

Las consecuencias económicas del referéndum ilegal convocado para el próximo domingo y las incertidumbres de su desenlace ya son notorias, según explican los representantes empresariales catalanes. Pero aún no han cuantificado el impacto de la segunda oleada de congelación de inversiones en la capital catalana.

Explican que la primera tuvo lugar hace dos años, cuando Ada Colau y su equipo desembarcaron en el Ayuntamiento de Barcelona. Las dudas sobre las políticas que BComú quería impulsar en clave económica provocaron una reacción conservadora entre los inversores. Los interlocutores consultados recuerdan que la oposición del partido al Mobile World Congress, la feria más importante de la ciudad año tras año, hizo daño y que encendió las alarmas. “Y el dinero es muy miedoso”, recuerdan.

Falta de seguridad jurídica

Parte de los proyectos que quedaron en stand by volvieron a activarse, aunque otros se perdieron. Nunca se cuantificarán por el secretismo que suele rodear este tipo de inversiones, especialmente en las multinacionales.

Ejecutivos de compañías de este perfil recuerdan que cuando se lucha por una inyección de capital que impulse un proyecto hay rivalidad con las otras filiales del grupo que también quieren conseguirla; pero la falta de seguridad jurídica se lo lleva seguro por delante.

Y desde las caóticas sesiones en el Parlamento catalán para aprobar las leyes del referéndum y de transitoriedad han surgido de nuevo las dudas sobre los marcos legales vigentes en Cataluña. Los inversores no consideraban la independencia catalana como una contingencia real hasta que se convocó el referéndum. Esta percepción, según las fuentes consultadas, ha ido a más a medida que se han intensificado la tensión política y el pulso con el Estado.

Impacto a largo plazo

Advierten de que en esta ocasión será más complejo volver a levantar cabeza. Explican que ha pasado demasiado poco tiempo desde el primer susto y que la atracción de capitales requieren de mucha tranquilidad para llegarse a ejecutar. Más, cuando se han parado proyectos aprobados y con dinero consignado.