Airbnb ha denunciado el martes una "campaña de miedo y confusión" en Barcelona contra su actividad. Pese a ello, la intermediaria vacacional ha subrayado que "está dispuesta a negociar" con el Ayuntamiento en cualquier momento.
"Queremos sentarnos en cualquier momento y lugar. Pedimos unas normas claras para ejercer nuestra actividad principal, que es la de compartir casa", ha indicado Sergio Vinay, responsable de iniciativas de políticas publicas de Airbnb para España y Portugal.
"Hasta ahora, la corporación no ha accedido a establecer un marco normativo", ha lamentado Vinay.
Realquiler
En cuanto a la polémica de los realquileres de pisos que se hacen subrepticiamente con la plataforma, el directivo ha recordado que "el caso de la mujer que encontró su vivienda subarrendada en Barcelona está bajo investigación".
"Retiramos el anuncio", ha defendido Vinay a este respecto.
Preguntado sobre los requisitos que pide la plataforma para alquilar un piso o habitación, Vinay ha destacado que "se exige cumplir las leyes aplicables en cada destino".
Muestra a los que comparten casa
La puntocom ha querido mostrar su cara amable tras una semana y media de fuertes críticas en Barcelona. Además de Vinay, ha dado la cara Lluís Martínez, un vecino que alquila habitaciones.
"Empecé en Airbnb porque fui víctima de la crisis. No quiero estar en ninguna guerra. Ni especulo, ni expulso a vecinos ni compro o vendo casas. Sólo comparto mi casa", ha indicado el residente de Hostafrancs.
"Tuve que proporcionar una fotografía de la escritura de mi piso cuando empecé a alquilar la primera habitación. Fue cinco años atrás", ha agregado.
"Dinero extra"
Todos los barceloneses que han dado la cara hoy martes por la tecnológica han recalcado varios motivos para ceder parte de sus propiedades.
"No es sólo el dinero. Es también el hecho de practicar el inglés, gestionar tu anuncio, las fotografías y demás", ha defendido Begoña González, vecina de Poblenou.
"No hago nada ilegal, lo declaro todo a Hacienda. Quiero que me separen de todo lo ilegal. Y no tengo ningún problema con la comunidad", ha abundado González.
En la diana
Cabe recordar que Airbnb está en la picota en Barcelona por las acusaciones de contribuir a subir los precios del alquiler convencional.
La situación escaló hasta el punto de ebullición la pasada semana, cuando trascendió que una vecina del barrio de Barceloneta había tenido que reokupar su propia vivienda tras descubrir que su inquilino había realquilado su piso mediante el portal.
Desde entonces, el Ayuntamiento ha anunciado la consolidación una sanción de 600.000 euros a la tecnológica por vulnerar la Ley de Turismo de Cataluña al anunciar pisos turísticos sin la preceptiva licencia.
Además, la corporación ha atacado la "ilegalidad" en la que actuaría la multinacional.