Ramón Tamames en una imagen de archivo / EE

Ramón Tamames en una imagen de archivo / EE

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Ramón Tamames: “No podemos perder calidad en los servicios públicos por politizar”

El catedrático y exmilitante del PCE escribe un libro y crea una asociación junto a Valeriano Gómez, Ramiro Aurín, Jesús S Lambás y Lorenzo Dávila para fiscalizar la “fiebre de la remunicipalización”

1 junio, 2017 00:00

Remunicipalización: ¿ciudades sin futuro? El título del libro publicado por el Observatorio de Servicios Urbanos y Profit Editorial es una declaración de intenciones en el debate abierto sobre la rescisión de concesiones públicas a favor de empresas con el 100% del capital municipal para gestionar la recogida de basuras, el alumbrado, los servicios funerarios, el agua o el saneamiento, entre otros.

Lo firman el exministro de Trabajo e Inmigración con José Luis Rodríguez Zapatero, Valeriano Gómez; el jurista Jesús Sánchez Lambás; el ingeniero Ramiro Aurín; el economista Lorenzo Dávila, y el doctor en Derecho y Ciencias Económicas Ramón Tamames (de 83 años).

Este último explica a Crónica Global los entresijos de la publicación del libro. Consultor económico de Naciones Unidas y del Banco Interamericano de Desarrollo, Tamames entró en 1992 en el Club de Roma; un año después, en la cátedra Jean Monnet de la UE, y fue premio Rey Jaime I de Economía de 1997 y nacional de Economía y Medio Ambiente, en 2003.

En los años 50 del siglo pasado formó parte del Partido Comunista de España. Fundó, en 1984, la Federación Progresista, con la que participó en la creación de Izquierda Unida, en 1986. El Centro Democrático y Social fue su última aventura política, a la que puso el punto final a principios de la década de 1990.

—Pregunta. ¿Cuál es el objetivo de la publicación?

—Respuesta. Queremos entrar en el debate de una cuestión de actualidad. Las coaliciones populistas que han conseguido poder en muchos municipios españoles sufren la fiebre de la remunicipalización.

—¿Qué quiere decir con eso?

—Hay empresas privadas que llevan muchos años con una correcta gestión de los servicios públicos y se quieren sustituir por otras empresas privadas creadas desde las corporaciones locales ad hoc. El pasado noviembre, los cuatro municipios más importantes de España gobernados por populistas, socialistas e Izquierda Unida declararon la guerra a la gestión privada con proclamaciones doctrinales y dogmáticas sobre la gestión pública.

—¿Es mejor la gestión pública que la privada?

—De esto va el debate, precisamente. Nosotros reclamamos que se busquen la eficacia y la eficiencia. Que se gestionen de forma correcta los servicios públicos más que por criterios ideológicos y dogmáticos.

—¿Y cómo se busca?

—Con la convocatoria de concursos públicos, en los que pesan criterios de conocimiento y experiencia en el sector que van más allá de formar parte de un partido político.

Reclamamos que se busquen la eficacia y la eficiencia, que se gestionen de forma correcta los servicios públicos más que por criterios ideológicos y dogmáticos

—¿Qué ocurre con la calidad del servicio en estos procesos?

—Puede bajar. Y no sólo empeoraría la gestión por falta de experiencia, sino que se retiran recursos públicos para destinarlos a un servicio que ya estaba resuelto con la gestión anterior para crear una nueva empresa pública con una estructura voluminosa.

—Más allá de publicar el libro, ¿piensan fiscalizar la calidad de estos servicios?

—Hemos creado una nueva entidad, la Asociación por la Excelencia de los Servicios Públicos. Forman parte de ella los mismos autores de la publicación. A mí me han elegido presidente, será por una cuestión de edad.

—¿Cuál será su objetivo?

—Buscaremos la colaboración de todas las instituciones públicas y privadas para hacer un seguimiento de cómo funcionan los servicios públicos ante las interferencias políticas. En España, la calidad de los servicios es alta. No podemos perderla por politizar. No podemos permitir que ocurra lo mismo que con las cajas de ahorros, ejemplos de gestión que han terminado como han terminado; o como el Canal de Isabel II, que se ha descubierto que es un agujero de corrupción.

—¿Y la metodología de trabajo?

—Realizaremos estudios de casos concretos y convocaremos una asamblea anual abierta. Allí, efectivamente, seguiremos las experiencias de las remunicipalizaciones que se producirán en España.