El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (c), tras una votación en el Parlamento y una imagen de la factoría de Nissan en Barcelona / FOTOMONTAJE DE CG

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (c), tras una votación en el Parlamento y una imagen de la factoría de Nissan en Barcelona / FOTOMONTAJE DE CG

Business

La política industrial catalana: los políticos y el caracol

Tres años después de que los agentes sociales identificaran las necesidades urgentes del sector, el Gobierno de Puigdemont trabaja para llevar al Parlamento un pacto nacional a principios de 2017

5 octubre, 2016 00:00

El tejido industrial catalán ha pasado de generar de forma agregada una cifra de negocio de 141.044 millones de euros en 2006 a reportar unos ingresos de 127.278 millones en 2014, los últimos datos registrados en el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat). En términos laborales, el sector pasó de dar empleo a 811.800 personas en el segundo trimestre de 2006 a emplear a 590.500 personas el pasado junio.

Los expertos aseguran que el envite de la crisis, la falta de inversión en innovación --ya era escasa y la recesión le dio el golpe de gracia-- y un modelo productivo caduco explican en gran medida el momento actual de la industria. Las causas están identificadas y se piden medidas para revertir la situación. Incluso están definidas en el caso catalán.

Documento de 138 propuestas desde 2013

Sindicatos y patronales catalanas trabajan codo con codo desde hace años para reclamar que la Generalitat impulse una verdadera política industrial. Incluso crearon la plataforma Més Industria (Más Industria) en 2013 junto a otros agentes sociales, como las universidades, para exigir al Gobierno la puesta en marcha de 138 iniciativas con las que impulsar un nuevo modelo productivo que potencie el sector. Las medidas siguen en el tintero.

Los últimos cuatro años han sido de continuas reuniones, fotografías oficiales y encuentros masivos con representantes del tejido industrial catalán y el Gobierno liderado por Artur Mas hasta el pasado diciembre. Pero las 138 propuestas siguen en un cajón. Sus impulsores indican que algunas se han abordado, aunque de forma parcial y con un resultado escaso. Apuntan que varias de ellas eran de fácil aplicación, como la necesidad de disponer de una buena conexión a internet en los polígonos industriales. Algo que consideran que es de lógica si se aspira a disponer de un tejido productivo competitivo, pero que aún es una asignatura pendiente en Cataluña.

Mandato del Parlamento

El pasado abril dieron el último golpe sobre la mesa con la organización del tercer acto reivindicativo consecutivo en el paraninfo de la Universidad de Barcelona (UB). En esa ocasión invitaron a todos los partidos con presencia en el hemiciclo… y quién iba a negarse a participar en un acto a favor de que Cataluña disponga de un Pacto Nacional para la Industria. Más aún cuándo lo piden organizaciones empresariales, representantes de los trabajadores, universidades, colegios profesionales, asociaciones municipalistas y centros tecnológicos. 

Los firmantes del 'Pacte Més Indústria', patronales, sindicatos, universidades y colegios profesionales, junto a los partidos políticos catalanes.

Los firmantes del 'Pacte Més Indústria', patronales, sindicatos, universidades y colegios profesionales, junto a los partidos políticos catalanes.

  Los firmantes del 'Pacte Més Indústria', patronales, sindicatos, universidades y colegios profesionales, junto a los partidos políticos catalanes / CG

Pero tras la nueva foto, han pasado más de cinco meses y aún no se ha llegado ni siquiera a sacar polvo a las 138 medidas, revisarlas e ir más allá. Los trámites burocráticos se han comido el calendario, empezando por el mandato parlamentario de dotar a Cataluña de un acuerdo por consenso entre partidos y actores sociales sobre la política industrial que se debe mantener a largo plazo, mucho más allá de una legislatura.

Sin calendario de reuniones cerrado

Tras las vacaciones, el departamento de Empresa anunció que se habían creado seis grupos de trabajo que pactarían propuestas para llevar después a una mesa común, con casi un centenar de representantes, en la que se deberían aprobar las conclusiones del Pacto Nacional que, después, se ratificarán en el Parlament.

Se aborda el debate desde el ámbito de la competitividad empresarial; la dimensión de las compañías y la financiación; la llamada Industria 4.0 y los retos de digitalización; la formación; las infraestructuras y la energía, y la sostenibilidad y la denominada economía circular (economía verde que ahorre recursos). Se han definido las sillas que se repartirán entre los representantes del sector público y privado y ahora se debe nombrar a los asistentes y acabar de cerrar el calendario de reuniones.

Conclusiones a principios de 2017

Fuentes del departamento de Empresa y Conocimiento, encabezado por Jordi Baiget, confirman que las primeras tendrán lugar este octubre. El plan actual es que prosigan, como mínimo a lo largo del último trimestre y que se presenten a principios de 2017 en el Parlamento. Pero incluso los más optimistas que participan en el Pacto para la Industria señalan esta fecha con la boca pequeña.

“Es demasiado pronto para fijar una fecha concreta para presentar las conclusiones”, sentencian fuentes del Govern.