Un turista con mochila pasea por el centro de Valencia ciudad este verano / EFE

Un turista con mochila pasea por el centro de Valencia ciudad este verano / EFE

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El turismo 'prestado' que ha llenado España este verano es poco rentable

En el Día Mundial dedicado a la industria, el sector alerta de que el récord de visitantes es coyuntural y advierte del estancamiento del gasto

27 septiembre, 2016 00:00

El turismo es de las pocas actividades económicas que crecieron a nivel mundial durante la crisis económica y financiera. Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Turismo, el sector español confirma que prevé un nuevo año de récord al cierre de la temporada alta a finales de octubre. El balance del verano es “magnífico”, con sombras. El aumento de llegadas de visitantes durante agosto fue del 10%, similar a la cifra de la encuesta de movimientos en frontera (Frontur) de julio, aunque el gasto por visitante se ha estancado.

A final de año, los operadores esperan superar los 68 millones de movimientos que el país contó el año pasado. "En nuestro caso, el turismo emisor se expande al 8%, mientras que las ventas receptivas se incrementan a un ritmo del 7,5%", concreta Martí Sarrate, presidente de la patronal de agencias de viajes ACAVe.

Turismo 'prestado'

Uno de los factores que contribuyen a alcanzar estos datos es la situación geopolítica en la zona este del Mediterráneo. A los conflictos en el norte de África que ya acumulan varios años se han añadido este verano las circunstancias en las que se encuentra Turquía. La proximidad de las guerras de Siria e Irak y el intento de golpe de estado en Turquía en julio han desviado flujo de turistas.

Así, España se ha convertido en la alternativa segura. “Nos hemos convertido en un destino refugio no solo por la estabilidad, sino que los atractivos que ofrece han sido la clave”, explica Rafael Isún, el director general de la agencia Travel Partners en España. Según este directivo, sin las playas, la gastronomía, la cultura y los destinos urbanos de primer nivel, no habría ocurrido algo así. Reunir todos estos atractivos, que “hay pocos sitios que lo hagan”, decanta la balanza hacia España.

Pero no es la primera vez que el país acoge a turistas desviados de otros lugares. En los años 90 fue la Guerra de los Balcanes la que hizo disminuir las visitas a Croacia, entre otros países. Más recientemente, la Primavera Árabe limitó la llegada de turistas a países como Túnez, Egipto y Libia. El sector lo llama turismo prestado.

Descentralización

Sea cual sea la denominación, el estatus de destino refugio ha beneficiado a los puntos más populares, como las grandes ciudades (Barcelona, Madrid, Sevilla…), y a las zonas costeras. Tarragona y la Costa Daurada han sido una de ellas. “Es difícil comparar esta temporada con la de otros años, porque hemos vivido una situación excepcional”, asegura Marta Farrero, directora técnica del Patronato de Turismo de la Diputación de Tarragona.

Los hoteles colgaron el cartel de completo con las reservas avanzadas: “Este año no ha habido ofertas de última hora para colocar plazas, ya estaba todo vendido antes de empezar el verano”, explica. 

En el mismo sentido, los hoteleros de Girona se frotan las manos. "Estamos hablando de una temporada más larga: franceses, holandeses y belgas que han huido de cierto temor en sus países. Ello ha significado más ventas en mayo y septiembre, meses más flojos", ha indicado Josep Carreras, presidente de la patronal hotelera provincial.

Estancamiento del gasto

En este escenario de efervescencia, los datos atemperan el optimismo. El gasto por visitante alcanzó en julio los 1.072 euros, un descenso del 2,1% respecto al mismo mes del año anterior. 

Aunque el gasto total rozó los 43.000 millones de euros en los siete primeros meses del año (+7,9%), el repunte se sustenta en el volumen. La estancia media se queda en los 8,3 días (-0,6), mientras que el dispendio diario se sitúa en los 130 euros (+5,5%).

"Atraemos a más turistas, pero debemos hacer algunas mejoras. Subir precios es la cuestión más perentoria. ¿Cómo lo hacemos? Mejorando el producto. Aprovechar el potencial de todo el territorio, y no sólo concentrando a turistas en pisos ilegales en las grandes ciudades. Ésta debe ser la prioridad", apostilla Sarrate.