¿Robo o sabotaje? La fibra óptica sustraída en el AVE afecta a las comunicaciones, pero vale 0 euros

2.30 horas del lunes. El gestor ferroviario Adif recibe un aviso de que se ha producido un robo en sus instalaciones de alta velocidad. Concretamente, entre L’Arboç (Tarragona) y Figueres-Vilafant (Girona). El material sustraído son aproximadamente 600 metros de cable de fibra óptica, un hurto inusual al no tener apenas un valor económico en el mercado, a diferencia del cobre de la catenaria.

La compañía pública de infraestructuras ferroviarias, en pro del protocolo de actuación, corta la línea entre Barcelona y Madrid al “no poder garantizarse la seguridad”, apuntan fuentes de Adif a este medio. La sustracción produce, a altas horas de la madrugada, un error en las comunicaciones, la señalización, los sistemas de telemando de energía, detectores de caídas de objetos y otros dispositivos de prevención. Los técnicos acuden a las vías de inmediato para revisar la incidencia, a la vez que se comunica tanto a Renfe Viajeros como a Ouigo que sus trenes no pueden salir de las estaciones terminales y algunas de las pasantes.

Movilización de equipos técnicos

Adif moviliza automáticamente a varios equipos técnicos de telecomunicaciones y señalización. El objetivo es agilizar la puesta en servicio de la línea, pero la gravedad de los daños causados y las complejas tareas de reposición de las instalaciones dificultan la celeridad con la que debe ser reparada la infraestructura. Las primeras estimaciones de la empresa pública llevan a que a media mañana se podrá reanudar la circulación, aunque finalmente es algo antes: el primer tren sale de Barcelona-Sants a las 11.15 horas.

Decenas de pasajeros se amontonan en Sants ante el caos por la suspensión del AVE a causa del robo de cable / EUROPA PRESS

Los pasajeros se agolpan en el vestíbulo de Sants, pero también en el de Puerta de Atocha, a pesar de los refuerzos especiales de Renfe. La operadora fleta un convoy a las 8.57 horas de Madrid a Camp de Tarragona, otro a las 9.15 horas de Zaragoza a Madrid, un tercero a las 10.30 horas de Barcelona a Valencia y un último a las 11 horas de Madrid a Camp de Tarragona. Los viajeros que van a Figueres y Girona son reconducidos a través de Rodalies. Pero el corte es mayúsculo y el grueso de los clientes tiene como origen o destino alguna de las dos principales ciudades de España.

Un detenido… ¿por robo?

Poco antes de reanudarse la circulación entre Barcelona y Madrid, los Mossos d’Esquadra detienen a un hombre de 19 años como presunto autor de los hechos. El acusado de sustraer cables de la línea de AVE será clave para establecer una relación con el robo. Aunque fuentes de la policía catalana lo ven “extraño” porque no existe una conexión entre el hurto y el valor económico que ese material tendría en el mercado negro.

Un tren AVE de Renfe espera a salir de la estación de Atocha, en Madrid, en una imagen de archivo / JESÚIS HELLÍN - EUROPA PRESS

“La investigación está abierta, no descartamos más detenciones y estamos intentando establecer una relación entre la sustracción y las motivaciones que han llevado a ello”, sentencian fuentes de Mossos d’Esquadra. Algo en lo que coincide Adif, que se pregunta por qué, durante este “acto vandálico”, quitaron la fibra óptica de las vías “cuando es un material que se puede encontrar en cualquier calle o plaza”. Es decir, a diferencia del cobre de la catenaria, que es la sustracción más habitual entre los ladrones ferroviarios, este cable no tiene un gran valor en el mercado negro. De hecho, muchas de las voces consultadas por este medio dudan de que pueda revenderse como tal o que tenga comprador.

Esto implicaría mirar a la segunda opción: sabotaje. El boicot a la alta velocidad en una semana clave de las vacaciones de verano es la teoría más extendida. Lo que habría causado un perjuicio a alrededor de 7.200 personas, según datos de Renfe, que esperaban viajar en el corredor entre Madrid y Barcelona, y que muchas de ellas tenían pensado hacer trasbordo en Atocha o Sants para coger otro tren o conectar con los aeropuertos de Barajas o El Prat. En cualquier caso, Adif ha condenado “enérgicamente este acto vandálico” y lamenta las molestias que “esta situación completamente ajena” ha causado a los usuarios.