La regeneración del agua, la gran baza para combatir la sequía

Las sequías no son algo nuevo en Cataluña. Pero el aumento de las temperaturas y la escasez de lluvias, sumados al consumo intensivo de agua en zonas como la región metropolitana de Barcelona, van camino de agravar los periodos de estrés hídrico en la comunidad. Este mismo año, el Govern se ha visto obligado a declarar la alerta por sequía en el entorno de la capital catalana tras caer las reservas de los embalses que abastecen la urbe por debajo del 35%.

La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha puesto cifras a esta preocupación: la disponibilidad de agua en el litoral catalán se reducirá un 22% en 2050. La planificación hidrológica a medio plazo es especialmente compleja en la cuenca del Ter-Llobregat puesto que ya atraviesa en la actualidad un déficit de dos metros cúbicos por segundo. O lo que es lo mismo, 60 hectómetros cúbicos al año.

Plan de Aigües de Barcelona

Precisamente, esta es la cantidad que Aigües de Barcelona quiere reincorporar anualmente al sistema. En el marco del proyecto Garantía de suministro de agua en la región metropolitana de Barcelona, la compañía prevé, entre otras medidas, actualizar sus depuradoras del Baix Llobregat y el Besòs para incluir estos tratamientos terciarios que den una nueva vida al agua previamente depurada.

Este plan, que cuenta con otras tres patas basadas en el aprovechamiento local, el incremento de la desalinización y la mejora de la producción de agua potable, opta a una financiación parcial por parte de los fondos Next Generation.

Ángel Simón, presidente de Aigües de Barcelona, compañía que ha sido reconocida por su labor contra la emergencia climática

Más agua potable

Aigües de Barcelona ya tiene experiencia en esta solución. Como ha explicado un portavoz de la empresa, "hasta ahora los usos más demandados del agua regenerada son ambientales, como el mantenimiento del caudal ecológico del río Llobregat y la inyección en los acuíferos para evitar la intrusión salina, y los agrarios, como el riego del parque agrario del Baix Llobregat, el Canal de la Infanta o el Rec Vell de Sant Vicenç dels Horts".

Dar el salto hasta los 60 hectómetros cúbicos al año supondría un fuerte empujón hacia un modelo de gestión más circular y no meramente enfocado a usos agrarios o ambientales. Para hacerse una idea, se trata del mismo volumen de agua que anualmente se trata en la desalinizadora de El Prat.

Sostenibilidad ambiental

Para llevar a cabo el plan, en la zona Besós el agua regenerada que saldría de la planta de depuración se llevaría aguas arriba y, posteriormente, en la planta de tratamiento de agua potable del Besòs se le daría la calidad necesaria para ser usada con fines potables.

De esta forma, el río recuperaría unos recursos muy preciados para abastecer un área de cinco millones de habitantes y para mantener unos niveles óptimos de los ecosistemas asociados.

Mantenimiento del caudal ecológico del río Llobregat con agua regenerada / AIGÜES DE BARCELONA

Extensión a toda Cataluña

El enfoque de Aigües de Barcelona en favor de la regeneración es compartido por la ACA, en cuyo próximo plan estratégico ocupará un puesto relevante. Aunque un portavoz de la compañía ha precisado que "este modelo es aplicable en una escala menor en otras zonas de Cataluña", la empresa pública sí planea su extensión a todas las cuencas internas.

"En el área metropolitana de Barcelona su aplicación es mucho más eficiente ya que solo las dos plantas comentadas tienen un potencial de gestión cercano al 30% del potencial de regeneración en toda Cataluña y están ubicadas en la proximidad del gran polo de consumo metropolitano", ha añadido.

25 plantas de regeneración

La ACA proyecta en su hoja de ruta el despliegue de 25 estaciones de regeneración en todo el territorio. La apuesta no es menor: una vez estén construidos estos equipamientos se logrará doblar el volumen de agua regenerada, pasando de 50 a 100 hectómetros cúbicos. Fundamentalmente, esta agua servirá para recargar acuíferos en el subsuelo pero también para usos terciarios.

A esto se sumará una nueva desalinizadora en Blanes (Girona) con capacidad de 60 hectómetros cúbicos, que supondrá una ampliación de la potencia actual (20 hectómetros cúbicos). Todas estas medidas deberían estar listas en 2027 y serán aprobadas presumiblemente durante el primer trimestre del próximo 2023.