Los vecinos de Les Corts denuncian la llegada de personas sin hogar que generan conflictos / CG

Los vecinos de Les Corts denuncian la llegada de personas sin hogar que generan conflictos / CG

Vida

Gritos, peleas y sexo en un parque infantil: las denuncias de unos vecinos de Les Corts

Los residentes de la calle Can Segalar de Barcelona lamentan la situación que tienen que soportar tras la llegada de varias personas sin hogar que generan "conflictos" en esta zona tranquila

21 mayo, 2022 00:00

El incivismo se ha instalado en Les Corts. Los vecinos de la calle Can Segalar de Barcelona denuncian la situación que tienen que soportar tras la llegada de varias personas sin hogar que “generan conflictos y suciedad” en una zona tradicionalmente tranquila. Así lo denuncian los residentes en declaraciones a Crónica Global, quienes dicen aguantar gritos, peleas e incluso sexo en un parque infantil cercano.

Uno de estos hombres lleva instalado mucho tiempo bajo el porche del hotel Hilton, en esa misma calle, y es conocido en la zona por pernoctar, incluso, durante más de 30 años. Actualmente vive en la calle con su mascota Marinieves y, según ha podido saber este medio, rechazó la ayuda habitacional que le ofrecían desde los servicios sociales del consistorio porque no le dejaban ir con ella. No obstante, las mismas fuentes reconocen que "él no es quien da problemas diarios a los vecinos, sino los que han ido llegando posteriormente”. “Este señor no molestaba, pero ha generado un efecto llamada y cada semana aparece uno nuevo”, explica una residente.

Una persona sin techo durmiendo debajo del hotel Hilton / CG

Una persona sin techo durmiendo debajo del hotel Hilton / CG

El ayuntamiento, al corriente

La dirección del alojamiento cuatro estrellas y los propios vecinos se han puesto en contacto en “numerosas ocasiones” con la Guardia Urbana y con el Ayuntamiento de Barcelona, desde donde tienen constancia de la situación. Fuentes municipales del distrito aseguran que se reunieron con los residentes afectados para tratar este tema. “Actualmente hay dos sin techo y, tal y como se dijo a los vecinos, se está buscando recursos para ellos con el técnico de prevención y el servicio de espacio público de sin techo” con tal de ofrecerles un “servicio más digno y evitar que acumulen basura”.

Y es que, uno de los mayores problemas con los que se encuentran es la suciedad que, con la llegada del buen tiempo, "conlleva la aparición de cucarachas y ratas". Asimismo, denuncian que algunos de los sin techo hacen sus necesidades a la vista de todos e incluso practican sexo cerca de la zona infantil a plena luz del día. “A las siete de la tarde los niños estaban en el parque mientras ellos practicaban sexo. Tuvimos que decirles que se fueran a otro sitio”, dicen.

Un preservativo en la zona de la calle Can Segalar / CEDIDA 

Un preservativo en la zona de la calle Can Segalar / CEDIDA 

"Queremos vivir tranquilos"

En esa misma calle se encuentra un gimnasio en el que también sufren las consecuencias de tener a varias personas durmiendo cerca. “No son todos, pero sí que algunas veces hay algunos que van bebidos y además, se meten con la gente”, especialmente uno de ellos. Manifiestan que, de vez en cuando, deben desinfectar las paredes del local porque “huele mal y está todo sucio”. Lo mismo sucede con el personal de limpieza del hotel, desde donde una trabajadora admite que “no es fácil” tener que retirar “excrementos o preservativos" de forma habitual.

Desde el barrio lamentan que se esté “desvalorizando” este lugar cercano al centro comercial de la Illa Diagonal por el aumento de personas que pernoctan. Los vecinos sospechan que, algunas de ellas, proceden del antiguo albergue para toxicómanos situado en la calle Numancia y ahora trasladado al barrio de Horta-Guinardó. Desde la oposición advierten de que "en el último año se han incrementado los sin techo en el distrito y, algunos, con problemas de adicciones". "Llevamos mucho tiempo advirtiendo que si no se tomaban medidas la situación se iba a complicar y agravar".

Pero precisamente la comodidad del barrio es lo que incita la llegada de más personas en esta situación. Con todo, el ayuntamiento deberá tomar cartas en el asunto ante unos vecinos que sólo piden “vivir tranquilos”.