Miembro del grupo antiabortista que reza ante una clínica en Barcelona

Miembro del grupo antiabortista que reza ante una clínica en Barcelona SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

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Ocultas y a tres metros: así presiona un grupo antiabortista a una clínica, pese a la ley catalana

La asociación '40 Días por la Vida' explica en su página web la forma de eludir las trabas legales 

El centro médico se resigna ante las consignas que se suceden cada día

Reportaje: Cataluña, ejemplo de acceso al aborto con solo seis objetores, choca con el veto de hospitales religiosos

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Dos mujeres están sentadas detrás de unos contenedores. Las manos envuelven un rosario y sostienen una carpeta con fundas llenas de oraciones. Dejan sobre la acera los bolsos y los paraguas ante cualquier contratiempo, aunque el sol brilla sobre sus coronillas, y aguantan en este lado de la carretera, pese al olor de los restos, porque así eluden la ley catalana, pese a estar rezando frente a la Clínica Dalmases. 

La conselleria de Interior de la Generalitat de Cataluña determinó en febrero del año pasado una resolución con tal de impedir a los colectivos antiabortos manifestarse ante las puertas de la clínica, dejando una distancia prudencial y evitando el contacto visual con aquellas pacientes que ejercen su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), aparte de determinar que los elementos y consignas no sean visibles ni audibles. 

Penas de entre tres meses y un año

A pesar del dictamen que emitió la dirección general de Administración de Seguridad, la medida en el día a día tiene varias lagunas. Es más, el Estado modificó el Código Penal en el año 2022 para penalizar el acoso a las mujeres que acuden a las clínicas, basándose en que un 89% de las mujeres que acudieron a los centros se sentían acosadas y un 66% amenazadas, por lo que se establecían penas de tres meses hasta un año

Al respecto, la abogada Núria González explica a este medio que, en primer lugar, no es necesario comunicar las concentraciones cuando son menos de 20 personas, amparándose en el derecho a la libertad de expresión. A su vez, las organizaciones se escudan en el voluntariado de sus miembros para evitar comunicar de forma oficial este tipo de actos y, así, evitar ser rechazados por la autoridad competente: "Utilizan a la gente y a sus logos". 

Cartel de la organización antiabortista 40 días, frente a una clínica donde se practica la interrupción voluntaria del embarazo.

Cartel de la organización antiabortista 40 días, frente a una clínica donde se practica la interrupción voluntaria del embarazo. SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

En todo caso, habría que habilitar un cordón policial casi "permanente", alude, una cuestión más que improbable, por lo que las mujeres se ven expuestas a la violación de su derecho a la intimidad y libre decisión. "Las mujeres no suelen denunciar estas concentraciones porque solo quieren superar todo este proceso, y no hay casi denuncias al respecto", lamenta.

Orden de alejamiento

Sin un seguimiento ni una queja formal, los antibortistas trampean la ley y se ciñen al guión: no ser vistas ni escuchadas... normalmente. Desde la Clínica Dalmases aseguran que viven con este asedio desde hace "cuatro campañas", es decir, cuatro años que, según el momento litúrgico, se intensifican más o menos. "Puedes ser religioso, pero es una opinión frente a lo que está establecido dentro del marco de la ley", remata una trabajadora.

Hay una orden de alejamiento contra la organización tras los distintos disturbios habidos en el pasado. Aseguran que se han interpuesto denuncias y se ha requerido de la presencia policial frente a los ataques verbales e, incluso, el tirón que le daban a las mujeres que entraban en el centro ubicado en el barrio barcelonés de Sarrià. Un comportamiento que, ante la actuación de la justicia, ha mermado. "No hay nada que hacer, esto hay que aguantarlo así", lamenta.

"Si estuviéramos frente a una iglesia manifestándonos contra los abusos a menores que cometen los curas, ya te digo que nos desalojarían en diez minutos", critica. Dicen que solo rezan, pero nada más ver acercarse a una mujer a las puertas de la instalación, comienzan a gritar sus consignas, advierten. Además, incumplen la ley de protección de datos, argumentan, ya que hacen un seguimiento de estas personas cada vez que entran y salen de la clínica. 

"Miramos al suelo"

Una transeúnte coge brevemente las manos de una de las voluntarias antiabortistas y le dice: "Gracias por rezar". Los demás pasean y miran la conversación que se produce tras los contenedores, sin inmutarse. Ya forman parte de paisaje. "El núcleo duro nos da los materiales, se ocupan de los carteles y nosotros, como voluntarios, cogemos el carrito preparado", dice una de las integrantes de la entidad de origen estadounidense 40 Días por la Vida.

En la página web, la plataforma comunica en qué ciudades actúa. En Barcelona, tienen tres puntos distribuidos frente a la Clínica EMECE, en Dalmases y en Aragón. En cada apartado, se puede contemplar qué días "de la campaña" están ocupados y, además, reza la siguiente frase: "El sistema controlará que no se reúnan en la campaña más de las 19 personas legalmente establecidas". Una vez más, como afirmaba la letrada, juegan con el límite legal para no ser denunciados a las autoridades. 

Vista de la página web de la organización '40 días por la vida', donde se dan recomendaciones para eludir la ley

Vista de la página web de la organización '40 días por la vida', donde se dan recomendaciones para eludir la ley 40 días por la vida

En el límite legal

A raíz de los disturbios que provocaba la organización, la conselleria decidió publicar la resolución. A sabiendas de que están bajo la lupa, tienen varios apartados, como "Vigilia 100% legal", para asesorar a los usuarios sobre qué deben hacer frente a las clínicas. Determinan que hay un "sacrificio moderno de niños" o que se "peca" ante esta decisión, y también hablan de los eufemismos que se utilizan para referirse al aborto.

Sin embargo, no aportan subvenciones directas a esas mujeres que, aseguran, pecan. En todo caso, ofrecen "ayuda" en una sección en la que remiten a una serie de asociaciones de carácter religioso en algunas comunidades autónomas, que no todas. Por el contrario, piden donaciones y han habilitado una tienda virtual con vestuario a la venta para lograr financiación.

"El de arriba lo sabe todo"

Más allá de las consignas antiabortos publicadas, no se abordan las múltiples cuestiones a las que se enfrenta una mujer que desea interrumpir su embarazo: el derecho a la autodeterminación, el peligro que pueda correr su vida o una malformación venida del bebé, o las agresiones sexuales. Ante estas preguntas, las dos voluntarias que permanecen ante la clínica, Montse y Julia —nombres ficticios—, solo tienen una respuesta: "No lo sé, solo sé que el de arriba lo sabe todo". 

¿Qué hay ante las muertes por abortos clandestinos? La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hay 33 millones de abortos peligrosos, sobre todo en los países en vías de desarrollo, y cada año entre un 4,7% y un 13,2% de las muertes maternas se deben a esta práctica. En las regiones desarrolladas, la tasa es de 30 defunciones por cada 100.000 abortos peligrosos, mientras que en lugares sin garantías, unas 220 muertes por cada 100.000 abortos.

Miembro del grupo antiabortista que reza ante una clínica en Barcelona

Miembro del grupo antiabortista que reza ante una clínica en Barcelona SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

"No me gustaría verme en su caso"

"No es una medida segura para la mujer porque, psicológicamente, la gente no es consciente del daño que se hace... No tengo respuestas para todo, tampoco me gustaría verme en su caso, pero creo que hay otras soluciones", dice Montse. La voluntaria tiene disponibilidad horaria -aunque no especifica a qué se dedica-, y una familia formada por siete hijos. Cuando se le pregunta qué apoyos dan, se remite a casas religiosas y de acogida para convencer a las pacientes de continuar con el embarazo. 

Ninguna de las mujeres que acude a la clínica ha venido a hablar con ellas, confirman. "El aborto es quitarse un problema, pero de una forma muy agresiva. Yo creo que los hijos se conciben desde el amor, al estar de acuerdo con tu pareja, y que es una cosa querida. El sexo no es un deporte ni un divertimento, y ahora a los ojos del mundo el aborto está considerado como... casi es un derecho. Pero somos responsables de nuestros actos, y no decir 'me quito un problema de encima'".

El informe Estadística de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) de Cataluña, 2023 establece que hay 103.097 interrupciones en todo el territorio, lo que supone un aumento del 4,8% respecto a 2022, y la región presenta la tasa más elevada, de 14,92 IVE por cada 1.000 mujeres. Unos datos que vuelven a la palestra de la actualidad a causa del encontronazo político entre Gobierno y oposición por las listas de objetores de conciencia. 

Fachada de la clínica Dalmases, en Sarrià, donde se concentran los colectivos antiabortistas

Fachada de la clínica Dalmases, en Sarrià, donde se concentran los colectivos antiabortistas SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Acompañar en la decisión

A mediados de octubre, el presidente Pedro Sánchez anunció que se iniciaban los trámites para blindar el aborto en la Constitución, como hizo Francia en marzo de 2024, convirtiéndose así en el primer país del mundo que lo incluía en su Carta Magna. Cada aborto responde a unas circunstancias únicas.

Silvia Arévalo, obstetra especializada en medicina y cirugía fetal del Hospital Vall d'Hebron, lo tiene claro. "Cada uno tiene sus historias y me parecen muy injustos [en referencia a los antiabortistas]. Es legal, y punto", sostiene. Pone un ejemplo: una testigo de Jehová decidió dar a luz, a pesar de saber que el feto moriría: "Debemos acompañar en la decisión que se tome. La decisión es suya", concluye.

En declaraciones a este medio, una joven relata cómo fue su experiencia en una unidad de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIR). Fue a una primera visita con su madre y le agendaron una segunda para acometer el IVE, donde la gestión fue "rapidísima" y "sin cuestionarse".

"Tampoco me obligaron a escuchar ningún latido ni a mirar la pantalla, y me dieron un teléfono por si me pasaba algo o tenía cualquier duda", un apoyo desde la administración pública. Después de tres días de reflexión, tomó el método farmacológico y abortó, sin ser perseguida ni juzgada durante el proceso.