Imagen de Archivo -  El director de cine Mario Camus, durante el rodaje de La ciudad de los prodigios. EFE/LLUIS GENE

Imagen de Archivo - El director de cine Mario Camus, durante el rodaje de "La ciudad de los prodigios". EFE/LLUIS GENE

Vida

Miquel Fernández, sin tapujos, dice lo que muchos piensan: "No se puede vivir trabajando solo de figurante: 8 horas son 54 euros"

La industria del cine resulta muy desafiante, se caracteriza por contratos temporales y parciales, además de largas e irregulares jornadas laborales, donde el salario varía según la experiencia, el puesto y la ubicación

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En España, la industria del cine es una de las más reconocidas a nivel internacional, ya que se encuentra entre los cinco principales productores mundiales y ocupa el segundo lugar en Europa en la producción de largometrajes de animación.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro en el sector cinematográfico. Detrás de cada producción —ya sea una película, serie, largometraje, cortometraje o documental— existe un equipo humano que trabaja sin ser la cara visible ni recibir el reconocimiento que merece.

La industria del cine resulta muy desafiante, se caracteriza por contratos temporales y parciales, además de largas e irregulares jornadas laborales, donde el salario varía según la experiencia, el puesto y la ubicación.

En este contexto, y tras la muerte de un trabajador durante el rodaje de la próxima película de Los Javis, RTVE recogió las declaraciones del figurante profesional Miquel Fernández, quien señaló que la precariedad laboral es uno de los mayores problemas del sector.

La problemática en la contratación de figurantes radica en la estructura de intermediación existente. Habitualmente, la productora contrata a una agencia de figuración, y esta, a su vez, recurre a una Empresa de Trabajo Temporal (ETT) para gestionar al personal. “La gran irregularidad es la no regulación. Lo irregular es la no contratación con la productora. Además, a veces los propios productores, por decirlo de alguna manera, hacen la vista gorda al sector”, sentencia. 

Aunque es la productora la responsable de pagar el seguro de responsabilidad civil, evaluar los riesgos del espacio de rodaje y ofrecer la formación básica en prevención de riesgos laborales, este sistema de contratación en cascada puede repercutir negativamente en la gestión de las condiciones laborales y en la salud de los figurantes.

"No se puede vivir de figurante"

En esta línea, Miquel Fernández subraya la dificultad de lograr una sostenibilidad económica en el sector, afirmando categóricamente que no realizan este trabajo únicamente por gusto ("No ho fem perquè ens agradi").  “No se puede vivir de figurante, lo hacemos porque nos gusta”, afirma el profesional.

Esta afirmación resalta que vivir exclusivamente de la figuración no es viable. La razón principal es la baja remuneración: “por una jornada laboral de ocho horas se pagan 54,7 euros”. Esta cifra refleja con claridad la precariedad salarial de la profesión.

A ello se suman las exigentes condiciones laborales, tanto meteorológicas como de horarios, a las que se enfrentan los figurantes. Fernández relata casos en los que el itinerario de rodaje no coincidía con lo previamente pactado, pese a que la productora es legalmente responsable de los seguros y de la evaluación de riesgos.

Las condiciones en los rodajes, a menudo, ponen en peligro la salud de los trabajadores. “Ha habido días en los que nos hemos empapado de arriba abajo. Recuerdo perfectamente en la película Modelo 77 cuando cortamos la calle Aragón, que estaba completamente inundada”, asegura. Estas experiencias demuestran que los figurantes deben “pasar la película” (soportar la situación), incluso cuando las condiciones de trabajo son extremas.