Agente de la Policía Administrativa de los Mossos d'Esquadra entrando en la peluquería sospechosa de comprar objetos robados

Agente de la Policía Administrativa de los Mossos d'Esquadra entrando en la peluquería sospechosa de comprar objetos robados Simón Sánchez

Vida

Peluquerías, bares y ‘compro oro’: radiografía del mercado negro en L’Hospitalet

Crónica Global acompaña a los Mossos d'Esquadra en el octavo macrodispositivo contra los multirreincidentes y los receptadores en la segunda ciudad de Cataluña

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Viernes 19 de septiembre. Mossos d’Esquadra, con la colaboración de la Policía Nacional y varias policías locales, vuelven a asestar un nuevo golpe a la multirreincidencia.

El Pla Kanpai no se detiene y, durante 12 horas, Barcelona y su primera corona metropolitana —de Badalona a L’Hospitalet— se blindaron para atacar directamente a quienes han hecho del robo y el hurto su modo de vida. Y, en esta ocasión, también a quienes alimentan este ciclo de delincuencia comprando los objetos robados: los peristas.

Esta vez, Crónica Global pudo acompañar a la Policía Administrativa durante su recorrido por L'Hospitalet de Llobregat, cuyos agentes peinaron hasta cuatro establecimientos sospechosos de comprar objetos robados: dos peluquerías, una tienda de “compro oro” y un restaurante.

Un eslabón imprescindible para la cadena criminal, porque sin mercado negro los objetos sustraídos carecerían de valor.

Inspecciones con lupa

Con apoyo de Inspección de Trabajo, se comprobó que los negocios sospechosos tenían licencia y personal regularizado, y que la actividad declarada coincidía con la real. Además, se buscó material sustraído o del que no pudiesen justificar su procedencia.

La primera peluquería, ubicada en la calle Llobregat, estaba marcada como lugar de encuentro entre compradores y vendedores. Allí, un joven sin papeles que decía “ser el primo del dueño” cortaba el pelo y, al mismo tiempo, vendía zapatillas deportivas de marca, supuestamente de segunda mano y “para clientes de confianza”.

Algunas de las zapatillas que tenían en venta en esta peluquería

Algunas de las zapatillas que tenían en venta en esta peluquería Simón Sánchez L'Hospitalet de Llobregat

Oro robado

En el establecimiento “compro oro”, los Mossos detectaron que varias de las acciones de compraventa de joyas estaban relacionadas con tres personas con antecedentes por robos violentos. “Muchos no tienen reparo en comprar oro robado”, señalan fuentes del dispositivo.

En esta ocasión, también detectaron un desajuste entre la caja y las joyas registradas. Una práctica habitual cuando no quieren dejar rastro de ciertas transacciones (por supuesto, fraudulentas). En este sentido, la ley obliga a estos comercios a retener el material 15 días antes de revenderlo o destruirlo, para que la policía pueda cotejar denuncias y saber quién se lo vendió.

Este desajuste motivó la apertura de una investigación. De hecho, los propietarios de este local, ubicado en la calle del doctor Ferran i Clua, ya arrastran antecedentes por receptación y no es la primera vez que dejan sin apuntar joyas en el libro oficial.

Interior del establecimiento compro oro, donde una agente de la Policía Administrativa hace comprobaciones en el libro de registros

Interior del establecimiento "compro oro", donde una agente de la Policía Administrativa hace comprobaciones en el libro de registros Simón Sánchez L'Hospitalet de Llobregat

Los investigadores apuntan que la mayoría de joyas robadas —si son de oro— terminan fundidas en lingotes fraudulentos y vendidas al extranjero a través del mercado negro. Por eso los Mossos deben actuar con rapidez, antes de que el material desaparezca en los hornos y sea imposible rastrearlo.

Sin embargo, no basta con sospechas: para imputar receptación hay que probar que el comerciante sabía que lo que compraba era robado. Pero negarse a colaborar con los agentes también acarrea consecuencias: desde multas hasta el cierre del negocio.

Una de las personas que se identificó ante la Policía Administrativa de los Mossos d'Esquadra

Una de las personas que se identificó ante la Policía Administrativa de los Mossos d'Esquadra Simón Sánchez L'Hospitalet de Llobregat

Control en bares

Tras las inspecciones administrativas, el operativo se trasladó a una serie de bares donde, según la policía, se reúnen delincuentes habituales.

Aquí entraron en acción los agentes de la Brigada Móvil (Brimo), una unidad especializada en táctica urbana, control de masas, encapsulamientos y ocupación del espacio público.

Agentes de la Brimo frente a uno de los bares que registraron

Agentes de la Brimo frente a uno de los bares que registraron Simón Sánchez L'Hospitalet de Llobregat

En esta ocasión reforzaron su despliegue en dos de las zonas más calientes de L’Hospitalet —La Torrassa y La Florida— y extendieron controles a varios bares del municipio para comprobar que ninguno de los presentes tuviese cuentas pendientes con la justicia ni portara material sin justificar.

Además de blindar el perímetro y garantizar la seguridad de los agentes, su intervención permitió que la Guardia Urbana de L’Hospitalet verificara que los locales cumplían con la normativa municipal vigente.

Un plan transversal

El de este viernes fue el octavo dispositivo diseñado en el marco del Pla Kanpai —seis en vía pública y transporte, y uno solo en transporte— cuyo objetivo es dificultar la comisión de nuevos delitos por parte de personas reincidentes.

Se trata de un plan transversal, con perspectiva integral, en el que participan actores de distintos ámbitos más allá de lo estrictamente policial: Policía Nacional, guardias urbanas y policías locales, Policía Portuaria, seguridad privada e Inspección de Trabajo de la Generalitat.

Agentes de la Brimo de los Mossos d'Esquadra cacheando a dos personas que se han identificado

Agentes de la Brimo de los Mossos d'Esquadra cacheando a dos personas que se han identificado Simón Sánchez L'Hospitalet de Llobregat

En esta ocasión, se ha detenido a 75 personas, una veintena han quedado investigadas, se han interpuesto 217 denuncias administrativas, se han intervenido cinco vehículos de movilidad personal, se han recuperado dos móviles y un vehículo robados y se han hecho 448 denuncias administrativas de TMB.

De nuevo, este octavo operativo del Pla Kanpai refuerza la idea de que la multirreincidencia no se combate solo con detenciones, sino atacando todo su ecosistema.