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La noticia del fallecimiento de Robert Redford a los 89 años ha pillado a muchos por sorpresa. Era un actor que, si bien estaba retirado de las pantallas, seguía impulsando el cine a través del Festival de cine de Sundance, que él mismo creo para apoyar el cine independiente.

Su carrera estará marcada para siempre por papeles como Johnny Hooker en El Golpe y el de tantas otras películas como Dos hombres y un destino, también con su amigo Paul Newman, Tal como éramosTodos los hombres del presidente. También por su compromiso político.

El estadounidense fue un activista medioambiental comprometido con la defensa de la naturaleza y la sostenibilidad. Apoyó diversas campañas contra el cambio climático y en defensa de los espacios naturales de Estados Unidos.

Nada de eso eclipsó su figura cinematográfica. Fue uno de los guapos del Nuevo Hollywood de los 70, aquel que desafiaba las convenciones y el sistema de los estudios. Su carisma y su trabajo lo hicieron un icono.

Robert y España

Barcelona todavía recuerda su paso por la ciudad. Si bien nunca vivió aquí, como sí hizo en Andalucía y Baleares, sí pasó por la ciudad condal en 2018, dejando una huella imborrable.

Fue en 2018 durante el marco del Mobile World Congress (MWC), el evento tecnológico más importante de la ciudad. Y aun así, lo eclipsó.

Un Mobile irrepetible

La capital catalana se rindió a la estrella de Hollywood, que quedó colpsada e impresionada con el aura del actor.

Aterrizó en avión privado acompañado de su familia y tenía clara su misión: impulsar el cine independiente a través de su querido Festival de Sundance y del instituto que lleva su nombre.

El veterano actor y director fue invitado por los organizadores del MWC. Estaban los ejecutivos de las grandes firmas tecnológicas, de Google a Microsoft. Sin embargo, la verdadera estrella del congreso no fue un móvil, sino Redford.

Pero esa imagen no estuvo reñida con el trabajo. El actor sabía lo que tenía que hacer y lo consiguió. De su visita al Mobile sacó un acuerdo de colaboración entre la GSMA, la asociación global de operadores móviles, y el Festival de Sundance.

Qué hizo Redford MWC

Con esa firma trató de estimular la producción de cortometrajes pensados para el móvil, bautizado como la cuarta pantalla. Algo que en 2018 se veía mucho más lejano de lo que puede parecer ahora.

Así, de esa visita nació Mofilm, una plataforma que integraba trabajos procedentes de Sundance y de otros festivales como los de Shanghái y Locarno, además de contenidos de Bollywood.

Dónde se alojó

El objetivo era ofrecer un escaparate global para cineastas emergentes en un formato adaptado al consumo audiovisual en dispositivos móviles.

Mientras, Barcelona estaba colapsada. Su presencia hizo que muchos fans se desplazaran allí donde estaba. Primera parada: el hotel Arts.

El actor Robert Redford EFE

Allí, en ese símbolo de la Barcelona Olímpica, donde se han alojado Timothée Chalament o Leonardo DiCaprio, pasó Redford sus cinco días. Él y la legión de seguidores que esperaban hacerse una foto con él o conseguir un autógrafo.

Desde allí salió a recorrer las calles de la capital catalana, donde su sola presencia generó un revuelo inesperado. Él, por su parte, trató de pasar desapercibido.

Crónica del momento

Ramón Muñoz relataba en El País que el actor iba vestido con unos tejanos, chaleco de plumas, gorro y gafas de sol. Lo comparaba con otro mítico personaje del actor, Brubaker, el alcaide reformista de la película estrenada en 1980.

Esto no le ayudó mucho. Su figura siempre fue muy reconocible. Así, en sus paseos por el barrio Gótico era asaltado por locales, curiosos y turistas, que no dudaron nunca en acercarse a él, cuando ni tan solo eran conscientes de que vino al Mobile.

MomentoS para recordar

Muñoz relata una de las escenas que más le llamó la atención. Se produjo en la plaza de Sant Jaume, donde la multitud se arremolinó para observar cómo la leyenda de Hollywood caminaba entre ellos.

Nada ni nadie pudo eclipsar a Redford durante sus cinco días en la ciudad. Ni el Mobile ni la Sagrada Familia despertaron tanto interés. La visita de Robert Redford a Barcelona quedó grabada como un episodio único de la historia reciente del Mobile World Congress y de la ciudad.

Hoy su muerte devuelve a la memoria aquella estancia en la que Barcelona quedó, por unos días, colapsada por el magnetismo de un actor que había hecho sombra incluso a uno de los mayores congresos tecnológicos del planeta. Pero es que no podía ser de otra manera.

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