Fachada del Centro Penitenciario Brians 2 en Sant Esteve Sesrovires, Barcelona Europa Press
Muere un interno por presunta sobredosis en Brians 2 (Barcelona)
CSIF alerta sobre el aumento del tráfico y consumo de drogas en las cárceles de Cataluña
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Un interno del módulo MR11 del Centro Penitenciario Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), murió la mañana de este domingo, en lo que se investiga como una posible sobredosis. Actualmente, se está a la espera de la autopsia para confirmar oficialmente la causa del fallecimiento, confirman fuentes de Justicia.
En un comunicado, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha detallado que el interno había mantenido comunicación familiar con su progenitor hasta el pasado sábado.
Mayor tensión
Asimismo, ha señalado que durante el domingo se llevaron a cabo diversas actuaciones de seguridad en el centro penitenciario, en las que se incautó una cantidad de droga "ampliamente" superior a los niveles habituales de decomisos en este penal, además de medio millar de papeles para fumar en posesión de otro interno.
En este contexto, el sindicato ha alertado de que el hacinamiento favorece el tráfico de drogas y complica la labor de vigilancia, lo que provoca enfrentamientos entre los reclusos por el control del mercado ilegal y eleva los niveles de tensión dentro de las cárceles.
Más consumo
Por otra parte, el sindicato ha expresado su preocupación por el aumento del consumo y tráfico de drogas en las cárceles de Cataluña.
Ha agregado que este problema ya no es un hecho aislado, sino "una realidad cotidiana que pone en grave riesgo la seguridad, la salud y la integridad tanto de los internos como del personal penitenciario".
Reivindicación
Desde CSIF también han señalado que actualmente existe una escasez de personal para atender los problemas de las cárcelese, y que los trabajadores disponibles deben enfrentarse a "condiciones precarias" en un entorno dominado por internos con conductas delictivas.
Por ello, el sindicato reclama un incremento de la plantilla, el reconocimiento de los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad y la dotación de equipos de intervención adecuados para reforzar la seguridad.