Puerta de la discoteca Razzmatazz en Barcelona, en una imagen de archivo

Puerta de la discoteca Razzmatazz en Barcelona, en una imagen de archivo Razzmatazz

Vida

Una joven denuncia a Razzmatazz: “Me metieron los dedos buscando droga”

La víctima, de 22 años, relata que tuvo que desnudarse ante dos trabajadoras de la discoteca antes de que una de ellas introdujera la mano en su vagina

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Lo que debía ser una noche de fiesta en la mítica sala Razzmatazz de Barcelona terminó en una denuncia por agresión sexual. L. F. A., una joven de 22 años, ha denunciado ante los Mossos d'Esquadra la humillante situación que vivió la noche del pasado sábado 23 de agosto, cuando una trabajadora de la discoteca la cacheó de manera invasiva, introduciéndole los dedos en la vagina, buscando si llevaba droga escondida en su interior. 

Los hechos sucedieron en la sala de enfermería de la discoteca. Sin embargo, nadie le explicó por qué estaba allí ni qué estaba ocurriendo. Se vio obligada a desnudarse ante dos desconocidas sin saber el motivo.

Ninguna agente de los Mossos d’Esquadra fue requerida para practicar el cacheo: la tarea la asumieron dos trabajadoras del local, una camarera de unos 27 años y otra chica algo más joven, de cargo indeterminado, que fue quien finalmente llevó a cabo la inspección. 

Apartados de la sala de baile

Sin embargo, para llegar a este punto hace falta remontarse varias horas en el tiempo. Aquella noche, L. F. A. salió de fiesta con dos amigos, José Manuel y Abel. El plan empezó en un bar del Poblenou, el Airbar, donde tomaron las primeras copas. Luego, pusieron rumbo a Razzmatazz, donde accedieron hacia la una y cuarto de la madrugada. 

Imagen de la terraza de la sala Razzmatazz

Imagen de la terraza de la sala Razzmatazz Google Maps

Dentro del local se movieron entre las distintas salas. La denunciante se quedó bailando con José Manuel mientras Abel se separó del grupo durante un rato. Así estuvieron hasta que, pasadas las tres, cuatro individuos del personal de seguridad se llevaron a los dos chicos sin dar ninguna explicación. L. F. A. los siguió desconcertada. 

No entendía nada. En su denuncia asegura que solo uno de los cuatro trabajadores de seguridad portaba el TIP de vigilante de seguridad, un detalle que de entrada ya le pareció sospechoso. Intentó acompañar a sus amigos para saber qué ocurría, pero acabó retenida en una zona restringida de la discoteca: la sala de enfermería. "Tenemos a la tercera", dijo uno de los vigilantes por el pinganillo. 

Examen abusivo y sin supervisión

En la sala de enfermería, los vigilantes pidieron a la sanitaria que se marchara y la joven quedó sola, mientras una camarera y uno de ellos custodiaban la puerta. Al cabo de unos minutos, un agente de los Mossos d'Esquadra accedió a la estancia únicamente para pedirle la documentación. Nadie le explicó qué estaba ocurriendo ni dónde estaban sus amigos.

Agentes de los Mossos d'Esquadra en un dispositivo nocturno

Agentes de los Mossos d'Esquadra en un dispositivo nocturno Mossos d'Esquadra

No sabe cuánto tiempo transcurrió hasta que dos chicas entraron en la salita: una camarera de unos 27 años, con la camiseta marrón clara de Razzmatazz y un walkie colgado al cuello, y otra más joven, de unos 25, vestida con camiseta negra y pantalones claros, de la que no queda claro su cargo.

Fueron ellas quienes finalmente asumieron el cacheo. Primero le ordenaron vaciar los bolsillos. Después tuvo que quitarse la ropa hasta quedarse en ropa interior. Finalmente, la más joven introdujo sus dedos en la vagina de la denunciante para comprobar si llevaba droga escondida.

Aunque llevaba guantes, la víctima asegura que se sintió violentada sexualmente, en una actuación que, además, se desarrolló sin la supervisión policial inmediata que habría correspondido. "No lleva nada", dijo una de ellas al vigilante que aguardaba al otro lado de la sala. 

Presunto 'trapicheo'

Tras el registro, la joven volvió momentáneamente a la sala 3 de la discoteca para ir al baño. Todavía en shock por lo ocurrido, decidió salir a la calle, donde se reencontró con sus amigos junto a varios coches patrulla de los Mossos d’Esquadra.

Un coche de los Mossos d'Esquadra en un dispositivo anterior

Un coche de los Mossos d'Esquadra en un dispositivo anterior Luis Miguel Añón

Los agentes le pidieron a José Manuel las llaves y el teléfono móvil para que ella pudiera recoger sus pertenencias. Fue entonces cuando uno de los policías catalanes le dio una explicación: “Los han pillado trapicheando con droga”.

Una respuesta que la dejó completamente descolocada: “¿Cómo puede ser, si José Manuel estuvo bailando toda la noche?”. La joven intentó razonar tanto con los Mossos como con el jefe de seguridad, pero fue en vano.

Una sucia maniobra 

Fuentes conocedoras del caso apuntan que todo lo ocurrido formaría parte de una sucia maniobra de al menos uno de ellos, que tendría algún tipo de relación —sin concretar— con un grupo de 'camellos' que trapichea en varias discotecas de Barcelona.

Una supuesta vinculación que, en ningún caso, justificaría el cacheo invasivo al que fue sometida la joven, denuncian fuentes próximas a su entorno L. F. A. se marchó resentida, sin comprender del todo lo que acababa de suceder. Días después, tras hablar con un abogado, decidió formalizar la denuncia: El abogado de mi pareja me hizo ver que no era una práctica normal”.

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Esre artículo ha recibido una solicitud de rectificación de Sala Razzmatazz al amparo de la LO 2/1984, que se puede consultar en este enlace

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