Un efectivo de emergencias atiende a los medios en el puesto de mando avanzado de Lleida de los servicios de emergencia
Los bomberos dan por controlado el gran incendio de Lleida
Se ha saldado con la vida de dos personas y ha calcinado 5.577 hectáreas
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Buena noticia dentro del contexto trágico que está viviendo el oeste de Cataluña los últimos días. Los Bombers de la Generalitat han dado por controlado el incendio de Torrefeta i Florejacs, en la provincia de Lleida, a las 22:08 de la noche de este miércoles. Es el que se ha cobrado la vida de dos personas, y ha quemado unas 6.000 hectáreas.
A través de un comunicado, el cuerpo ha recordado que a partir de mañana "habrá un escenario más favorable" y ha señalado que durante la noche del miércoles al jueves permanecen en la zona diez camiones de agua, tres vehículos de mando y un punto de tráfico para dirigir los trabajos.
Finalmente, han recordado que siguen investigando las causas del incendio y han pedido precaución "máxima" a lo largo de este verano en que habrá más incendios.
Sobre el incendio
El incendio forestal que ha motivado el luto oficial es el más grave registrado este año en Cataluña. Ha forzado el confinamiento de nueve municipios. Las autoridades lo lograron estabilizar el martes por la noche, después de horas de trabajo ininterrumpido de más de medio centenar de dotaciones de los Bombers de la Generalitat.
Las dos víctimas mortales son un ganadero local y un trabajador de su explotación agrícola, de 45 y 32 años respectivamente. Según relataron fuentes municipales, el empleado quedó atrapado por el humo y pidió ayuda al propietario, quien acudió en su auxilio.
Imagen aérea del gran incendio en Lleida EP
Ambos intentaron huir en coche, pero las llamas cercaron el vehículo, obligándolos a escapar a pie. Sus cuerpos fueron encontrados horas después en un campo calcinado, a escasos metros de un vehículo carbonizado.
Además del daño material y humano, el incendio ha generado un fenómeno poco habitual en Cataluña: un pirocúmulo, una gigantesca nube de humo, ceniza y calor que alcanzó una altura de hasta 14.000 metros, alimentado por una tormenta en la zona norte de la Noguera.