Agentes de los Mossos en el contenedor donde se encontraron los restos de la víctima

Agentes de los Mossos en el contenedor donde se encontraron los restos de la víctima Andreu Dalmau EFE

Vida

Arranca el juicio por 'el crimen de la maleta': el asesinato que estremeció Barcelona en noviembre de 2022

El acusado se enfrenta a una pena de 12 años y 3 meses de prisión por asesinar y descuartizar a su compañero de piso en la calle Casanova de Barcelona

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Arranca en la Audiencia Provincial Barcelona el juicio por unos de los asesinatos más escabrosos de los últimos años; el que se bautizó por los medios como 'el crimen de la maleta'. Los hechos se remontan a las mañana del 29 de noviembre de 2022, cuando una persona que buscaba chatarra en un contenedor de la calle Casanova encontró una bolsa de viaje con un torso humana en su interior. 

Días antes, alrededor del 23 de noviembre, el acusado, W. M. A., de origen irlandés, asesinó a Alex, su compañero de piso, lo descuartizó y tiró sus restos a la basura. En tiempo récord, los Mossos d'Esquadra resolvieron el caso y detuvieron al presunto autor. Ahora, dos años y medio después, W. M. A., se enfrenta a una pena de 12 años y 3 meses de cárcel por los presuntos delitos de homicidio y profanación de cadáver. 

El macabro hallazgo

Alex y su asesino hacía semanas que compartían piso en la calle Casanova. La víctima vivía de alquiler en y subarrendaba habitaciones a terceros: una de ellas la alquiló pocas semanas antes del crimen a un irlandés de 51 años. En este contexto, y por motivos que deberán resolverse durante el juicio, el acusado atacó y mató.

Luego, para borrar los vestigios del crimen, descuartizó el cuerpo y se fue desprendiendo ocultando los restos en varias bolsas en los días posteriores.

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Así, la mañana del 29 de noviembre, una persona que rebuscaba en los contenedores de basura de la intersección de la calle Casanova y la avenida Roma encontró una maleta que desprendía un fuerte olor y, al abrirla, vio restos humanos. La bolsa contenía el torso de la víctima cubierto por una camiseta, así como objetos de jardinería y un sistema de riego procedentes de la vivienda.

La clave del caso 

Tras el hallazgo, la División de Investigación Criminal de los Mossos se activó y abrieron diligencias con el objetivo de resolver el crimen y localizar al asesino. Entre todas las pesquisas realizadas, las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de una gasolinera ubicada al otro lado del cruce, en la calle Aragó, fueron claves para la resolución del caso.

Los investigadores recuperaron la grabación en la que se apreciaba el recorrido que hizo el presunto autor del crimen, el ciudadano irlandés compañero de piso del finado. El acusado recorrió siete pisos y 13 metros: la distancia que separa la vivienda en la que se cometió el crimen, en el 7º del número 91 de la calle Casanova, y el contenedor de ese chaflán.

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Tan solo dos días después del macabro hallazgo, en el número 91 de la calle Casanova, una comunidad tranquila “de pisos de alquiler de larga estancia”, los Mossos d’Esquadra localizaron a W. M. A. y a otro compañero de piso. Ambos quedaron detenidos, pero el segundo quedó en libertad tras constatar que no había coincidido con la víctima. 

Atenuante por alteración mental 

En el escrito del ministerio público, a pesar de señalarlo como autor del crimen, también se aprecia una atenuante analógica de alteración mental, ya que en el momento de los hechos el acusado tenía un trastorno de estrés postraumático crónico y secundario que pudo disminuir levemente sus capacidades cognoscitivas y volitivas.

Este lunes, tras la elección del jurado popular que deberá decidir sobre la inocencia o la culpabilidad del acusado, se prevé que declaren, en calidad de testigos, la persona que localizó el cuerpo y el estanquero al que alertó, la portera de la finca --que conocía tanto a la víctima como al presunto autor del crimen--, así como vecinos y amigos del fallecido.