La expresión catalana de 5 palabras que solo tiene una vocal: usada en Girona para terminar una conversación

La expresión catalana de 5 palabras que solo tiene una vocal: usada en Girona para terminar una conversación CANVA

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La expresión catalana de cinco palabras que solo tiene una vocal: usada en Girona para terminar una conversación

No existe una traducción elegante ni exacta al castellano de este dicho

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Expresiones hay para todos los gustos y en todos los idiomas. Unas son coincidentes y otras no, algunas son más poéticas y las hay bastante vulgares. Sí, también en catalán.

A pesar de que para muchos el catalán no es un idioma rudo, sino más bien tierno y con poca capacidad para el insulto potente, como toda lengua, tiene sus dichos populares algo… inadecuados.

A los catalanes se les acusa de ser algo escatológicos. Hablar de las veces que uno va al baño y cómo lo hace es una conversación que se tiene a menudo al poco de coger confianza. Por tanto, que haya expresiones que tengan que ver con eso es bastante común.

Una bastante curiosa tiene tan solo cinco palabras y una sola vocal. No se trata de que sea una expresión consonántica, sino que sólo cuenta con una vocal, la “a”.

Que expresión es

Esta peculiar expresión catalana, muy popular en la provincia de Girona, destaca tanto por su rareza fonética como por su significado directo y pintoresco. Con un solo timbre vocálico repetido y abundancia de consonantes, “a cagar al bancal” resulta casi un trabalenguas monovocálico involuntario, un pequeño divertimento lingüístico.

Pero más allá de la forma, el fondo no se queda atrás: esta frase coloquial se utiliza para zanjar conversaciones o espantar interlocutores pesados, literalmente invitándoles a irse a defecar a un bancal.

Dónde mandan

¿Qué es un bancal? Un terreno de cultivo en terraza sostenido por muros de piedra. Claro que en la expresión poco importa. Uno ya puede entender de buenas a primeras que los están invitando a irse lejos a hacer algo inútil. En definitiva, invitándole a callar o no decir según qué cosas. En la práctica, decir “a cagar al bancal” equivale a un “¡vete a freír espárragos!”, pero con un tono más escatológico. ¿Más catalán?

La intención es cortar la conversación y quitarse a alguien de encima, a menudo con cierto humor brusco. De hecho, en valenciano coloquial existen expresiones casi idénticas como "a cagar a la via" o "a l’hort" (al huerto) que se traducen literalmente como “¡Vete, fuera de aquí!”.

Traducciones posibles

¿Qué imagen evoca exactamente "a cagar al bancal"? El bancal es un elemento muy familiar en los entornos rurales mediterráneos: un trozo de tierra cultivable, a veces en pendiente y delimitado por paredes de piedra seca, típico de huertos y terrazas agrícolas tradicionales. 

No existe una traducción elegante ni exacta al castellano peninsular, pero quizás “¡vete a cagar al monte!” sería lo más cercano en registro coloquial (aunque "a cagar al bancal" tiene un sabor más local y visual). 

Zonas y lugares

Como muchas expresiones coloquiales, el origen exacto de «a cagar al bancal» es difícil de precisar. Lo más plausible es que surgiera de situaciones cotidianas muy concretas en tiempos pasados. 

Es de suponer que, en épocas y lugares donde no había cuartos de baño interiores, si alguien necesitaba ir, el destino habitual era el corral o un bancal alejado de la casa. Con el tiempo, esa invitación literal pudo cristalizar en frase hecha para indicar “déjanos tranquilos”. 

Anécdotas

De hecho, una antigua anécdota folclórica extremeña recoge a un campesino diciéndole a un fraile "vaya usted a cagar en medio el bancal y déjenos dormir", evidencia de que la asociación entre cagar y bancal como desaire viene de antiguo también en castellano rural

Sea cual sea su génesis exacta, lo cierto es que «a cagar al bancal» ha arraigado en el repertorio coloquial. Hoy sigue viva y coleando, aunque su uso tiende a ser más frecuente entre generaciones mayores o en registros informales y humorísticos. No es habitual oírla en contextos formales --nadie va a despedir a su jefe con un “Moltes gràcies i a cagar al bancal”-- pero en confianza o como chascarrillo exagerado mantiene su gracia.