La expresión catalana para decir que algo te molesta: en el resto de España no la entienden

La expresión catalana para decir que algo te molesta: en el resto de España no la entienden CRÓNICA GLOBAL

Vida

La expresión catalana para decir que algo te molesta: en el resto de España no la entienden

Esta palabra de tres letras adquiere varios significados que confunden a los castellanohablantes

Más información: El nombre catalán de dos letras que llevan menos de 70 personas: es unisex

Publicada

Noticias relacionadas

Hay expresiones muy complejas, otras solo necesitan una sola palabra para cobrar un significado particular. El problema es que cada país, cada lengua tiene las suyas propias y esto lleva a confusiones.

Es bien sabido que, con el tema del bilingüismo, en Cataluña hay muchas palabras y expresiones que se entrecruzan, dando lugar a las típicas catalanadas y castellanadas que pocos entienden.

Hay una de estas expresiones que en catalán está en boca de todos, pero cuya traducción es complicada y genera mucha confusión a los castellanohablantes. Es corta, sólo tiene tres letras, de las cuales dos son vocales. Su fonética es tan curiosa que, además, puede confundirse con una onomatopeya, pero es mucho más.

Se trata de “coi” una palabra que en sí misma es como una expresión y que es tan catalana como el “pà amb tomàquet” y tan versátil como pocas en el idioma. Tanto es así que puede expresar desde un ligero fastidio hasta una indignación profunda. 

Qué significa

Es fácil escuchar a un catalán largar la palabra “coi”.  Es una de esas expresiones que todo catalanohablante utiliza de forma natural, casi automática, y que en otros lugares de España suele generar desconcierto. 

Según el Diccionari de la llengua catalana del Institut d'Estudis Catalans, “coi” es una palabra que puede usarse para decir “hombre”, no como ser humano, sino también como interjección. Eso sí, de cierta molestia como cuando se dice “Coi, quina barra!”, que vendría a ser algo así como “¡Hombre, vaya jeta!”.

Pero claro, es tan breve, tan rápida de decir que parece un sonido. Y es mucho más. En el diccionario aparece como “eufemismo para coño”. ¿Por qué? En catalán suena muy parecido, “cony”.

 En este caso se usa de manera informal en expresiones como “Què coi vol, aquest!”, equivalente a “¡Qué narices quiere este!” en castellano.  En cualquier caso, ambas definiciones ya da pistas sobre su naturaleza camaleónica. 

De dónde viene

Aunque proviene del latín vulgar cūlus, su uso se ha desviado completamente de su origen anatómico para convertirse en un término cotidiano y emocional. En su forma original, el término relacionado --“cony”-- sigue siendo una palabra fuerte, con connotaciones vulgares y explícitas, que se evita en muchos contextos. 

“Coi”, en cambio, funciona como una versión suavizada, un eufemismo socialmente aceptado. De hecho, algunos padres usan esta palabra frente a sus hijos, para no decir ninguna palabra vulgar.

Varias acepciones

De todos modos, lo maravilloso de “coi” es que puede ocupar múltiples funciones dentro de una oración. Puede ser sustantivo, adjetivo o interjección, dependiendo del contexto y adquiere nuevos significados que se pueden sacar por contexto.

Aunque a veces se traduce por “maldito” o “puñetero”, lo cierto es que esas traducciones se quedan cortas. “Coi” tiene una carga emocional específica que no se traslada fácilmente. Su tono depende totalmente del contexto: puede ser cómico, exasperado, cariñoso o incluso irónico. A veces se dice con una sonrisa; otras, entre dientes.

Cuándo se usa

Además, la brevedad de “coi” le permite colarse en las frases con naturalidad. No alarga ni rompe el ritmo del habla. Es como un acento emocional que se añade sin esfuerzo. Y esa economía lingüística es difícil de replicar en castellano, donde las expresiones equivalentes suelen ser más largas o más explícitas.

No es infrecuente escuchar decir a “aquest coi de cotxe no arrenca”, algo como “este maldito/jodido coche no arranca”. Otra expresión muy de madre es “coi, ja n’hi ha prou!”, y as se evitan decir la más vulgar “¡cojones, ya basta!” o un “¡venga, ya está bien!”. Y ya otra bastante común es la quejumbrosa “quin coi de soroll”, algo como “qué narices de ruido”.

"Coi" en España

En cualquier caso, en el resto de España, “coi” suena extraño. No es que la gente no lo oiga --especialmente si visualiza contenido en catalán o ha viajado por Cataluña--, pero rara vez lo incorpora a su habla o lo interpreta con precisión. 

Eso sí, no es por falta de voluntad, sino porque el castellano no tiene una equivalencia exacta, ni en forma ni en función. Palabras como “joer”, “mecachis”, “narices” o incluso “joder” se acercan en intención, pero no en tono o uso.

Qué condensa

“Coi” es también un marcador cultural. No es simplemente una expresión coloquial, sino un reflejo de la manera en que los catalanes sienten y comunican sus emociones. Su uso puede servir para expresar exasperación con algo cotidiano --el tráfico, el frío, la burocracia-- o para reaccionar con sorpresa o enfado ante una situación absurda.

En cierto modo, "coi" es un lubricante del habla emocional cotidiana. Una palabra hecha expresión que dice mucho con muy poco. Espacio, tiempo y letras.