Retenciones en la AP-7

Retenciones en la AP-7 EUROPA PRESS

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El plan del Govern para el caos de la AP-7: mejorar las salidas, velocidad variable y uso de la IA

La Generalitat admite problemas de capacidad en una de las principales arterias de Cataluña, que sufre frecuentes colapsos por problemas de infracapacidad en algunos tramos

Más información: Colapso en la AP-7: dos camiones incendiados y un accidente bloquean la circulación en la principal autopista de Cataluña

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La Generalitat está dispuesta a ponerse manos a la obra para solventar el caos en el que se ha convertido la AP-7 desde que revirtió la concesión. Los planes del Govern incluyen diferentes medidas, que pasan por instalar carriles de salida más largos hacia las grandes vías de conexión, establecer tramos de velocidad variable y aprovechar las ventajas que pueda aportar la inteligencia artificial

Ramon Lamiel, director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), ha admitido los numerosos problemas que soporta la autopista desde hace tiempo. Un fenómeno que ha relacionado con la falta de capacidad para absorber determinados picos de tráfico, especialmente los que se registran algunos fines de semana.

En una entrevista concedida a la agencia Efe, Lamiel ha explicado que la frecuencia en algunos tramos alcanza los 7.000 vehículos por hora, mientras que la capacidad máxima de la vía es de unos 5.200.

Un 25% de déficit que ha convertido frecuentemente la autopista en una ratonera para los usuarios. Y no sólo durante los fines de semana sino también en un buen número de días laborables.

Retenciones en la AP-7

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Una de las actuaciones que liderará Lamiel será instaurar un tramo de velocidad variable de unos 150 kilómetros, entre los municipios de Maçanet de la Selva (Girona) y El Vendrell (Tarragona). El objetivo es mitigar los problemas que se concentran en uno de los ‘puntos negros’ diarios de la AP-7, como es el tramo entre Santa Perpetua de Mogoda y Barberà del Vallès (Barcelona).

Los carriles de velocidad variable permitirán regular la marcha de los vehículos en función de las condiciones viarias y meteorológicas. De esta forma, se podrá reducir la marcha en las zonas donde hay fluidez de tráfico para evitar alimentar más las retenciones que puedan darse más adelante.

Hasta 60 kilómetros por hora

Para regular esa velocidad, que podría bajar hasta 60 kilómetros por hora, el SCT prevé instalar varios paneles indicativos. Su funcionamiento estará apoyado en el empleo de algoritmos y de la inteligencia artificial (IA), que ayudarán a determinar qué condiciones son las más convenientes para cada tramo.

Lamiel también ha referido medidas más analógicas. Entre ellas, la implantación en el tramo más concurrido de la AP-7 de un sistema para ordenar el flujo de tráfico. En este sentido, el SCT pondrá a disposición de los usuarios carriles de salida más largos.

Diez kilómetros de división

Sin ir más lejos, desde Santa Perpetua se podrían dividir los carriles en dirección Barberà del Vallès en dos bloques. De este modo, los dos de la izquierda serán de uso exclusivo para los viajeros que sigan hacia la provincia de Tarragona; y los de la derecha, para abandonar la vía en busca de la C-58, que también es una de las carreteras con mayores problemas para absorber el tráfico.

Una división que podría prolongarse durante diez kilómetros. La idea contempla la posibilidad de mantener un carril compartido, siempre con la condición de que haya dos liberados en dirección Tarragona.

Lamiel también se ha referido a la evolución de los accidentes de tráfico, con la paradoja de que su número se ha reducido un 10% pero, sin embargo, se ha incrementado la cifra de fallecidos.

Además, también ha incidido en el descenso de la edad media de las víctimas. En los últimos meses, la mitad de los fallecidos tenía menos de 35 años, cuando el pasado año superaban los 55.